El doctor, humanista y científico, Leonides Santos y Vargas, muere a sus 72 años dejando un amplio legado a la Universidad de Puerto Rico (UPR) y al País.
Para Santos y Vargas la ética siempre fue el detonador que ayudaría a mejorar las sociedades. Siempre y cuando, estuviera desprovista de cargas ideológicas, sentimentales y religiosas. Así lo dejó ver en vida en múltiples ocasiones.
Hoy, al recuerdo de quien por muchos años fue un pilar de alto calibre para la UPR, específicamente el Recinto de Ciencias Médicas (RCM), trascienden aportaciones que sin duda simbolizan baluartes académicos en la Isla.
El también profesor promovió el estudio y aplicación de los valores y la ética desde el Instituto de Estudios Humanísticos y de Bioética, Eugenio María de Hostos, en el RCM.
Sobreviviente a un agresivo cáncer de próstata diagnosticado en 2002, el profesor veía el éxito de haber sobrepasado esta enfermedad a su apuesta a la vida. A "seguir trabajando y ser disciplinado", según explicó en una ocasión en entrevista con El Nuevo Día.
Esta disciplina lo llevó a obtener su bachillerato, maestría y doctorado en Filosofía y una maestría en Educación. Aún más, puso su alto compromiso con la educación superior del País a disposición del estudiantado como profesor y decano de varios recintos de la UPR.
También se destacó en varias universidades privadas en la Isla. Más tarde, regresó al Sistema UPR como decano del Colegio de Profesiones Relacionadas con la Salud hasta que fundó el Instituto de Estudios Humanísticos y de Bioética, Eugenio María de Hostos.
En la década de 1980, comenzó con los estudios e investigaciones en el campo de la Bioética, de los que se destacan el estudio Bioética y Pueblo en el que Santos y Vargas propone la utilización del concepto Bioética al alcance de todos; o la publicación Nociones de Bioética en Relaciones con el Paciente, en el que se observa la aplicación de este concepto en los ciudadanos, entre otros.
Estas aportaciones al corpus de trabajos investigativos desde la disciplina salubrista lo llevó a ser reconocido por organizaciones internacionales como la la Red Latinoamericana y del Caribe de Bioética auspiciada por la UNESCO. En el ámbito nacional, fue coolaborador del Periódico Diálogo de la UPR en múltiples ocasiones. Y recientemente su trayectoria profesional le mereció el nombramiento como Profesor Distinguido.
Sin embargo, sus aportaciones no se limitaban al salón de clases o a sus horas de investigación, sino que también velaba por la calidad de la comunidad universitaria en pleno.
Esto lo evidenció cuando el 15 de abril de 1993, se dirigió al Senado de Puerto Rico, en calidad de decano -pero sobretodo de universitario- con ideas para el mejoramiento de la Universidad en el marco de la Revision de la Ley de la UPR.
En la clausura de su escrito dirigido al Senado, Santos y Vargas expresa:
"La vida es breve, constató Séneca. Esto es cierto para la vida personal y la vida profesional -mucho más breve para el político y los administradores universitarios. Ya que se tiene tanta fascinación por administrar bien al País y a la Universidad, ¿por qué no atreverse desde la brevedad de la incumbencia de los legisladores y gobernantes, a someter legislación de avanzada, que reconozca que nuestra Universidad es el patrimonio más preciado de la grandeza de nuestra civilización? Los grandes políticos y grandes universitarios no pueden limitar sus miras al corto plazo -por más breve que sea la vida. Más allá de nuestras existencias personales está la vida extendida de nuestro gran País y de nuestra gran Universidad, ambos honra de todos los puertorriqueños".
Como honra su vida, su legado y su ejemplo de universitario.