Crónica de una parada en el punto

No me atreví a preguntar lo que íbamos a llevar. Fuimos, esperamos un ratito, mi pana se bajó y le dio unos paquetes de “no sé qué” a un señor dentro de una S.U.V… los que piensen que los movimientos de drogas y armas son responsabilidad meramente de la gente pobre están equivocados. “¡Si son los de cuello blanco los que están en el tope de la escalera clandestina!”, pensé. “Ah, pero es que también son los de cuello blanco los que gobiernan…”, repensé.