
Más allá de ser un buscabulla del arte y la discusión del quehacer nacional, Amado Martínez Lebrón es, por casualidad o adrede, un artista. Bueno, al menos no es un extraño a los conceptos artísticos que se salen de lo normal. Durante años trabaja su arte de distintas formas, cada cual única, desde lo que llama poesía en vídeo y poemarios de papel que de repente evapora, hasta dibujos hechos con marcadores tipo ‘sharpie’ y, sí, performances de campañas por puestos políticos a través de Facebook.
Y ahora, acaba de hacer algo con unos cantos de madera que se encontró por ahí. ¿Por qué? Bueno, pues en inicio es porque sí. Vamos, pero el que lo conoce sabe que es algo más allá de un mero “porque sí”.
Este sábado, 7 de febrero, a partir de las 10:00 a.m. y por un día solamente, Martínez Lebrón presentará su nueva exhibición; “Tronco Varado: Bronco Tarado: A 10 pesos la hora”, en la galería Art Lab, ubicada en la calle Condado #306, en Santurce. La obra tiene como objetivo, según señala el artista, “ilustrar la varada identidad puertorriqueña”.
Según indicó mediante comunicado de prensa el también ex administrador del club nocturno Enlances, en el Viejo San Juan, “Tronco Varado, es una pieza dividida en conjuntos y unidades de dibujos, hechos con tinta negra y roja, sobre pedazos cortados de una sola y única rama seca, encontrada varada en la bahía de San Juan”.
Las piezas, dijo, constituyen una metáfora de nuestra Isla, y presenta interpretaciones bien poco tradicionales de “nuestras culturas”.
“Somos la rama que se separó de un tronco por razones que no tuvieron que ver con nosotros y en ese caos que crea la falta de unidad, terminamos híbridos y divididos entre decenas de significados, como lo impuso el mercado que nos compra y nos vende”, aseguró Martínez Lebrón, metiendo las cejas y con cara de serio vía FaceTime.
La rama como espacio intervenido por el dibujo, así como las circunstancias en que se consigue la misma, las asumió el artista como metáforas en la ilustración de identidades.
“No podemos escoger el lugar en donde nacemos, como no pude yo escoger la forma del pedazo de árbol en donde dibujé mis interpretaciones”, señaló el también papá de Isaías.
El trabajo, además, se vale de alusiones políticas y trabaja el tema de la violencia, la enajenación y la colonización. La obra, dijo, es influenciada por la poesía de Jorge Luis Borges, y fue concebida “tras una reflexión crítica de los elementos que nos describen como País”.
“La pieza se venderá en segmentos y sus precios son parte de un una declaración de posición”, comenta Amado Martínez Lebrón. El precio de venta de los pedazos de la pieza está determinado por la cantidad de horas invertidas en ellos y usando como estándar el salario mínimo federal de 10 dólares la hora. El promedio de tiempo invertido en cada grupo de segmentos es de 8 horas.
En su trayectoria, Martínez Lebrón se ha caracterizado por su insistencia en la fragmentación, con el fin, según indicó, “de conceptualizar la fragilidad del conocimiento y caracterizar la eternidad como una ilusión perniciosa”.
Su otra propuesta recurrente y paralela es el performance, tal y como realizó en su “campaña” como candidato ateo y anticapitalista a la alcaldía de San Juan en el 2012, que duró un año y medio, y que se caracterizó por docenas de vídeos publicitarios diseñados para las redes sociales.
Otro de sus trabajos más comentados fue la publicación y presentación de una sola y única copia de un poemario, que luego descompaginó. Cada poema quedó pegado en una sola y única camisa, y las repartió entre una centena de personas. Con Tronco Varado, Martínez Lebrón busca retomar el concepto del libro deshojado, esta vez para ilustrar las identidades culturales que nos habitan como país y desde la segmentación de nuestra rama histórica.
Claro, al ser un veterano de la autogestión de su arte, mucha de la información aquí expuesta nos la hizo llegar él mismo. Es que el tipo también cuenta con harta experiencia como publicista, además de trabajar de distintas formas su arte. Y por eso, Diálogo lo contactó para hacerle nuestras propias preguntitas, las que verán a continuación.
Diálogo: Hola, Amado. Por favor dinos dónde cae este trabajo dentro de tu carrera exponiendo como artista.
Amado: Hola. Mi trabajo siempre ha tratado de dramatizar la necesidad de destruir la idea de lo eterno y de lo íntegro. Lo hago usando el medio que me parezca más efectivo y pertinente y, si no existe, lo creo. En este caso continúo con la idea de la fragmentación cuando desarrollo una pieza en partes, porque esto para mí ilustra bien que la eternidad: sea como dogma, ideal, o sea como identidad, es una ilusión que asumimos los humanos, como la estructura compleja de pensamiento que somos, para trabajar en equipo comunicándonos precariamente y perderle el miedo a la vida, o el miedo a la muerte, que sería lo mismo, con la idea de la fuerza del colectivo. La pieza es toda la rama, pero al fragmentarse y trabajarse por segmentos le privé de aquella identidad y le atribuí, en sustitución, las que quise. Tronco Varado está dado por la totalidad de sus partes, pero sus pedazos al adquirir sentido como subconjuntos, fragmentan la misma hasta el punto de hacerla desaparecer inclusive como memoria. Los segmentos ilustran las identidades imaginarias que asociamos con las ideas culturales dentro de la “nación” y así busco dramatizar la pérdida de la rama como significante ante la multiplicidad de pequeñas identidades o significados. Esta pieza encaja con el resto de mi obra cuando describe el todo como algo imposible de aprehenderse, aún cuando agrupemos todas sus partes.
Diálogo: ¿En qué tipo de arte encasillas esta nueva faena? Por ejemplo, alrededor del mundo hemos visto distintos artistas usando materiales reciclables o desechado para hacer sus trabajos. Me viene a la mente de repente la exposición de hace año y medio de Omar Velázquez, donde usaba artículos considerados como basura para hacer sus obras.
Amado: Tronco Varado es una pieza de arte conceptual, porque el tronco varado no es un medio que volveré a usar, al menos no está en mis planes, así que no será recurrente. Esta pieza usa el tronco varado por la metáfora que representa y el rol poético (conceptual) que asume, pues para mí ilustra la condición colonial de Puerto Rico claramente. Puerto Rico es una Rama Varada, es lo que quiero decir.
Diálogo: ¿Por qué Borges?
Amado: Tengo un poema que dice: “Todo es una cita de Borges. De seguro eso ya alguien lo dijo. De seguro fue Borges”. Ahí está.
Diálogo: ¿Cómo entiendes que encaja tu trabajo en el arte actual puertorriqueño?.
Amado: Yo pienso que mi trabajo todavía no está dentro de un marco conceptual “puertorriqueño”, no porque yo sea especial, sino porque soy anti-sistemas. Yo vivo para borrar la línea entre arte y verdad, entre artista y obra. No es ya sólo ‘performance’, sino convertir mi vida en vocabulario artístico. Mi meta es destruir la verdad, convirtiendo todo en ficción, o quizás sería mejor decir, que busco destruir la ficción, convirtiendo todo en verdad. Mi trabajo es multidisciplinario y como en esta pieza, integro mi vida personal, que es mi vida política, con la poesía, la plástica y el cine.
Coincida o no con sus posturas, recuerde, lector nuestro, pasar por la galería Art Lab el sábado para que pueda palpar mejor el trabajo de Martínez. Verdad versus ficción, ¿quién gana en este pulseo?