Los fundadores del Colegio tal vez imaginaron que la institución que forjaron tendría un impacto significativo en la educación de un pueblo, de un país. Lo que quizás nunca pensaron fue que sus miles de egresados, generación tras generación, albergarían un único sentimiento que sólo el que pasa por las aulas del campus mayagüezano de la Universidad de Puerto Rico experimenta: orgullo colegial.
Ya han transcurrido 100 años, y esa mística permanece incólume con un torrente de sangre verde que se revitaliza día a día, año tras año, década a década y ya marca puntual un siglo.
"¿Qué significa ser colegial? ¿Cuál entiendes que es la aportación que ha tenido el Colegio en estos 100 años?" Esas fueron las preguntas que le hizo Prensa RUM a los 47 mil colegiales de todos los tiempos que interactúan con su centro de estudio o su alma máter, a través de la página de Facebook oficial del Recinto Universitario de Mayagüez. Las respuestas no se hicieron esperar, con un común denominador: la satisfacción de ser parte de la institución centenaria.
Joycelyn Muller Irizarry, lo definió de una forma muy sencilla: "El Colegio, es el Colegio", dijo la egresada de Estudios Hispánicos.
"Tiene un no sé qué, que hace que uno se sienta orgulloso de ser un egresado del antes, ahora y siempre… Colegio", así definió Mildred Avilés Valentín, esa magia que solo los de la misma estirpe comprenden. "Es una institución de excelencia. En los 100 años de su existencia ha preparado a miles de profesionales exitosos".
No importa los retos que presenta el Recinto, el cariño por la institución es palpable. De esa manera lo afirmó Héctor Enrique Sepúlveda Alemañy al indicar, "amo al Colegio de Mayagüez".
Para Chistopher J. Santiago, estudiar en el RUM, representa una "aventura".
"Nunca sabes lo que te puedas encontrar, pero lo que sí sabes es que estás en el lugar correcto encaminado hacia cumplir un propósito individual. Pienso que la aportación que ha tenido la Universidad durante los pasados 100 años es crear los líderes del futuro para nuestro País y encaminar los miles de jóvenes que actualmente estudiamos a prepararnos académicamente para afrontar los retos de nuestra sociedad que continúan cambiando constantemente", dijo el estudiante de Mercadeo.
Mayraenid Sepúlveda Millán, se graduó en el 1978 del Departamento de Inglés y pronto se acogerá al retiro, luego de 31 años dedicados a la enseñanza, mas "nunca olvidaré mis profesores del CAAM", indicó al expresar que graduarse del Colegio, representa para ella "prestigio" y "orgullo".
"Estudiar en el Colegio fue una experiencia increíble. El calor humano, las tremendas amistades que se crean ahí, el reírse de las ocurrencias de los demás y la calidad de enseñanza son cosas que no se me van a olvidar jamás. Además, siento mayor orgullo porque fui parte de la clase graduanda del centenario y eso me lo llevo a la historia", expresó Edgardo Acevedo Félix, quien se graduó de Ingeniería Civil y Agrimensura.
Tarialys N. Santana Torres, también fue parte de la clase del centenario. Concluyó estudios en Ciencias Políticas. Y ser colegial es una tradición familiar, ya que su abuelo se graduó durante el cincuentenario del Recinto, de Ciencias Agrícolas.
"Sin duda alguna, el Colegio es una institución de la más alta calidad, desde sus profesores, empleados hasta el estudiante que hace la diferencia cuando va a desempeñarse tanto en el ámbito laboral como individual", agregó.
