¿Se ha sentido raro al interactuar con una persona en silla de ruedas, muletas o con algún impedimento de movilidad? ¿Ha pensado que pueda estar violando su espacio personal? ¿Se le ha hecho un poco difícil interactuar con ellas de forma que todos estén cómodos?
Para evitar este tipo de dudas, preguntas o incomodidades, Judy Cohen, del Consejo Estatal de Vida Independiente (CEVI), compartió con Diálogo algunos consejos para asegurar una mejor comunicación y convivencia con personas que tengan algún impedimento de movilidad.
- Nunca se apoye de una persona en silla de ruedas, ni la use para apoyar objetos como vasos o abrigos. Son personas, no cosas.
- No empuje ni toque la silla de ruedas de una persona, ya que forma parte de su espacio personal.
- Mantenga las vías, rampas y puertas libres de obstáculos.
- Si habla con una persona en silla de ruedas, siéntese a su altura o de lo contrario mantenga una distancia prudente. Así evita que la persona fuerce el cuello para mantener contacto visual.
- Asegúrese de tener señales para orientar a las personas a vías más accesibles, y que el personal de seguridad tenga direcciones claras y seguras.
- Si el baño público no tiene acceso a personas con inmovilidad, permítale que use el baño privado si este tiene acceso.
- Si un mostrador es más alto que una persona en silla de ruedas, pase al lado de la persona para atenderla.
- Jamás agarre a una persona con muletas o bastón del brazo, pues necesitan ambas manos para mantener el balance. Siempre pregunte antes de ayudar.
- Evite accidentes y caídas colocando señales de suelo mojado donde aplique, y de tener bancos para las personas que se fatiguen fácilmente.
- Esté dispuesto a ofrecer su ayuda para alcanzar, tomar o levantar objetos, abrir puertas y manejar equipos.