Por: Ismael Guadalupe
El primero de mayo de 2021 se conmemoran 18 años de haberse logrado el mayor triunfo del pueblo de Vieques y de Puerto Rico contra la Marina de Guerra de los Estados Unidos. Ese día, en 2003, el gobierno estadounidense anunció oficialmente el cese definitivo de las prácticas militares en Vieques y el fin de la ocupación militar.
Gracias a una combinación de múltiples estrategias, el pueblo viequense, al igual que el pueblo puertorriqueño, junto a la diáspora, lograron armonizar estrategias de luchas en cada espacio donde las voces clamaban justicia para Vieques. Consignas como: “ni una bomba más”, “paz para Vieques” y “Vieques es nuestra”, corrían allende de los mares.
Las estrategias fueron variadas: desafíos en el mar, desobediencia civil en distintos lugares de Puerto Rico, así como en Estados Unidos, desobediencia en la Estatua de la Libertad, entre otras actividades. Cada grupo establecía su estrategia de lucha y la misma era respetada por los demás colectivos.
La gota que llenó la copa y sacudió al pueblo puertorriqueño fue la muerte del viequense David Sanes Rodríguez, víctima de la bomba lanzada por un avión militar como parte de las prácticas inhumanas que se realizaban en la Isla Nena. Sanes Rodríguez se encontraba en el puesto de observación (Observation Post, OP), cuando una bomba lo alcanzó, muriendo en el acto la tarde del 19 de abril de 1999.
El 1 de mayo de 2003, parecía que llegaba la paz para el pueblo viequense. Nos equivocamos. Ese día, lejos de recuperar lo que nos habían arrebatado a fuerza de bombas y de sangre, terminó en manos de especuladores que en ningún momento se sumaron a la justa causa de la desmilitarización de nuestra isla. Sin embargo, se llevaron el botín de nuestras tierras y de nuestras playas.
Hoy los reclamos de nosotros siguen igual de vigentes que hace 18 años.
Más de 14 mil cuerdas de terreno de la zona este de la isla de Vieques permanecen en manos de la Marina de Guerra de Estados Unidos, reteniendo, así, las playas más hermosas y terrenos de gran valor ecológico, agrícola y de posible desarrollo comunitario. Todavía en el fondo marino hay miles de bombas sin detonar. La detonación abierta de bombas en tierra se da dos veces en semana, esparciendo por la atmósfera los contaminantes que llegan al pueblo de Vieques, así como a lugares tan distantes como Ceiba, Fajardo y Culebra. La contaminación en Vieques continúa, porque la Marina no quiere utilizar las cajas de detonación que permitirían una explosión controlada y menos nociva para el ambiente y para la población.
Diferentes tipos de cáncer siguen presentes en gran parte de la población viequense, así como las enfermedades renales, respiratorias, de la piel y enfermedades de otra índole provocadas por la presencia de químicos y metales pesados en la atmósfera, en la tierra y en el agua. Esta situación se complica, pues Vieques no tiene un hospital y ni la Marina ni los gobiernos estatal y federal atienden ese justo reclamo.
Luego de la lucha que libramos y el triunfo del cese de los bombardeos, extranjeros y puertorriqueños de alto poder adquisitivo han desplazado comunidades enteras a través de la especulación con nuestras tierras. La gentrificación llegó para quedase, generando la inflación de los precios de las propiedades y de los terrenos de nuestra isla. Nada de esto hubiera sido posible sin la complicidad del gobierno central y municipal con este sector pudiente, que ha recibido todo tipo de concesiones y de privilegios.
Luego del 1 de mayo de 2003, el gobierno de Estados Unidos le entregó las tierras a la agencia federal Fish and Wildlife y de esta forma excluyó a los viequenses una vez más.
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La pérdida de nuestras tierras y de las comunidades más humildes ha venido acompañada del empeoramiento del sistema de transporte marítimo. Por décadas los viequenses hemos dado la batalla para que se nos entregue a nosotros el servicio que nos corresponde. Hace más de medio siglo, ese servicio ha sido secuestrado por los dos partidos políticos de mayoría en Puerto Rico.
Este 1 de mayo de 2021, levantamos nuevamente la voz de reclamo y le decimos a la Marina, al gobierno de Estados Unidos y al gobierno colonial de Puerto Rico, ¡basta ya!
Los y las viequenses merecemos justicia.
El autor es líder viequense y una de las voces principales del movimiento comunitario para la salida de la Marina de Vieques.