Ante un panorama económico de muchos más retos en el Puerto Rico, estudiantes universitarios de artes y artistas de profesión han tenido que buscar otras alternativas para poder mantenerse y seguir promoviendo la cultura en en el País.
“Siempre que hay crisis económica en el mundo, lo primero que cortan son las artes”, expresó Jailene Rivera Ayala estudiante egresada del Conservatorio de Música con una especialidad en flauta traversa.
Si bien Puerto Rico atraviesa por una crisis económica desde hace más de una década —en la que los fondos dirigidos a entidades y programas culturales y artísticos han disminuido— lo cierto es que, con la instalación de una Junta de Control Fiscal en la Isla, la situación toma un rumbo más crítico para las personas que aspiran a dedicarse a este tipo de disciplinas.
Ese es el caso de Rivera Ayala, quien actualmente tiene dos empleos, uno en el programa Música 100×35 en el que funge como asistente de una maestra de violín y orquesta, y el otro en la Banda Municipal de Caguas, con quienes próximamente firmará un contrato. A la flautista se le hizo difícil encontrar trabajo en el ámbito de la música debido a la gran cantidad de artistas en el país.
Una de las grandes aspiraciones de Rivera Ayala es tener un oficio fijo orquestal. Sin embargo, explicó que en Puerto Rico solo hay una orquesta oficial y por eso es difícil obtener un contrato. En otros países como Alemania hay alrededor de 80 orquestas, por lo que la artista acentúa que en otras latitudes se hace más fácil encontrar un oficio fijo en esa materia.
“Me tendré que ir con mi música a otro lado. Mientras tanto, tengo que mantenerme trabajando con lo que consiga aquí [en Puerto Rico], reinventarme y hacer mi música”, dijo la flautista.
A pesar del escenario económico, Rivera Ayala, de 23 años, comentó que tiene que “trabajar duro, no voy a esperar a que me llamen”. Aunque mencionó que en varias ocasiones la han llamado para oportunidades en la música, estas han sido porque ella “tocó las puertas”. Rivera Ayala, que practica cinco horas diarias, manifestó que la música requiere de mucha disciplina y persistencia. Al estudiar música, se tiene que ser creativo, persistente y paciente, añadió.
Por otro lado, el estudiante de drama Luis Raúl Santiago García, de 21 años, dijo a Diálogo que para obtener el papel de un personaje de una obra “son muchas veces por recomendaciones y no por castings. Si hicieran casting, irían más personas y la competencia sería mayor”.
Santiago García indicó que el mercado del teatro es limitado en el País. Incluso, destacó que a los actores o actrices no se les paga durante los ensayos de las obras en Puerto Rico. Cuando la producción alcanza su recompensa monetaria, le pagan al actor, añadió.
“Ahora los jóvenes están haciendo mucha autogestión, creando sus propias compañías de teatro. Si tú no creas tu propio trabajo, es muy poco probable que te llamen. Esta generación está tomando su propia iniciativa para crear su trabajo. Es bien difícil que después que te gradúes de la IUPI consigas trabajo. Si no te llaman para trabajar, creas el tuyo propio”, sostuvo el estudiante. El universitario ve esa autogestión como una buena alternativa ante la crisis económica local.
Expuso, además, que le molesta cuando las personas toman el teatro como hobby ya que él lo ejerce para vivir, sea en la producción o como actor.
Según el estudiante, una de las dificultades que hasta el momento ha pasado en este campo es “pensar en la posibilidad que me voy a tener que ir a otro país para trabajar en lo que quiero”.
En los últimos dos años, el estudiante de drama ha trabajado en teatro escolar y tuvo la oportunidad de ser parte del elenco principal de la serie puertorriqueña La Academia.
En una situación similar se ubica la estudiante de Psicología, bailarina y maestra de baile Gabriela Dueñas Flores, quien aseguró que cuando no hay funciones u ofertas de trabajo, los bailarines y bailarinas buscan otras alternativas para mantenerse.
“Esto [la crisis económica] ha ayudado al bailarín hacer su propia autogestión y a no depender de una compañía profesional”, aseguró.
Aun así, la estudiante aceptó que tomó la decisión de estudiar Psicología porque siempre se ha interesado por dicha profesión y también quería tener otra opción aparte del baile.
“Tomé esa decisión para tener un plan B, que es algo que hacen muchos bailarines en Puerto Rico”, afirmó. Dueñas Flores es maestra en dos academias de baile y es bailarina invitada de la compañía CODA 21. Ha participado en diferentes producciones como el Cascanueces, Peter Pan, Alice in Wonderland, Don Quijote, El Lago de los Cisnes, Copelia, entre otras.
