Para mayo 2017, se supone que Nicole Santoni, Adrián Valentín y Emanuel Hernández hayan culminado su primer año de bachillerato en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Aguadilla. Sin embargo, ante los aires de paros, huelgas y de cara a una asamblea nacional por el posible recorte de $450 millones a la UPR que propuso la Junta de Control Fiscal al presupuesto del primer centro docente del país, la incertidumbre sobre su realización profesional crece. Por esta razón, ambos estudiantes rechazan el cese de clases en la institución.
“¿Tendré la oportunidad de realizarme, de ser lo que yo quiero ser en el futuro? Uno está empezando la universidad y se crea la incertidumbre si de aquí a tres años, la universidad podrá brindarme los estudios”, esa fue la introspección que realizó Santoni, estudiante de Ciencias Naturales de la UPR en Aguadilla.
Aunque la joven aspira a continuar en la universidad pública, por su mente ha pasado la pregunta de qué hará, no solo por la amenaza de recortes que vive la universidad, sino por los días o semanas que pudiera perder ante un paro o huelga. Las expresiones de la estudiante se desprenden de un recorrido que ayer hiciera Diálogo en el campus aguadillano para conocer el sentir de la comunidad universitaria del noroeste sobre los desafíos que enfrenta la universidad.
Además de sus deseos de graduarse, Santoni comentó que otra de las razones por las que se opone a los paros y huelgas es por el impacto que pudiera tener el cierre de la universidad en la acreditación por parte de la Middle State Commission on Higher Education, organismo que el pasado 21 de marzo envió una carta a tres rectores de la institución universitaria. No obstante, en esa circular la agencia alertaba sobre la posible pérdida de acreditación, debido, más bien, a los recortes financieros que pudiera tener la institución y que redunden en el cierre de algunas de las unidades del sistema UPR.
Otra voz que también se unió a la joven fue Adrián Valentín, del departamento de Ciencias Naturales, quien dejó saber que no apoya ni los votos de paro ni huelga y cree que otras estrategias de lucha son posible. Sin embargo, su postura estriba por los estudiantes que se gradúan en mayo.
“Yo estoy empezando. Puedo irme a otra universidad y no pierdo créditos, pero los estudiantes que van por su cuarto o quinto año, esos me preocupan”. Aún así reconoció que “hasta que el país no se detiene, las personas no toman consciencia”.
Mientras, en el Departamento de Electrónica, Física y Control de Calidad, Emanuel Hernández, expresó su rechazo en contra del recorte de $450 millones. También mostró preocupación sobre la paralización en la UPR, una que arrastra desde que estudiaba en la escuela superior. Hernández cree en foros informativos y educativos, como parte de la lucha estudiantil sin necesidad de cerrar los portones.
A diferencia de sus compañeros, la estudiante de Ciencias Naturales, Ariana López, no dudaría en votar por huelga o paro y calificó como “injusto” el posible recorte a la UPR, a su vez responsabilizó al gobierno por la crisis fiscal que vive el país y la universidad del Estado.
Con ella coincidió el profesor de Ciencias Sociales de la UPR Aguadilla, Orlando Román, al destacar que no se debe recortar los servicios esenciales como la educación pública ni a la salud y defendió el objetivo de la lucha estudiantil, y el juicio moral. No obstante, prefirió no calificar las estrategias de los estudiantes, pues entiende que ellos son los que deben decidir y evaluar. Empero, recordó que en la historia se han ganado muchas luchas estudiantiles y perdido pocas, “pero nunca se ha perdido un semestre”.