El presidente estadounidense, Barack Obama, se comprometió el lunes a reducir a la mitad el enorme déficit presupuestario durante los próximos cuatro años y dijo que la economía enfrentaría otra crisis si no se atienden los problemas de la deuda del país. En su primer mes, el Gobierno de Obama ha impulsado un estímulo económico de 787.000 millones de dólares, no sin advertir que la necesidad de la misma represente terreno libre para aplazar que los problemas presupuestarios de Estados Unidos. “Si confrontamos esta crisis sin confrontar también los déficit que ayudaron a causarla, nos arriesgamos a caer en otra crisis a lo largo del camino”, dijo el presidente en la apertura de un encuentro sobre responsabilidad fiscal en la Casa Blanca. El vicepresidente Joe Biden, subrayó el impulso de Obama para reforzar la posición fiscal del país, diciendo que la crisis económica no debe eclipsar los cambios fiscales necesarios. “Queremos ser claros: mientras damos los pasos que debemos dar para atravesar la crisis en la que nos encontramos, no perderemos de vista el largo plazo”, dijo Biden en el marco de la apertura del encuentro en la Casa Blanca. “No perderemos de vista la necesidad de abordar las reformas en salud, de enfrentar la reforma en políticas energéticas que necesitamos y varios otros desafíos que van a determinar cómo será el siglo 21”, afirmó Biden. Aunque su administración ha centrado su energía casi totalmente en sacar a Estados Unidos de la recesión y en el manejo de los problemas del sector financiero, Obama también quiere hacer valer las promesas de campaña, como la ampliación de las prestaciones de salud para los estadounidenses sin seguro médico y la lucha contra el cambio climático. Su director de presupuesto, Peter Orszag, dijo que reducir los costos de la asistencia médica era necesario para aliviar los dolores de la economía estadounidense. “Lo más importante que podemos hacer para poner de nuevo a la nación en forma sostenible (fiscalmente) es reducir los costos de la asistencia médica”, dijo. Obama invitó a legisladores de ambos partidos, empresarios, dirigentes sindicales y expertos en presupuestos a participar del encuentro, para debatir la manera de abordar cuestiones a largo plazo como la atención médica, programas de ayuda social y los programas de contratación federal en áreas como la defensa. Republicanos importantes, incluyendo al líder de la minoría de la Cámara de Representantes, John Boehner, y al senador por Arizona John McCain, rival de Obama en las presidenciales, asistieron a la cita. Boehner y otros republicanos han pronunciado mordaces críticas sobre la ley de estímulo, etiquetando las propuestas de gasto como un derroche que sólo inflarían la deuda. El lunes, pidió que se congele el gasto federal. “El presidente Obama ha pedido a los dos partidos que se pongan serios sobre la responsabilidad fiscal. Con nuestro déficit presupuestario potencialmente alcanzando los 3 billones de dólares este año, los republicanos están dispuestos a trabajar con él y creemos que deberíamos comenzar ahora mismo”, dijo Boehner en un comunicado.