El rector interino del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, Luis Ferrao Delgado, destituyó el pasado martes a Grisel Meléndez Ramos del puesto en propiedad de decana de Administración.
La destitución de Meléndez Ramos de su cargo se concretó ayer jueves, según el profesor de Contabilidad José González Taboada en una carta dirigida a senadores claustrales y estudiantiles.
En la carta, González Taboada explicó que el rector interino le envió una carta de despido a Meléndez Ramos, sin dar razones para la destitución.
Además, exhortó al Senado Académico a “pedir cuentas y a realizar una evaluación exhaustiva del desempeño del rector interino, con la participación de toda la comunidad”.
Diálogo se comunicó con el oficial de prensa del rector interino, Mario Alegre Barrios, para conocer cuál fue la razón del despido de la decana.
“Es un puesto de confianza; esa es la expresión del rector”, fue la escueta reacción del director interino de comunicaciones.
Según González Taboada, esta es la tercera ocasión en que Ferrao Delgado destituye a un decano en propiedad sin que medie una explicación administrativa o académica.
Anteriormente, el rector interino destituyó al decano de Educación, Roamé Torres González, y al de Estudios Graduados e Investigación (DEGI), Pedro Rodríguez Esquerdo.
“En los tres casos ha citado la confianza como su motivación. Resulta irónico que un rector interino, nombrado sin consulta alguna con la comunidad del recinto y que no ha sido evaluado por nadie durante su tormentosa incumbencia, pregone la confianza para destituir a tres decanos que fueron nombrados por medio de procesos de consulta y gozaban de la confianza de aquellos a quienes servían. En el caso de la decana de Administración y el decano del DEGI, estos fueron confirmados por el Senado Académico. Y los tres decanos recibieron el aval del presidente y la Junta de Gobierno. En todo caso, lo prudente hubiese sido realizar evaluaciones de estos tres funcionarios”, señaló González Taboada.
La movida se da a pocos días de que se designe un presidente en propiedad para el sistema de la Universidad de Puerto Rico que tendrá a su cargo la recomendación de nuevos rectores en propiedad para los 11 recintos y unidades o la permanencia de los que actualmente fungen como interinos.