
Los desalojados fueron los residentes de la comunidad Puente Blanco en Cataño. El estallido de varios tanques de combustible la madrugada del 23 de octubre en la refinería Caribbean Petroleum los obligó a abandonar sus casas. A pocas horas de haber regresado a aquel techo- maltrecho-, donde el olor a gas todavía es perturbador, Diálogo recorrió este sector severamente afectado por los derrames de aceite, el humo y las llamas. Es una zona que convive con un monstruoso vecino, que no parece querer mudarse.
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