SEÚL- Corea del Sur suspendió este lunes el comercio y el acceso a sus aguas a Corea del Norte y exigió que Pyongyang se disculpe por el hundimiento de un buque de su Armada que ha elevado la tensión en la península a su nivel más alto en años. En un discurso transmitido por televisión a todo el país, el presidente Lee Myung-bak aseguró que llevaría el tema al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Los temores de que la retórica cada vez más agresiva se convierta en un conflicto abierto en la dividida Península de Corea han pesado sobre los inversores en Corea del Sur, la cuarta mayor economía de Asia. El won cayó más de un dos por ciento a un mínimo de ocho meses en las primeras operaciones, aunque posteriormente se recuperó un poco. “Insto solemnemente a las autoridades de Corea del Norte (…) a disculparse inmediatamente ante la República de Corea (Corea del Sur) y la comunidad internacional”, argumentó el presidente Lee en un discurso televisado a todo el país. A fines de esta semana, un equipo de investigadores internacionales acusó a Corea del Norte de lanzar en marzo un torpedo contra la corbeta Cheonan, matando a 46 marineros en uno de los enfrentamientos más letales entre ambos bandos desde la guerra de Corea de 1950 a 1953. “La meta de Corea del Norte es instagar a la división y el conflicto”, sostuvo Lee, hablando desde el memorial de guerra en la capital Seúl. “Ahora es tiempo de que el régimen de Corea del Norte cambie”, agregó. Su Gobierno suspendió todo el comercio, inversiones y visitas a Corea del Norte. Gran parte de la atención diplomática estará en China, la única gran potencia que apoya a Corea del Norte y que anteriormente este mes -para enfado de Seúl- recibió una inusual visita del líder norcoreano Kim Jong-il. La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, quien está de visita en Pekín, instó a China a cooperar ante el desafío que representa el hundimiento del Cheonan. Estados Unidos está presionando a China para que su sume a la condena internacional contra Corea del Norte. Hasta el momento, Pekín ha evitado culpar a Pyongyang, diciendo que hará su propia evaluación sobre porqué se hundió el buque. Analistas explican que Pekín está temeroso de que cualquier acción pueda provocar el colapso de Corea del Norte, debido a la cercanía con su territorio y quizás, en algo más preocupante, llevando al ingreso de soldados estadounidenses al norte de la península cerca de su frontera. Eso significa que China estará reacia a apoyar más sanciones contra Corea del Norte, cuya economía ya se tambalea. Lee prometió que mantendría la ayuda para los niños norcoreanos y no cerró un parque industrial conjunto dentro de Corea del Norte, el único rastro importante de la relación económica entre ambos países. Los mercados financieros locales sintieron algo de alivio con las palabras de Lee, que alejaron cualquier posibilidad de una respuesta militar. Las acciones de Corea del Sur y su moneda, el won, recortaron levemente sus pérdidas, mientras que los futuros de los bonos del tesoro extendieron sus ganancias ya que los operadores restaban opciones a la posibilidad de que las tensiones con el Norte aumenten lo suficiente como para motivar una fuga de capitales. “No se trata de que las tensiones con Corea del Norte se eliminen en un día, sino de que el discurso estuvo redactado de tal manera que ayudó a reducir el nerviosismo de los inversores”, explicó Yoon Yeo-sam, un analista de Daewoo Securities. Kwak Joong-bo, analista de mercados de Hana Daetoo Securities, respaldó esa postura. “Las tensiones entre Norte y Sur ciertamente no son positivas, pero dada la tendencia histórica, las pérdidas que el mercado sufra por eso serán breves, a menos que ocurra una situación drástica. Por drástica quiero decir guerra. No creo que una guerra sea posible”, declaró. Las medidas del Sur, sin embargo, apretarán más a la economía de Corea del Norte, que ya ha sido duramente golpeada por un mal manejo y por las sanciones internacionales debido a pruebas nucleares y de misiles. Quizás cauteloso de ir demasiado lejos en su condena contra el Norte, Lee no mencionó al líder norcoreano Kim Jong-il en su discurso, aunque muchos creen que autorizó -si no ordenó- el ataque contra el Cheonan.