Las etiquetas y las clasificaciones pueden limitarnos e impedir el disfrute de las mezclas y las diversidades. Las fusiones, por sí solas, invitan a desechar nociones expiradas, sobre todo, entre seres humanos y —¿por qué no?— en la música.
Y si hay alguien que se distancia de las etiquetas es la cantante e instrumentista Xenia Rubinos.
Xenia a veces es funky y roquera. En otras, le somete al R&B con elementos de hip-hop, jazz y música electrónica. En canciones como ‘Lonely Lover‘, Xenia simplemente hace con su voz lo que le da la gana. Y es que la mezcla es medular en la música de esta artista radicada en Estados Unidos, pero de madre puertorriqueña y padre cubano.
Encajonarla en un solo género no va con ella. Xenia no solo es la mezcla que exhibe en sus discos “Magic Trix” (2013) y “Black Terry Cat” (2016), sino que también ejemplifica en carne y hueso lo que es ser es una mezcla. Creció en la ciudad de Hartford, Connecticut, pero es boricua, es cubana y, más que todo, es latina.
Claro, eso no significa que vayamos a clasificar su música como Latina. “Porque soy latina no quiere decir que hago música latina”, dijo en entrevista con Diálogo. Ciertamente, no hay nada escrito que limite a los latinos a solo interpretar merengue, salsa o cumbia.
Aun así, Xenia utiliza la música, no solo como un espacio donde converge la variedad de ritmos y elementos que explora, sino incluso sus ideas respecto a lo que sucede a su alrededor como latina en Estados Unidos. Especialmente, esos guiños se pueden apreciar en su más reciente álbum “Black Terry Cat “.
Ahora, ¿de dónde surge ese interés por plasmar en su música distintos elementos musicales? Xenia siempre quiso ser cantante. Su papá pensaba que iba a ser una cantante de opera. Sin embargo, Xenia rememoró que “cuando eres chiquito nunca te gusta lo que le gustan a tus padres”. Ella quería ser como Mariah Carey. Sin embargo, su padre le advirtió que antes de querer ser como la famosísima cantante debía aprender a leer música. Así, más adelante recordó que se interesó por el jazz standard y finalmente pudo ir a la prestigiosa Berklee College of Music en Boston.
Allí Rubinos estudió voz y un poco de piano, pero se percató que “no era mi onda lo de ser cantante de jazz”. Se alejó de la música por un tiempo hasta que “empecé a escuchar música distinta, música electrónica como Björk, punk music, también distintos compositores de jazz y ahí fue que empecé a escribir música por primera vez”.
En su primer disco, “Magic Trix“, el contenido de sus letras era “la última cosa en la que me enfocaba”, recordó. “Para mí lo primero era la melodía, el ritmo y los sonidos”. No obstante, en “Black Terry Cat“, la muerte de su padre y el interés por conocer más sobre su historia la motivó a relatar su experiencia como latina en Estados Unidos por medio de sus sencillos.
“En este disco me estuve preguntando muchas cosas de cómo me siento siendo hija de cubano y puertorriqueña aquí viviendo en los Estados Unidos”, confesó. Y es que esa es parte de la trama de ser latino o latina en ese país: el ser o no ser. Soy o no estadounidense. Soy o no soy puertorriqueña.
Uno de esos relatos sobre la vida latina en las grandes urbes estadounidenses es plasmado en el tema ‘Mexican Chef‘, en el que Xenia pinta un panorama en el que cada restaurante que visita los empleados de la cocina son boricuas o mejicanos.
Según nos contó Rubinos, la canción inició con la ayuda de su baterista Marco Buccelli a modo de una idea pícara y hasta jocosa. Pero, a su vez, el tema señala una realidad innegable acerca del anonimato social y laboral de los latinos en Estados Unidos.
“Son cosas que he visto toda mi vida. Realmente es una circunstancia que quisiera que cambiara. Quisiera que los latinos en este país pudieran tener ownership de algo”, indicó la intérprete. Para Xenia, ese ownership se alcanza mediante el conocimiento de la historia latina en Estados Unidos y más allá de saber tu trasfondo familiar. “Creo que nos hace falta aprender nuestra historia, no solamente de donde vienen nuestras familias, pero toda la parte importante que hemos tomado en la historia de este país y todas las cosas que hemos hecho que no sabemos”, precisó.
Especialmente, en Estados Unidos, la comunidad latina es eje de nutridos estereotipos. En cambio, Xenia Rubinos forma parte de esta gama de artistas que con su propuesta musical transmite una voz de lo que es ser latino o latina en Estados Unidos, libre de etiquetas y estereotipos.
“La razón principal por la que hago música es para mí misma y para entender por qué estoy aquí, qué estoy haciendo y tratar de trasladar algunas ideas que tengo. Ahora, si yo puedo ser un ejemplo de otra manera de ser, pues estoy contenta de empoderar y decir ‘tu no tienes que comportarte de algunas maneras porque alguien te dice que es así'”, sentenció.
Al igual que ella, artistas como Helado Negro y Hurray for the Riff Raff ejemplifican la narrativa latina enmarcada en el entorno estadounidense. Xenia, precisamente, entiende que su propuesta y la de sus pares “te da ese ejemplo de lo que decíamos antes de que somos latinos, pero no tenemos que hacer música de así o asá porque somos latinos. Estamos trabajando en nuestras propias ideas”.
Son propiamente esas ideas que, en ocasiones inadvertidamente, derriban muros que alguna vez fueron erigidos y cimentados en el establecimiento de etiquetas y estereotipos.
En fin, son muros fruto de la ignorancia. La mezcla, sin lugar a dudas, es sinónimo de vanguardismo, pero también de disfrute. Xenia, con su música, celebra la mezcla y celebra la latinidad, su latinidad. Y así, deseosa de traerla a su Puerto Rico, te invita a la fiesta latina que hay en toda América con la bachata in the back.