
Cada vez se dan a conocer nuevos métodos e investigaciones para posibles tratamientos, detecciones tempranas y prevención del cáncer. De hecho, hace dos meses la Universidad de Puerto Rico (UPR) inauguró, en el Centro Médico de Río Piedras, el Centro Comprensivo de Cáncer, conjunto de laboratorios dirigidos al estudio y desarrollo de medidas para el manejo de la enfermedad. Nuevas investigaciones, ejecutadas también dentro del sistema universitario UPR, se han especializado en proyectos alternativos que se enfocan en la miniatura. Si como dice el refrán el perfume bueno viene en frascos pequeños, la nanotecnología, empleada por profesores y estudiantes del Recinto Universitario de Mayagüez (RUM), es lo último en la avenida al hablar de pesquisas. La nanotecnología trabaja con unidades de tamaños diminutos en la materia, a nivel de átomos y moléculas. Básicamente se alteran estas partículas microscópicas y al reubicar átomos, por ejemplo, se logran crear productos, energía y fármacos nuevos. Esta ciencia alterada ha sido implementada en diferentes ramas de las Ciencias Naturales, Ambientales, en la Ingeniería y en la Medicina. En la última se está utilizando la nanotecnología para indagar y atajar las posibles alteraciones estructurales que causen la enfermedad en cuestión.
Estudiantes y docentes del Departamento de Ingeniería Química, en especial el Dr. Carlos Rinaldi, gestionan investigaciones del tipo ‘nano’ con el deseo de que éstas desemboquen en métodos alternos tanto para tratar el cáncer localizado como para lograr que se tengan menos efectos adversos durante el tratamiento. Suspicaces de los métodos que se utilizan para llevar la batalla contra el cáncer, como por ejemplo la quimioterapia -que deshace tanto a las células enfermas como a las que no-, se han instaurado modos variables para atender el mal, que es, básicamente, la producción en exceso de células. Se anhela que en un futuro los efectos del mencionado tratamiento, como vómitos, debilidad, nauseas, erupción en la piel y la pérdida de cabello, con la nanotecnología, dejen de serlo. “Nuestra investigación se enfoca en estudiar los fenómenos y las aplicaciones de las nanopartículas magnéticas que han sido sometidas a un campo magnético oscilante”, menciona la página del proyecto. En resumidas cuentas, se está explorando la posibilidad de desarrollar tratamientos, que en una especie de arroz con habichuelas explicativo, consistiría en inyectar una suspensión fluida de partículas en el tumor canceroso y luego exponer esta área a un campo oscilante. Las partículas de energía producirían calor logrando finalmente el cometido, matar a la célula. De otra forma, también investiga la posibilidad de que nanopartículas magnéticas puedan administrar una droga; para que sea factible, entonces, la creación de un vehículo que protegería el medicamento en su periplo hasta la célula o el tejido enfermo, evitando la acción de mecanismo de defensa en el cuerpo. La indagación y el interés por la nanotecnología no es novel, se lleva estudiando desde la década de los 1960. Los esfuerzos del equipo del RUM pretenden ser a largo-como los dos proyectos antes mencionados- y a corto plazo. De la misma forma, estas búsquedas se realizan por investigadores que fluctúan desde niveles subgraduados hasta postdoctorales. Algunas de las fuentes que financian estos trabajos son el Programa BioSEI de la UPR en Mayaguez, los Centers for Research Excellence in Science and Technology y el Nanoscale Interdisciplinary Research Team.