En este juego no hay tiempos extras. Que quede claro.
El deporte borincano está a la defensiva. Para que tenga una idea, el preseo es intenso, dado que a estas alturas del partido la ofensiva gubernamental anda efectiva y, para variar, sus mejores tiradores políticos han aprovechado para velar güira con una reducción presupuestaria de $3 millones (38% menos) a las arcas del Comité Olímpico de Puerto Rico (Copur).
Esta movida ha provocado que el único organismo puertorriqueño con cierto grado de soberanía a nivel internacional –que ahora operará con $5 millones en su presupuesto– repiense estrategias de cara a los Juegos Centroamericanos y del Caribe 2018, que se celebrarán en Barranquilla, Colombia, y que abrirán el nuevo ciclo olímpico.
Para algunos, el tétrico panorama fiscal exige sacrificios de toda clase. Según el gobierno y la Junta de Control Fiscal (JCF), ante el ajuste financiero que impuso el Congreso de Estados Unidos hace un año con la aprobación de la Ley de Supervisión, Administración y Estabilidad Económica (Promesa, por su acrónimo en inglés), es preferible que el pueblo ponga una rodilla en la lona y se acoja a recibir un conteo reglamentario en busca de un segundo aire.
Al presente –y más allá de amenazas presupuestarias– el deporte nacional ha sufrido bajas importantes en su plantilla. El mes pasado fue duro para el país en cuanto a su alineación se refiere. La muerte del expresidente del Copur Héctor Cardona, el lamentable percance de salud de Elliot Castro y el escándalo de corrupción de la pasada administración del Departamento de Recreación y Deportes (DRD) fueron eventos que sacudieron los cimientos deportivos de Puerto Rico.
No obstante, para el actual secretario del DRD, Waldemar Volmar Méndez, no es momento de “llorantinas [sic], sino de hacer más con menos” ante el recorte de $4 millones en el presupuesto asignado al DRD. A pesar de la austeridad que promueve la política pública de la actual administración, su agenda de trabajo buscará impulsar el turismo deportivo para lograr un desarrollo económico en Puerto Rico, ya que “tenemos que seguir la tendencia global”.
“Hay que mirar esto [los recortes al DRD y al Copur] desde otro punto de vista. Esos recortes no vienen como un capricho. Nos ha tocado enfrentar otra realidad. Yo, como representante responsable del gobierno, tengo que establecer nuevos mecanismos para allegar inversión”, comentó Volmar Méndez, quien no pudo adelantar las proyecciones económicas de los planes que consideró una “contraofensiva” efectiva.
Por tanto, el solo pensar en el deporte puertorriqueño dentro de esta coyuntura histórica no es tarea fácil. Ante el panorama actual, queda en el aire un ejercicio reflexivo, lo que abre el camino para analizar el deporte desde una perspectiva que trascienda nociones de entretenimiento y espectáculo.
En respuesta a ello, Diálogo aprovechó para pedir un tiempo técnico y montar una buena jugada.
Y claro, para asegurar el balón en esta etapa del partido le preguntamos al legislador Larry Seilhamer cómo interpreta el deporte boricua desde su posición como político anexionista, excanastero del Baloncesto Superior Nacional (BSN) y exapoderado de las Leonas de Ponce en la Liga de Voleibol Superior Femenino (LVSF).
De acuerdo con Seilhamer, el análisis del deporte en Puerto Rico debe verse en dos perspectivas distintas. Es decir, desde una mirada al deporte profesional y desde una reflexión a lo que es y ha sido el deporte amateur en el país –entiéndase las categorías infantiles, escolares, juveniles y las actividades recreativas–.
Para el senador por el Partido Nuevo Progresista (PNP), el deporte profesional del patio se encuentra en la antesala a lo que pudiera ser un triste final si los administradores no hacen ajustes trascendentales. Para dar un ejemplo, habló de la situación más reciente en el voleibol femenino: la aprobación por parte de los apoderados para traer más refuerzos a la LVSF.
“Lo que acaban de hacer los apoderados de voleibol es contrario a lo que debe ser la visión del deporte en Puerto Rico. Cuatro refuerzos es insólito”, manifestó el funcionario.
“Aquí hay varias vertientes. La primera, el bolsillo del fanático. Hay limitaciones claras por el alto costo de vida y por eso hay una merma en la asistencia a las diferentes actividades deportivas. En segundo lugar, hay menos subsidios de las entidades gubernamentales. En tercer lugar, los grandes auspiciadores ya no cuentan con los mismos recursos económicos para aportar. Si la justificación es que sale más barato traer refuerzos y desplazar a las puertorriqueñas, pues para mí es escandaloso”, señaló Seilhamer.
Y es que las ligas profesionales de Puerto Rico no están ajenas a la crisis fiscal. Ante el panorama económico de la isla, el respaldo de la fanaticada durante los torneos regulares de las diferentes disciplinas ha mermado. Esto, a pesar de ajustes en los costos de boletos y de las aportaciones que algunos municipios hacen para contrarrestar la situación.
A tales efectos Seilhamer indicó que sin una base sólida no es momento para seguir sumando refuerzos, pues alimentar la fuga de dinero precariza las condiciones de los programas de desarrollo y crea nuevos impedimentos para la evolución del deporte local. Según el exapoderado, es momento de que las ligas profesionales retomen la filosofía inicial en cuanto a la contratación de refuerzos.
