Por Zacha Acosta
La administración deportiva ha sido un reto aceptado con mayor diligencia por la mujer durante los últimos tiempos. En la Liga Atlética Interuniversitaria (LAI), por ejemplo, se ha contado con representación femenina por parte de las instituciones adscritas al organismo universitario.
En el presente tres instituciones cuentan con directoras atléticas: Ruth Nieves de las Lobas y Lobos de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Arecibo; Mari Batista de las Delfinas y los Delfines de la Universidad del Sagrado Corazón; y, Lesbia Colón de las Leonas y Leones de la UPR en Ponce.
Hoy, martes, Día Internacional de la Mujer Trabajadora conoceremos la historia de Ruth, quien lleva 32 años trabajando para el recinto arecibeño, y el último año y medio ha fungido como directora del Departamento Atlético de la UPR de Arecibo.
¿Cómo llega a ser directora del Departamento?
Ruth: Con la salida del pasado director José Chimieles, la universidad me ofreció el puesto. No lo acepté rápido. Me fui un fin de semana a reflexionar en la decisión, y luego lo acepté.
Zacha Acosta (ZA): ¿Trabajaba en otra área de la Universidad?
Ruth: Me destaqué por los pasados 30 años como secretaria auxiliar cuatro en el Departamento Atlético.
ZA: ¿Dónde existe mayor cantidad de retos, como secretaria o directora atlética?
Ruth: La diferencia es la responsabilidad entre ambos puestos. Como directora atlética para mí es un reto poder ayudar a los atletas a desarrollar su potencial deportivo a la par con sus metas académicas. Antes era colaborar con el director atlético en funciones administrativas, secretariales y de oficinas. Ahora es mi responsabilidad toda la maquinaria deportiva de la LAI e intramural (Sistema UPR) pueda funcionar al día, velar por las instalaciones que estén adecuadas, entre otras cosas. Me gusta tener todo uniforme.
ZA: ¿Cómo describiría el respaldo de sus compañeros?
Ruth: He visto el apoyo a nivel del recinto, puede ser por llevar muchos años con todos mis compañeros de trabajo del departamento atlético, y prácticamente del personal. A veces hay personas que piensan que una mujer no debe estar dirigiendo el departamento, pero ha sido más el apoyo que la resistencia a mi cargo.
ZA: ¿Pensó algún momento llegar a ser directora atlética?
Ruth: No. Surgió el momento y lo pensé. Era un reto, no es lo mismo dirigir, que ser asistente.
ZA: ¿Le gusta lo que hace?
Ruth: Me disfruto lo que hago. Todo el esfuerzo que uno pone, tiene grandes frutos. Hemos tenido campeonatos (fútbol masculino 2015). Hemos mejorado en casi todos los deportes. Los estudiantes están muy motivados. Somos un equipo, los Lobos y las Lobas. Se han alcanzado grandes logros.
ZA: ¿Hubo algún cambio en la manera en que los estudiantes o personal la tratan ahora que es figura de autoridad?
Ruth: No. Siguen manteniendo el respeto y la confianza de siempre. Yo he sido la que he cambiado mis horarios para hacer un balance con ellos. Tengo días y horas para atender los casos en la oficina y los días y horarios para asistir a los partidos. Tengo empatía con ellos. Conozco sus necesidades a la vez que luchan por sus metas académicas.
ZA:¿Cómo describiría el respaldo de su familia?
Ruth: Soy casada con dos hijos atletas. Daniel Soto es el mayor con 35 años de edad y estuvo en la selección nacional de lucha olímpica (ciclo olímpico 2002 – 2004), varias veces campeón en la LAI, y una vez ganó el premio de atleta más valioso de la Liga. Mi hijo menor, Jonathan Soto, tiene 32 años de edad. Se destacó como lanzador en béisbol jugando en una liga independiente en Estados Unidos y en la Doble A en Puerto Rico con Camuy y Florida. Estar con una familia deportista, entiendo que ha ayudado muchísimo. Toda mi vida he estado acostumbra o involucrada al deporte. Aunque nunca participé a nivel colegial, en escuela superior corría larga distancia y jugaba baloncesto.
ZA: ¿Qué consejo le daría a las mujeres que deseen trabajar por el deporte?
Ruth: Que se atrevan hacerlo. Si tienen en algún momento la oportunidad de dirigir un departamento atlético, que lo hagan. Que se atrevan a aceptar el reto, ya que con amor, disciplina y compromiso se puede dirigir exitosamente un organismo deportivo.