
Al ser un fanático de la novela gráfica de “Watchmen”, es obvio que tenía altas expectativas para la adaptación fílmica, y a la vez un cierto miedo, justamente, antes de que empezara. Los comerciales de la película prometían tanto escenarios espectaculares como drama y emoción. Pero, resulta ser que la película solo cumplió con una de estas promesas. No le quito merito a la película por ser un gran intento y una belleza visual, pero esto no era lo que tanto se esperaba. De cualquier manera, es una película que debería ser vista, o aún mejor, que inspire a la gente a leer la novela gráfica. La película no pretende evadir los mensajes y los temas principales de la historia original. Todo está expuesto claramente para que cause un debate intelectual (o hasta existencial). Pero tiene sus problemas. “Watchmen” no es una mala película, y el director, Zack Snyder, se defiende al mostrar una película que no trata de ser algo más de lo que se presenta en la novela gráfica. Pero esto mismo es un problema. El filme, simplemente, trata sobre el asesinato de un “superhéroe” llamado “The Comedian” (Jeffrey Dean Morgan) y las repercusiones de esto. La trama se desarrolla en un mundo alterno donde los “superhéroes” tuvieron su momento brillante y ahora son nada más que rechazados de la sociedad. Decir más, sería delatar mucha de la trama y varios puntos importantes. Snyder decidió hacer el filme, en su mayoría, exactamente igual que las imágenes del “comic”. Esto funcionó en “300” (dirigida por Snyder también) y en “Sin City”, donde los mismos “comics” son predominantemente obras visuales, pero para “Watchmen” esta no era la dirección que debió ser tomada. La novela gráfica de “Watchmen” es sin duda un espectáculo de visuales, pero tiene un bagaje emotivo y temático, complejo e impactante. Esta no es una historia que puede ser contada meramente con visuales. La misma novela gráfica tiene como fin traer a los superhéroes (o mejor dicho la concepción de ellos) a la realidad. Cuando uno ve una película que reconstruye las imágenes del “comic” casi exactas, todo resulta ser menos creíble que los mismos paneles dibujados.
Los personajes son más reales en el “comic” que en la película, y de esta manera la idea del autor, Alan Moore, se pierde. Algunos de los actores son tan parecidos a los personajes del “comic” que uno casi puede ver las burbujas de diálogo en la pantalla. Al hacer esto también se pierde mucha de la emotividad y del impacto que deben traer los argumentos y las imágenes en muchas ocasiones. Muchos de los actores, además, no logran representar sus personajes de manera convincente y realista. Este es el caso con los personajes de “Night Owl” (Patrick Wilson) y “Silk Spectre” (Malin Akerman). Wilson presenta una actuación caricaturizada, ya que éste intenta capturar cada gesto y expresión del personaje original sin dar su propia visión del personaje. Con “Silk Spectre” es distinto ya que Malin Akerman está casi desprovista de diálogo y no posee la presencia o la fuerza característica de este personaje. A un personaje tan crítico en la novela gráfica se le quita un peso enorme por fallas de los guionistas (Alex Tse y David Hayter) y falta de atención del director. No obstante, este no es el caso con Jackie Earl Haley. Este interpreta a “Rorschach” (el personaje más interesante del “comic” y de la película) y con este personaje es que se puede ver una verdadera actuación. Este actor trae distintas dimensiones al personaje y permite que se manifieste como uno creíble en el mundo del filme. Lo mismo ocurre con Dr. Manhattan (Billy Crudup) pero este es mayormente un espectáculo visual. El otro personaje notable aquí, a pesar de su limitado tiempo en pantalla, es “The Comedian”. Jeffrey Dean Morgan interpreta a este personaje con todo el caos que lo caracteriza en el “comic” y también muestra ser muy real y convincente. Claro, hay que saber que la película está situada en una versión alterna del mundo donde Estados Unidos ha ganado la guerra en Vietnam, pero de lo que hablo cuando me refiero a lo que es traer los superhéroes a la realidad, es de su tratamiento visual. Esto se ve no solo con los actores sino también en la puesta en escena. Las escenas están tan rígidamente construidas que no poseen una fluidez natural. Si los personajes no se ven convincentes, y las escenas están orquestadas de una manera tan estática, pues todo parece ser una construcción. El filme parece un “comic”, muy contrario a lo que Moore quería hacer.
Hay que tener en mente que la novela gráfica de “Watchmen” era, y es, considerada como imposible de filmar, por lo que hay que entender que la película era una muy difícil de realizar. El filme está muy bien comprimido, pero no está muy bien llevado debido a que la película tiene que brincar cada cierto tiempo a distintos personajes. En algún momento uno comienza a cuestionarse qué ocurrió con los demás personajes y cómo se interconectan. Pero, esto era de esperarse al comprimir una novela gráfica tan densa. Esto también va con lo que es la falta de emoción del filme. Cuando llega el final, el cual debe tener un impacto en la mente, no lo tiene porque uno no siente a estos personajes crecer (claro con las excepciones de Rorschach y Dr. Manhattan). En ciertas ocasiones, por culpa de lo comprimida que está y por las decisiones de la puesta en escena, muchas de las escenas subsiguientes a una situación o un evento importante se convierten más bien en explicaciones en vez de reacciones. Este filme no fue hecho por un director obsesionado por crear la última experiencia de “Watchmen”. Aunque hay que darle crédito a Snyder por hacer un filme impresionante visualmente, no se puede negar que fue vago. Se conformó con simplemente recrear las imágenes de la novela gráfica. Claro, esto entonces aviva otro debate sobre la decisión de complacer a los fanáticos o crear algo distinto. Pero el punto es, que Snyder no logró trasladar la historia al lenguaje cinematográfico. El espectador se queda entonces mirando un espectáculo, pero no puede apreciar el mensaje fundamental de la moralidad y de la naturaleza del ser humano que la novela gráfica trae consigo. La historia original de Moore es una desconstrucción del “superhéroe”, su rol en una sociedad que ya no lo necesita y la inhabilidad de éste de hacer algo en un mundo en decadencia. Los “héroes” de Moore no son más que personas enajenadas, pérdidas y hasta sicóticas. Lo que el filme logra es una belleza vacía que termina siendo lo que Moore intentó evitar: una película de “superhéroes”. Quizás es porque tenía la novela gráfica como referente, pero, yo pienso que la película, independientemente de que uno haya leído la novela gráfica o no, no muestra ser emocionalmente impactante o intelectualmente estimulante.