“En principio, esas contrataciones se pensaron para crear un balance competitivo”, dijo. “Pero aquí ya hay refuerzos que en ligas profesionales cobran hasta $10,000 semanales y no reinvierten en Puerto Rico. En ese sentido, tiene que haber una transformación diametral de los equipos profesionales. Ante la ausencia de fondos para desarrollar atletas hay que hacer una transferencia de enfoque. Y si no hay un cambio de visión, se caerán nuestros equipos”, añadió.
Para Seilhamer hace tiempo que el gobierno dejó de ejercer la función primaria en el desarrollo deportivo. El político piensa que el DRD ya no cumple con una función efectiva que materialice la capacitación y la educación de entrenadores para lograr impulsar un proyecto sólido de país, que envuelva tanto a los sectores más vulnerables como a los más privilegiados.
En esa línea, el pensamiento de Seilhamer es bastante similar a la visión del entrenador nacional de béisbol Edwin Rodríguez, quien entiende que ahora, más que nunca, hace falta una redefinición del deporte en Puerto Rico. Rodríguez cree que Borinquen necesita plantear el escenario deportivo como un espacio de inversión social y no como un gasto. Por eso, cuando le presentamos el hecho de que la actual administración reducirá el presupuesto para deporte el experimentado deportista no lo pensó dos veces para batear esa recta y sacarla del parque.
“Interpretar el deporte como un gasto y no como una inversión es un ejercicio completamente erróneo. Creo que ante la crisis tenemos que volver a enfocarnos en las comunidades. Tenemos que devolverle las herramientas a esos líderes comunitarios para que den ellos en la raíz del asunto, que es la niñez y el talento que hay que desarrollar desde una perspectiva amplia, no meramente económica como suele pasar. Hay que ayudar a los líderes que, sin paga, están de tú a tú desarrollando talento en los barrios”, comentó desde California el dirigente de la novena boricua.
De acuerdo con Rodríguez, hay que mirar las comunidades antes que el profesionalismo. Y dejó claro que el rol comunal es esencial en el Puerto Rico de hoy pues, a su modo de ver, es el ambiente comunitario el que mantiene viva la esencia del deporte, “el desarrollo de buenos seres humanos, de gente productiva”.
Para el entrenador hay que hacerle swing al momentum. En ese sentido, asegura que no es tiempo de esperar strikes en la caja de bateo. Por el contrario, es importante que la sociedad puertorriqueña se piense a sí misma, reconozca sus valores y saque provecho de sus fortalezas.
“Nosotros hemos estado gastando dinero en cosas que no ayudan al país. El deporte siempre recibe los sobrantes. Hemos fallado en el ejercicio de valorizar el deporte. Ha llegado una gran oportunidad para reconocer el valor que tiene el deporte, tanto social como económicamente, y trabajar como pueblo sobre eso”, expresó Rodríguez, quien manifestó que en momentos de crisis siempre aparecen oportunidades para mejorar.
“Estamos ante un problema, frente a una dificultad nacional bien grande. Pero creo que podemos ser creativos en el desarrollo de un mejor Puerto Rico. Creo que este marco socioeconómico representa una oportunidad para atender los espacios que no hemos impactado de forma responsable. Ante lo que aparenta ser negativo, los individuos y los pueblos deben ver las cosas como oportunidades de crecimiento. Debemos interpretar nuestro panorama actual como una vía para reconocer el valor de las comunidades y de todos los líderes que, sin dinero de por medio, levantan el deporte y el país”, sentenció el dirigente.
Según Rodríguez, la misión principal en este momento –cuando la soberanía deportiva se ve amenazada por la política pública del Estado, la corrupción y con bajas importantes de líderes genuinos– es que el pueblo trabaje sobre sí. A juicio del entrenador nacional, la identidad de los puertorriqueños está bien definida, pero igual merece más compromiso. En ese sentido, nos dijo, esta coyuntura es un gran reto donde la identidad también está en terreno de juego.
“Sabemos lo que es de aquí. Y en cuanto a eso, no debemos cambiar. Si algo debe cambiar es su fortalecimiento. Somos puertorriqueños, y esa noción –desde el deporte– debe ser fortalecida”, puntualizó.
Cuando el partidismo llega al terreno de juego
Si algo es interesante en Puerto Rico es el debate que, a raíz de las discusiones sobre la identidad, introduce el elemento político en el deporte. Por un lado tenemos deportistas independentistas, como es el caso de Edwin Rodríguez, y por otro, anexionistas, como el senador Larry Seilhamer. Y claro, también están los que favorecen alguna versión del Estado Libre Asociado (ELA), como es el caso de David Bernier, quien recientemente cayó derrotado en las urnas y quien, además de medallista centroamericano y panamericano, presidió el Copur.
Ahora Iván Rodríguez será catcher en el Congreso a favor de la anexión. ¿Sabías que el astro boricua Roberto Clemente Walker endosó la candidatura a la gobernación de Roberto Sánchez Vilella en octubre de 1964? ¿O que Jackie Robinson, primer afroamericano en jugar en las Grandes Ligas, apoyó a Richard Nixon y al Partido Republicano durante la contienda electoral de 1960 en las que John F. Kennedy fue electo presidente?
Pendientes al segundo round de esta discusión deportiva.
¿Qué usted cree: el mejor receptor de todos los tiempos recibirá otro no-hitter en Washington D.C. como los que le catcheó a Kenny Rogers (28 de julio de 1994) y a Justin Verlander (12 de junio de 2007)?
Ya veremos. Por ahora, sería un buen ejercicio ir pensando cuán político es el deporte boricua en el marco de nuestra condición colonial.