WASHINGTON- Aunque China instó hoy a Estados Unidos a cancelar un encuentro previsto para la próxima semana entre el presidente Barack Obama y el Dalai Lama, la Casa Blanca anunció que ambos líderes se reunirán el 18 de febrero, pese a las tensiones que esta visita pueda provocar entre Pekín y Washington. Según la agencia estatal de noticias de China, Xinhua, Pekín pidió a Obama que descartara “inmediatamente” el planificado encuentro en la Casa Blanca con el exiliado líder espiritual tibetano, pues una cita de ese tipo dañaría los lazos bilaterales. “China se opone firmemente a que el Dalai Lama visite Estados Unidos y que los líderes de ese país se contacten con él”, mencionó el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Ma Zhaoxu, según una cita difundida por la agencia oficial Xinhua. Según el diario español El País, a principios de febrero, un alto funcionario del Partido Comunista Chino, Zhu Weiqun, aseguró que Pekín adoptará “las acciones que correspondan” si se da el encuentro entre el Dalai Lama y Obama. Los lazos entre Pekín y Washington se han tensado por temas que van desde el comercio y el valor del yuan, hasta el plan de Washington de vender armas por $6,400 millones a Taiwán, la isla que China considera como una provincia y que declaró de manera ilegítima su independencia. China se comprometió la semana pasada a imponer sanciones no especificadas a las compañías estadounidenses que vendan armas a Taiwán, así como a reducir los contactos entre las fuerzas armadas de ambas potencias. Funcionarios de alto rango del Ejército chino han propuesto que su país aumente su gasto de defensa y venda algunos bonos estadounidenses para castigar a Washington por su última ronda de ventas de armas propuestas a Taiwán Pese a esto, funcionarios estadounidenses comentaron ayer que Pekín había autorizado que un portaaviones, el USS Nimitz, visite Hong Kong la próxima semana, en una aparente concesión de China. Con ese telón de fondo, la reunión planeada desde hace tiempo con el Dalai Lama ha incrementado la ira de Pekín, que considera al líder espiritual como un peligroso separatista responsable de fomentar la agitación en el Tíbet. Pero el Gobierno de Obama está listo para lidiar con el malestar de China por la visita del Dalai Lama y espera que su respuesta no sea peor que en el pasado, “eso es criticarla y luego seguir adelante”, expresó un funcionario estadounidense de alto rango, hablando bajo condición de anonimato. “El Dalai Lama es un líder religioso respetado internacionalmente y un defensor de los derechos tibetanos, y el presidente espera participar en un diálogo constructivo”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs. Atento a las sensibilidades chinas, Obama ha retrasado su encuentro con el Dalai Lama hasta después de ver a los líderes chinos durante una gira por Asia en noviembre, una demora que enfadó a algunos legisladores estadounidenses y grupos de derechos humanos. Pero la Casa Blanca aclaró en días recientes que seguirá adelante con la visita a pesar de la oposición de China. Las tensiones por el Dalai Lama y otros temas han planteado preocupaciones por una posible venganza de China mediante la obstrucción de los esfuerzos de Estados Unidos en otras áreas, como la imposición de sanciones más severas a Irán por su programa nuclear. Pero Gibbs insistió en que la relación entre Estados Unidos y China, la primera y tercera economías mundiales respectivamente, es lo “suficientemente madura” para hallar terreno común en temas de interés mutuo a pesar de los desacuerdos en otros asuntos. Comentó que Obama, por ejemplo, ha hablado abiertamente con los líderes chinos sobre las preocupaciones de Estados Unidos por su moneda y los problemas con las libertades de acceso a internet. “Sabemos que ambos países no van a estar de acuerdo en todo”, declaró Gibbs. A pesar de eso, el funcionario estadounidense de alto rango sostuvo que el Gobierno está preparado para lo que podrían ser meses de “frialdad” desde China, “pero no va a abrumar la relación, ni va a ser de largo plazo”.