A la edad de nueve años a Lucas Ezequiel Eliano le tocó enfrentarse al abandono y la pobreza. Su madre murió y su padre aprovechó el momento para marcharse a otro país. Desde entonces, el niño vive prácticamente bajo el cuidado de su tía Elizabeth, que con tan sólo 11 años de edad ha tenido que asumir el rol de guardiana de Lucas así como de la abuelita de ambos, doña María.
Lucas pasa los días en las calles de Pueblo Nuevo en Argentina. Allí encuentra desahogo en los juegos de mano así como refugio, alimenta y hasta hospedaje en casas ajenas.
Este niño es uno de esaquinta parte de los habitantes del planeta, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, viven en condiciones de extrema pobreza.Afortunadamente existen entidades e iniciativas sin fines lucro que sirven como agentes catalizadores y gestores de cambios positivos en el paradigma de comunidades necesitadas como en la que habita Lucas. Entre estas organizaciones se encuentra Campamento Misión, iniciativa establecida en Puerto Rico desde 1998 y dirigida por el Padre Alfredo Guzmán.
El sacerdote, de procedencia colombiana, pertenece a la Compañía de Jesús en Puerto Rico, y ha dedicado más de 15 años a formar grupos de jóvenes líderes que buscan la experiencia de brindar apoyo a los más necesitados. De igual manera, estos jóvenes buscan formarse y comprometerse con el servicio comunitario. A través del Campamento Misión, se les brinda la oportunidad de colaborar en la construcción de residencias de escasos recursos en comunidades campesinas de América Latina.Se construyen y restauran viviendas, instalaciones deportivas, capillas, salones de usos múltiples, entre otras estructuras.
Más de 1,200 jóvenes puertorriqueños han participado de esta iniciativa y recorrido aproximadamente más de 360 mil kilómetros en distintas partes del mundo. El pasado semestre hice un alto en mis estudios para tener la oportunidad de participar de esa experiencia.
Entre las regiones que visita el Campamento Misión se encuentran Arenoso en República Dominicana, Santa Rita en Paraguay y Pueblo Mado en Argentina. Precisamente, la localidad donde encontramos a Lucas está ubicada en Pueblo Nuevo, municipalidad de Pueblo Mado. El lugar es un poblado construido en su mayoría por extranjeros paraguayos o brasileños. El pueblo se formó a partir de la movilización de los residentes de un sector privado, a uno otorgado por el gobierno actual, según indicó Tony, de 32 años, residente de ese lugar, quien trabaja para una compañía de servicios eléctricos.
La mayor parte de las viviendas están construidas en madera. Parte de la economía de ese poblado depende, precisamente, de la plantación, corte y venta de madera así como de la agricultura.
Guardiana perseguida
Luego de celebrar una de las actividades culturales que se realizan en el Campamento Misión, los misioneros decidimos tomarnos un tiempo para compartir, jugar y charlar con los niños del pueblo. Entre risas, cantos y fotografías, noté el cuidado constante de una niña a otro niño. Así fue como conocí a Lucas. Una grave conjuntivitis le había hinchado los ojos y no le permitía jugar o salir fuera de su residencia. Mientras uno de los compañeros de la misión (un estudiante de medicina) lo asistía, Elizabeth nos habló acerca del pasado del niño y de su situación actual.
Elizabeth es una niña de baja estatura que podría pasar desapercibida. Cuando cuenta su historia y la de Lucas se le escapa el llanto. Entre las palabras que se entienden a través de los sollozos, habla acerca de la muerte de Sussane Deli, madre de Lucas y sobre la condición médica de su abuela María. La mujer padece de una hernia en su abdomen que no le permite trabajar y mucho menos cuidar a ambos niños.
Con suma candidez Elizabeth asegura que la muerte de Sussane fue por a causa de un Page, hechizo o vudú destinado a lograr un determinado objetivo. La niña explica que el Page que le hicieron a la madre de Lucas fue a través de un pollo maldecido que le regaló una vecina.
Nunca se supo de la enfermedad que tenía, hasta el momento de su autopsia. Tras esta intervención, a Sussane se le extrajo un parásito, que según Elizabeth, aun sigue creciendo en una jarra custodiada por el padre de Lucas en Uruguay, donde reside con la hermana menor del niño y su nueva esposa.
Se cree que la muerte de Sussane se produjo realmente por el consumo de un alimento contaminado con parásitos. Y es que, la escases de recursos higiénicos y el acceso limitado a la información son algunos de complicaciones cotidianas a la que se enfrentan los habitantes de Pueblo Nuevo.
Elizabeth detiene su historia y señala con temor a un joven en motocicleta que se encontraba en las afueras del lugar. Explica que a causa de personas como él, prefiere vestirse con camisas y pantalones anchos largos para no llamar la atención. Según explica, este atuendo le sirve como camuflaje, ya que en la zona existe la tendencia de raptar niñas para ser vendidas a prostíbulos.
La prostitución y la trata de personas con fines sexuales nacieron mucho antes que la misma nación Argentina. Raúl A. Schnabel, menciona en su ponencia "Historia de la Trata de Personas en Argentina como Persistencia de la esclavitud" (2008), que en ese país “la experiencia indica que el comercio de armas, drogas y trata de personas es una rutina frecuente”.
Asimismo, el reportaje “Trata de personas en Argentina”, redactado por Rocio Scheytt para www.perfilcristiano.com, la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos y Trata de Personas (UFASE), denunió que el 2009 el norte argentino, especialmente el noreste -donde se encuentra Pueblo Nuevo- es una región de captación de personas para explotación sexual y, a su vez, de transporte de víctimas con fines de explotación laboral.
Lamentablemente, estas comunidades reciben poca atención del gobierno. Según Padre Alfredo, no existe ninguna iniciativa gubernamental que eduque a la comunidad en temas como la higiene y/o valores comunitarios como lo hizo alguna vez en Puerto Rico la División de Educación de la Comunidad (DIVEDCO).
Pero toda esa situación no quita de Elizabeth el sueño de convertirse algún día en médico. Y en lo que ese momento llega, la pequeña guardiana continúa junto a su abuela custodiando de Lucas en Pueblo Nuevo, donde anualmente, Padre Alfredo junto a un grupo de jóvenes con calidad humana les brindan la mano.