El tema del conocimiento siempre ha constituido un eje en torno al cual se construyen visiones de mundo, de lo humano e ideas sobre el progreso social, según explica el licenciado Antonio García Padilla, pero “lo nuevo es que hoy día, a los grandes centros económicos, científicos y políticos del mundo ya no se les adjudica la exclusividad en cuanto a la generación del conocimiento y a la innovación se trata”. Para el pasado presidente de la Universidad de Puerto Rico (UPR) se ha superado lo que denomina vieja cartografía del conocimiento y la innovación.
Lo importante es que las oportunidades se multiplican y los paradigmas comienzan a cambiar. Los gobiernos del mundo y las universidades reconocen el rol de la investigación y producción de nuevos conocimientos como una necesidad para provocar estos cambios en relaciones de poder.
La inversión en esta dirección se convierte en prioridad, en lugares insospechados y esto constituye una toma de responsabilidad por parte de los gobiernos. “Se impone la revisión y actualización de los paradigmas de conocimiento y se impone la revisión de las inversiones sociales que definen la competitividad. Puerto Rico, el Caribe e Iberoamérica, no son la excepción. Nos toca actuar”, expresaba el también abogado.
El desarrollo económico de una sociedad está estrechamente ligado con el bienestar de sus habitantes. Eso no es noticia. Y cada vez más, Puerto Rico debe mirar el rol y la responsabilidad de la Universidad, de sus universidades, en el desarrollo económico de la Isla.
“No es coincidencia que haya sido cerca de las universidades de investigaciones del mundo donde se han establecido tantos importantes complejos de alta tecnología que impulsan la economía global. En efecto, las instituciones promotoras de la investigación -las universidades, los institutos-, hacen posible llevar a nuestros países a modelos de producción y de capitalización basados en los bienes de la inteligencia, susceptibles de ser aplicados en la industria, en los servicios, en las comunicaciones, en la optimización de la salud y de la calidad de la vida”, puntualizaba el profesor en la Escuela de Derecho de la UPR.
Sin embargo, para el licenciado García Padilla, un obstáculo cultural debe ser superado: la desconfianza en el conocimiento y tecnología generados localmente. “Percibo en las nuevas generaciones de académicos -sobre todo en aquellas formadas en los mejores centros de creación del mundo-, una disposición más decidida a concebir -y a someter y acometer- en nuestras propias instituciones iniciativas de investigación de frontera. Son las inclinaciones y las vocaciones que requieren respaldo que no deben caer en escepticismo y las trepidaciones de las generaciones anteriores menos dadas a entender la importancia del desarrollo de este tipo de iniciativa. La peor suerte que pueden correr nuestras comunidades es que sus mejores talentos jóvenes se vean en el imperativo de emigrar a riesgo de encontrarse sin respaldo para adelantar sus carreras como creadores”, percibió el catedrático.
El modelo alemán de universidad de investigación (research university) se ha consolidado en diversas partes del mundo y cada vez son más los rankings que se basan en la producción investigativa científica para evaluar el desempeño de una institución de educación superior. Bajo estos parámetros, García Padilla dio como ejemplo el Ranking Iberoamericano SIR 2010, realizado por el Grupo SCImago -que examina más de 2,000 universidades en 84 países-, para destacar la atención que merece la investigación en las universidades iberoamericanas. Vale la pena mencionar que la Universidad de Puerto Rico es la única universidad puertorriqueña que tiene un espacio en este ranking. Su Recinto de Río Piedras ocupa el lugar 1,069 y el Recinto de Mayagüez, el 1,338. Asimismo, en este ranking a penas el 5% son instituciones iberoamericanas, principalmente españolas.
“Siguiendo de nuevo el índice de SCimago, las primeras cincuenta revistas científicas de impacto son todas editadas en los Estados Unidos o el Reino Unido. Entre las siguientes cincuenta, aparecen dos que se salen de esos países pero ninguna es iberoamericana. Esas dos revistas son una alemana y la siguiente danesa. Así que todavía en esas primeras cien revistas ninguna corresponde a Iberoamérica. La revista iberoamericana que más alto rango ocupa en esa jerarquía de SCImago es The International Journal of Developmental Biology”, revista editada en la Universidad del País Vasco en España y que, según indicó, ocupa la posición 244. Explicó el catedrático que el cuadro es similar al revisar las listas de países productores de revistas y publicaciones arbitradas, indicador de lo mucho o poco que un país o una región aporta a la innovación y generación de conocimiento por disciplinas.
Para el licenciado García Padilla, estimular la producción de investigación en las universidades, particularmente en aquellas en las que ya se ha comenzado a trabajar en esa dirección, debe ser prioridad. Y halagó la iniciativa de la Universidad de Sâo Paulo (USP) en Brasil para articular una la Red Iberoamericana de Universidades de Investigación (RIDUP, por sus siglas en portugués) que se constituyó el año pasado en el encuentro USP e Iberoamérica: Educación, Ciencia y Tecnología. En esa ocasión 65 instituciones de la región firmaron el convenio de creación de la RIDUP, entre ellas, la Universidad de Puerto Rico.
¿A qué ritmo debe crecer la producción del conocimiento en Puerto Rico para mantener la posición que el país ocupa a nivel mundial en el cuadro de generación de conocimiento?, ¿A qué ritmo debe crecer la producción de conocimiento en cada una de las instituciones universitarias puertorriqueñas para que esa posición agregada del país pueda mantenerse? ¿A qué ritmo debemos crecer para que mejore nuestra posición frente a otras jurisdicciones del mundo? ¿Cuáles serán las circunstancias de las que dependerán el cumplimiento con los objetivos perseguidos? ¿Cuál es el programa de inversiones y de apoyo que se requiere para respaldarlos? ¿Cuánto? ¿Cómo medimos y dónde discutimos periódicamente sobre el cumplimiento de las metas trazadas? Son todas preguntas que el pasado presidente de la UPR deja sobre la mesa para los diversos actores a los que se ha asignado la tarea de conformar nuestra agenda de país.
Con las voluntades en sintonía, Puerto Rico podría bien pasar a denominarse una economía del conocimiento. Ya lo demostraron países como Brasil y Chile con un aumento significativo en sus publicaciones arbitradas, por ejemplo, que es un resultado directo de la producción intelectual y científica de sus universidades.
“El éxito como última instancia, como todos sabemos, tiene que ver con los equilibrios y con los valores que alcanza la persona humana de su convivencia en su búsqueda natural de la felicidad, en el reto de vivir con los demás en este pequeño mundo. Tiene que ver con la autoestima de los que formamos comunidad. Tiene que ver con el convencimiento de que somos capaces de producir buen conocimiento y de traducirlo en buena civilización”, concluyó el licenciado Antonio García Padilla.
El ex presidente de la Universidad de Puerto Rico se presentó en el panel Acciones hacia una transformación de la educación universitaria, como parte de la Actividad Cumbre del Decimonoveno Senado Académico de la Universidad Interamericana de Puerto Rico (UIPR) en Arecibo. El evento contó con la coorganización de Universia Puerto Rico.
Para acceder al texto original puede visitar Universia Puerto Rico.