Coralys Rosado Sánchez, es estudiante de nuevo ingreso en Ingeniería Civil y Agrimensura, y en tan solo meses en el Recinto ya es parte de ese sentimiento especial. "Soy prepa y lo digo con orgullo. Tener la oportunidad de ser admitida a una de las mejores universidades en Puerto Rico ha sido un gran honor. Este orgullo y sentimiento no se compara con nada. Desde chiquita siempre decía que iba a estudiar en el Colegio. Mi sueño se ha cumplido, estoy en la universidad de mis sueños. El sentimiento de pertenencia que siento aquí, estoy segura no lo sentiría en ninguna otra institución. El ser admitida este año es lo mejor que me pudo haber pasado. Es un año que marca una trayectoria de gran educación y muchos logros. Formar parte del Colegio en este momento tan importante, no lo cambio por nada en el mundo".
Esmarline Jacely De León Peralta, también es una prepa que ya tiene en sus venas "sangre verde". "Me siento tan feliz, entusiasmada, agradecida y bendecida por pertenecer al Colegio. No ha sido fácil el camino que he recorrido para lograr mi sueño de estudiar en esta institución de tan grande calidad. Sin embargo, como bien lo representa el Tarzán con fortaleza, empeño, pasión y decisión se logran nuestras metas", dijo la estudiante de Agrimensura.
"Es orgullo y tradición", así lo expresó Ricky Sepúlveda, quien aspira a graduarse en el 2014 del Departamento de Biología. "Un Puerto Rico sin el RUM es imposible de imaginar. Demasiados colegiales han dejado un impacto positivo durante estos 100 años", expresó el joven, cuyos padres también son egresados del Colegio.
Edward Fonseca, egresado de la clase de 1986 de Ingeniería Química, también fue atleta. "Defendí los colores del RUM en el deporte del balompié. Siempre estaré orgulloso del Colegio", expresó.
"Cuando digo que soy colegial, lo digo con un orgullo increíble, he vivido momentos inolvidables y he aprendido lecciones invalorables", expresó, por su parte, Yahaira Matías, quien aspira graduarse de Enfermería en el 2012.
Para Maryluz Méndez Vargas, estudiar en el Colegio representa "un sueño hecho realidad". "Soy mayagüezana y desde pequeña mis papás me llevaban a caminar por el Recinto, siempre les decía: 'Cuando sea grande quiero estudiar aquí'. Cuando me llegó la carta de aceptación en el 2005 no podía contenerme de la alegría", dijo la joven que aspira graduarse en el 2012.
"Estudiar en el Colegio es un orgullo superenorme porque no todos entran y no todos salen y tener la oportunidad de educarme en la mejor institución universitaria de la Isla realmente es un privilegio. El Colegio es calidad en todos sus aspectos", sostuvo Luis Reyes Febles, quien cursa su segundo año en Ingeniería de Computadoras.
"Muy agradecida de los excelentes profesores y de todas las experiencias académicas y culturales del Colegio. CAAM aporta profesionales preparados y humanos a la sociedad puertorriqueña", aseveró Jannette Hermina, quien cursó su Bachillerato y Maestría en el Departamento de Inglés.
"La mayor aportación es que el estudiantado sale excelentemente preparado con una visión de futuro y no le teme a nada", opinó Ivette Marrero, egresada de Artes Plásticas.
"Sé que estoy en la mejor Universidad de Puerto Rico, con la mejor calidad de enseñanza y donde espero convertirme en una gran profesional", señaló Angely E. Casiano Maldonado.
"Estaré en deuda siempre con el Colegio porque no tan solo me formó profesionalmente sino que me preparó para la vida. Los retos que presenta estudiar en el Colegio son tan grandes, que luego de que te gradúas, sientes que todo en la vida es sencillo", dijo Alessandra Correa Rivera, egresada de Ingeniería Civil en el 2008.
"Tuve el gran honor de representar al Colegio en el deporte del tenis. Esa cría Colegial la llevo bien arraigada a mi persona y por eso, a cada lugar donde voy y me preguntan: '¿Dónde estudiaste?' Digo con el pecho hinchado y una gran sonrisa: 'Me gradué del Colegio, la mejor Universidad que ha podido existir, las demás son solo imitaciones' ", aseveró.