Con su nueva producción independiente Boyhood, el director estadounidense Richard Linklater luce lo mejor de sus talentos para explorar de manera revolucionaria uno de sus temas favoritos, la incertidumbre y la emoción que definen los años de juventud.
En el 2002 Linklater escogió al actor Ellar Coltrane para el rol de Mason, el personaje principal de Boyhood. De igual modo, contrató a otros tres actores para hacer de su familia inmediata y completar el elenco central: Patricia Aqruette y Ethan Hawke, en el rol de los padres de Mason, así como Lorelei Linklater, hija del director, en el papel de la hermana.
Por doce años, desde el 2002 al 2014, el director reunió a sus actores para filmar escenas en la vida de esa familia inventada, poco a poco montando un bildungsroman alrededor de Mason, un típico chico estadounidense de clase media criado a principios del siglo veintiuno en Texas.
Durante el transcurso del filme, la cámara sigue de cerca a Mason mientras crece y lidia con situaciones como una mudanza inesperada, en inicio de la escuela superior, su primera novia y su ingreso a la universidad. En el filme todos los cambios de una juventud se acumulan y complican su experiencia.
Linklater nunca especifica la edad de los personajes ni el año en que se dan las transiciones, dejando que el crecimiento físico y emocional de sus actores sirva de guía para el público voyeur, creando un efecto hipnótico.
Los elementos superficiales que añaden a la narrativa remiten a una generación específica, sin tornarse egocéntrica ni recaer en el solipsismo. La música, el vestuario, los videojuegos, los cortes de pelo y las canciones que sirven de partitura, entre muchos otros detalles, definen la unicidad de la historia pero a la vez la tornan universal. Mientras el público conoce al personaje principal, no podrá evitar comparar sus experiencias con las del chico en pantalla, marcando las diferencias y similitudes entre el filme y la realidad.
Durante su niñez, Mason no es más que un observador, como todos lo fuimos en esa etapa de la vida. Sus padres toman las decisiones importantes de su vida mientras él absorbe información del mundo que lo rodea. Sin embargo, cuando Mason madura, a la par con la natural y delicada actuación de Coltrane, se convierte en el centro de la película. En esta etapa, el personaje forma sus opiniones y prejuicios, y se nutre de éstos para tomar sus propias decisiones y enfrentarse a un futuro desconocido. Este es el logro más significativo de Boyhood.
El director tejano nunca le ha tenido miedo a experimentar con su quehacer cinematográfico. Waking Life (1993) es un ejemplo de sus arquetípicos libretos, usualmente verbosos y serpenteantes, que coquetean con temas existencialistas, pero mezclando la actuación con la animación. En la trilogía de Before Sunrise (1995), Before Sunset (2004) y Before Midnight (2013), el director utilizó el mismo recurso narrativo que en Boyhood, colaborando con la misma dupla de actores por veinte años, pero en tres instalaciones fílmicas, en aras de capturar la relación de pareja de personajes ficticios a través de sus vidas.
El proceso creativo de Boyhood es similar al de la trilogía Before Sunrise, pero con efectos diferentes. La cinematografía de Lee Daniel y Shane F. Kelly es sutil, por lo que evita interponerse entre el público y las cuatro actuaciones centrales, dándole protagonismo al desempeño actoral. De igual modo, al filmar esta entradacomo si fuera un documental, el pasar de los años agudiza la temática y el poder de esas cuatro actuaciones, atrapando en el cine toda una vida. Para los fanáticos del cine independiente y realista, Boyhood es verdaderamente placentera.