Sentirse triste no es una opción. Todos debemos cuidar nuestra salud mental para asegurar un desempeño óptimo en la vida.
De acuerdo con el Centro de Consejería y Salud Mental de la Universidad de Texas, la baja autoestima es una falta de confianza en las competencias personales, obstaculizando el camino hacia el éxito debido a la sensación de inferioridad que causa. La misma fuente destaca que es irracional y afecta las relaciones humanas, el desempeño académico, la productividad laboral y la felicidad.
Así que desglosamos a continuación 18 señales que te ayudarán a identificar si tú o alguien está pasando por esta situación.
- Incomodidad frente al elogio
Las personas con baja autoestima tienen problemas para manejar las alabanzas de sus amigos, sus compañeros de trabajo e incluso sus jefes. Tienden a bajar la vista o desviar la atención del tema, cuando un simple “gracias” alcanza para aceptar la felicitación o el destaque.
- Comentarios negativos
La burla o los comentarios incisivos hacia otras personas muchas veces se engendran en las propias inseguridades, intentando presionar a un tercero para sentirse mejor. Por el contrario, las personas con niveles aceptables de autoestima tienden a reírse de sus errores o tomárselos como lecciones, sin perjudicar el ánimo del resto.
- Tomarse las críticas de manera personal
Otro posible síntoma de bajos niveles de autoestima es tomarse las críticas de forma personal. En lugar de reaccionar aceptándola o sin darle importancia, reaccionamos de forma muy emocional. Esto te lleva a reaccionar de mala manera o angustiarte. Recuerda que un comentario bien intencionado acerca de algo que puedes mejorar, es una gran ayuda porque nació en la percepción de otro, en tu proyección externa. Si la crítica en un primer momento no te gusta, cuenta hasta tres antes de contestar.
- Control sobre otros
Intentar controlar a una persona en lugar de potenciar sus cualidades, es una conducta típica de alguien que se siente amenazado. Tanto los celos hacia la pareja o las órdenes desmedidas a compañeros de trabajo, son dos ejemplos de esta actitud perjudicial.
- Indecisión
Denota temor por responsabilizarse de la decisión errónea y sentimiento de inferioridad respecto a la otra persona implicada en la elección, porque quien tiene baja autoestima se considera menos importante que el resto. Hacer valer una opinión es clave para mejorar el auto-concepto.
- Culpar a otros
En la mente de una persona con esta condición, aceptar un error es disminuirse frente a los demás. Sin embargo, culpar al resto de acciones involucradas con la propia responsabilidad es una manera de ser víctima del hecho que generó el conflicto y de percibirse como impotente para solucionarlo.
- Compararse con los demás
Prestar demasiada atención a lo que hacen o dicen los demás, genera una percepción de que el resto es más exitoso. Cada uno posee sus fortalezas y debilidades, de modo que compararse no es fructífero para potenciar unas y transformar las otras.
- Estar a la defensiva
Recibir una crítica o un comentario que consideras desafortunado no significa que inexorablemente su emisor quiera perjudicarte. Piensa en el punto de vista de la otra persona antes de contestar y recién cuando hayas comprendido su lugar, define cuáles son sus intenciones y ofrece una respuesta.
- Incapacidad para decir “No”
Querer agradar a los demás lleva a que las personas con baja autoestima acepten propuestas y mandatos que están lejos de sus objetivos, aspiraciones o intereses. Incluso pueden llegar a desarrollar tareas con las que no se sienten a gusto, solo para complacer.
- Desmerecer los propios argumentos
En una discusión donde confrontan dos o más ideas, las personas con sentimiento de inferioridad tienden a rendirse frente las opiniones de los demás y retroceder con la suya para evitar la propagación de un conflicto.
- Disculpas constantes
Mientras que aceptar las equivocaciones y disculparse por ello te mantiene conforme contigo mismo y demuestran claridad mental, disculparse permanentemente por cuestiones que no lo ameritan, significa que algo o alguien está bajando tu autoestima. Guarda las disculpas solo para cuando sea necesario.
- Temor a realizar un aporte
Pensar excesivamente en las palabras escogidas para intervenir en una conversación, implica una desacreditación en las propias opiniones. Es aconsejable concentrarse en la respiración al momento de hablar y así eludir el pensamiento excesivo, realizando un aporte de manera natural y confiada.
- Chequear el teléfono en reuniones
Encontrarse solo en situaciones sociales es una clara manifestación de sentirse desplazado, poco competente para entablar diálogo con los demás, ya sea por una creencia de que las opiniones no son importantes o falta de confianza para agradar al resto.
- Comprar objetos que no te interesan
Hacerte de un stock de ropa u objetos que agradan a tus amigos en lugar de a ti, es una búsqueda de aprobación. Incluso puede trasladarse al extremo de elegir una carrera para conformar a los padres, en lugar de estudiar una disciplina motivada por la vocación.
- Postura corporal baja
Encorvarse o inclinarse levemente hacia abajo es una forma de mostrar disconformidad consigo, envía un mensaje equivocado hacia las personas que comparten el lugar físico. Mantenerse derecho, con la vista elevada y los hombros alineados transmite un concepto diferente.
- Tic nervioso
Morderse las uñas, enroscar un mechón de pelo sobre sí mismo u otros gestos del estilo, son hábitos que desvían la atención cuando una sensación se torna incómoda. Es frecuente en las personas ansiosas, pero también sucede con aquellas que presentan baja autoestima.
- Atribuir logros a la suerte
Conseguir algo que se desea realmente, como un empleo, una buena calificación en un examen u otras metas, generalmente es producto de la dedicación y el empeño que se colocó en ese asunto. Responsabilizar al azar de alcanzar algo por lo que trabajaste, es quitarte el mérito.
- Darse por vencido rápido
Renunciar a ciertos objetivos, metas o sueños a nivel personal, académico o profesional, es señal de inclinación por el fracaso. Creer que fallarás, efectivamente te conducirá a ello porque dejarás de intentar antes de empezar a ver los primeros frutos de lo que podría ser tu logro. Recuerda que nadie nació siendo exitoso, para alcanzar ese estado se requiere perseverancia, constancia, determinación y en especial, confianza en ti mismo.