Coreógrafa, bailarina y directora alemana pionera en la tendencia de la danza-teatro. Famosa por sus piezas que combinan la emoción, la escenografía, los movimientos corporales y el sonido. Una reconocida personalidad de la danza para quien este arte es “una forma de interrogación que carece de piedad o morales”. Aún tras su muerte en el 2009, Pina Bausch sigue influenciando constantemente el mundo de la danza moderna.
Es esta influencia la que motivó a la profesora Carola García a llevar a cabo el conversatorio “Lo imposible como posibilidad, reflexiones en torno a la danza-teatro de Pina Bausch y sus resonancias en creadores puertorriqueños”, en el que participaron la profesora, bailarina y coreógrafa Viveca Vázquez y la compañía de teatro Y no había luz.
Vázquez resaltó a Bausch como una de las más grandes figuras de la danza postmoderna, una bailarina y coreógrafa que incluye gran cantidad de elementos en sus coreografías en las que predomina el sentimiento y un “abandono al ballet”.
“A pesar de que era una bailarina técnica, ella escoge el movimiento cotidiano para hacer sus montajes. Es chocante porque requiere una decisión independiente”, expresó Vázquez acerca de su admiración por la coreógrafa alemana.
El conversatorio incluyó la presentación del documental Pina, del director alemán Wim Wenders, así como una pieza de Bausch interpretada por la compañía Y no había luz. La actividad formóparte de las jornadas Humanidades en el Cuadrángulo, que se celebrarán como parte de los 70 años de la Facultad de Humanidades.