Peligran las organizaciones culturales del país
Según el director del Instituto de Cultura Puertorriqueñas (ICP), Carlos Ruiz Cortés, a los retos que ya pasan los artistas también se une el hecho de que las organizaciones culturales del país se están viendo afectadas por los recortes en los fondos que les hizo la Asamblea Legislativa a petición de la Junta de Control Fiscal.
El ICP tuvo reducciones de $2 millones y su presupuesto actual es de $6 millones, por lo que Ruiz Cortés explicó que esto conllevará hacer “cambios de ahorrar dinero y buscar la mano amiga de industrias privadas, auspicios y fondos federales”.
Para este año fiscal 2017-2018, la Asamblea Legislativa redujo los fondos a 36 proyectos culturales que están bajo el monitoreo del ICP, según la Resolución Conjunta 187.
Las entidades culturales que se les otorgó fondos fueron las siguientes:
El también profesor de Historia recalcó que las entidades culturales pequeñas son las que más se ven afectadas por los recortes en los fondos legislativos. Empero, Ruiz Cortés aseguró que no se van “a quedar con los brazos cruzados” y estarán ayudando a estas entidades culturales con patrocino y adiestramientos para buscar fondos federales y donaciones para que se mantenga operantes.
Y es que, el funcionario reconoció que el gobierno tiene la responsabilidad social de ayudar en los inicios, pero no se puede fundar organizaciones que dependan totalmente del estado.
“La cultura no es un gasto, es una inversión. La cultura genera ingresos y empleos. El pueblo puertorriqueño tiene que dejar de ver a nuestros amigos artesanos, pintores, gente que se dedica al drama, a la filosofía y literatura como vagos que se meten a la Facultad de Humanidades a andar con batas y faldas gitanas. Somos gente que tiene que estudiar muchísimo porque para vivir de las humanidades tienes que sacar maestría y doctorado”, expresó el director del ICP.
Busca alternativas ante la crisis económica
Una de las entidades que se ha movido a buscar nuevas opciones de financiamiento ante los recortes la compañía Balleteatro Nacional de Puerto Rico.
Según el director artístico y bailarín principal de la compañía, José Rodríguez, hace 12 años recibían $150,000 en fondos de parte del Departamento de Trabajo o de la Legislatura. Actualmente, reciben entre $10,000 a $20,000 en fondos.
Debido a la reducción de estos recursos, Rodríguez expresó que han buscado otras opciones para no depender del gobierno.
“Me he enfocado en hacer funciones adicionales como Balleteatro Íntimo. Convertimos nuestra sede en un teatro”, expresó el director. Con estas funciones adicionales, la compañía no gasta en el alquiler de un teatro ni en lo técnico y de esta forma han podido sobrevivir, sostuvo.
Además, Rodríguez explicó que muchos bailarines del País quieren ser parte de la compañía, pero no tiene los recursos necesarios para mantenerlos. El directivo le gustaría tener alrededor de 30 bailarines, pero debido a la situación económica, explicó que no es posible. Balleteatro Nacional cuenta con 10 bailarines, algunos de ellos provienen de la escuela de la compañía.
La precariedad acompaña a los artistas
A pesar de que la crisis en las industrias culturales se ha ido agravando, la bailarina principal de Balleteatro Nacional de Puerto Rico, Tatiana Rodríguez, afirmó que la profesión de un bailarín es “bien difícil a nivel económico” desde antes.
“Los que están en la compañía estudian en la universidad, son maestros de ballet en otras academias y en la escuela de Balleteatro”, explicó.
Además, mencionó que “los bailarines no reciben una gran remuneración de dinero a comparación de otras profesiones” y esto se debe a que en el País ve la profesión de un bailarín como un hobby.
Rodríguez enfatizó que el sueldo de los bailarines dependía de los fondos legislativos y del Departamento del Trabajo. Por lo que, al igual que el director de la compañía, sostuvo que desde el año pasado hicieron otras funciones en la sede para ahorrar y recaudar dinero. Este proyecto, Balleteatro Íntimo, permite a la compañía generar su propio ingreso, seguir produciendo y no depender tanto del gobierno, recalcó.
A pesar de las reducciones en los fondos a la compañía, Rodríguez mantiene un espíritu firme creyendo en la aportación social que hace el trabajo de los bailarines en el País.
“Mientras el gobierno quita fondos a las artes, pienso que es lo más que el País necesita. El País está tan agobiado que necesita ver en cada esquina bailarines y artistas llevando el mensaje que otra realidad existe”, agregó.