La escena de la música pop-rock puertorriqueña es una bastante variada y rica en talento, ingenio y calidad. Polbo, Sintonía Retro, Los Convertibles, son varias las bandas que podríamos nombrar para ejemplificar el buen material que se está produciendo en la Isla, y es que la verdad Puerto Rico, así como se siente orgulloso del éxito de la salsa, Ricky Martín y los reguetoneros, debería hincharse por la excelente producción de pop-rock de la casa. Precisamente uno de los mejores exponentes de este talento es una agrupación que desde 1997 lleva creando música de gran calidad e ingenio. La banda a la que me refiero es nada más y nada menos que Superaquello. Escoger un género musical para clasificar a Superaquello no es tarea fácil. Su estilo ronda el pop experimental que iniciara el grupo argentino Suárez con su disco “hora de no ver”, con aires de un electro pop pausado. Su sonido se asemeja al de Brian Eno, Genesis (el original con Peter Gabriel cantando y Phill Collins en la batería), Aterciopelados, Miranda!, Stereolab, Kate Bush, Spock’s Beard, Pink Floyd y Radiohead. Además sus letras gozan de una hermosa e inteligente poesía, escrita con una sensibilidad artística encomiable y una genialidad audaz, sazonada con la picardía cotidiana del puertorriqueño. Esta agrupación acaba de sacar al mercado su más reciente producción, el quinto álbum en su discografía, llamado “Superaquello interpreta Latarde”. Dicho compilatorio de trece temas maravillosos, son un magnífico ejemplo del ingenio creativo y el talento de estos músicos. Este proyecto, el más maduro y grandilocuente de la banda, reúne las características antes nombradas, con el añadido de nuevos elementos fascinantes. Algunos tonos son agradablemente “Beatlescos” (sobre todo en la tonada llamada “latarde” cuyos arreglos sinfónicos y armonías vocales recuerdan al famoso cuarteto de Liverpool), otros coquetean con el folk, el twee pop, el rock y el ambient. Los juegos de palabras vuelven a estar presentes en las sublimes y audaces letras compuestas por Eduardo Alegría y Francis Pérez. Además las voces de estos dos, junto a la dulce voz de Patricia Dávila, la guitarra de Pérez, el bajo y la guitarra de Jorge Castro (quien también tiene una composición en el compilado), unidos a los teclados y las programaciones de Paco Santiago, generan un acompañamiento musical perfecto para las letras pues es igual de hermoso. Sin duda alguna, Superaquello es una agrupación digna de todo elogio. Con este disco, continúa la impresionante carrera musical que llevan desde hace más de diez años, que ya era merecedora de aplauso y con “Superaquello interpreta latarde”, los hace meritorios del orgullo boricua. ¡Bravo!
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