
La lista de proscripciones y medidas prohibitorias durante los diez años de gobierno del presidente venezolano Hugo Rafael Chávez Frías es larga y cada vez más extensa, pero en los últimos dos años esta tendencia castrante se ha vuelto cada vez más común y alarmante para los diversos analistas políticos y la opinión pública internacional. El mandatario sudamericano ha prohibido, entre muchas cosas, la difusión de noticias violentas en horario diurno, diversos videojuegos, juguetes y adornos navideños, ha controlado los horarios de funcionamiento de centros comerciales y en menos de tres años ha cerrado más de treinta emisoras de radio y más de diez canales de televisión, tanto de señal abierta como de televisión por suscripción o cable. Esto último es lo que ha conmocionado a la mirada pública del globo, sobre todo cuando una de las diez estaciones de televisión por cable que sufrió la manía prohibitoria del Comandante Chávez fue sacada del aire en el 2007 cuando se le negó la renovación de contrato para transmitir en señal abierta y fue reemplazada por un canal gubernamental. Me refiero específicamente de RCTV, que era, hasta el momento, el canal más antiguo del país. En el año 2007, el presidente Chávez gestionó la salida del aire de RCTV, que en el momento era uno de los dos únicos canales con voz opositora al Gobierno Bolivariano que dirige el mandatario. Esta jugada propició una serie de protestas y manifestaciones de calle que fueron brutalmente reprimidas por las fuerzas policíacas y la Guardia Nacional. Esta emisora decidió continuar operando pero en el espectro de la televisión por suscripción o televisión por cable, pasando a llamarse RCTV Internacional (RCTV I). Ahora el Gobierno Venezolano ha decidido terminar la concesión de siete canales de cable (entre ellos RCTV I) ya que estos se negaban a transmitir la señal gubernamental “en cadena” de las alocuciones del Presidente. La defensa de los dirigentes de estos canales se basa en que la señal por suscripción no se apega a la obligación de “encadenarse” a la señal del Estado de la misma manera en que no tienen que hacerlo emisoras de otros países como MTV, por nombrar un ejemplo. Cabe destacar que el presidente Chávez es famoso por sus largas y numerosas cadenas de radio y televisión. En 2009, por ejemplo, Chávez obligó a las estaciones de radio y televisión a transmitir en directo 141 discursos, incluido uno que duró 7 horas y 34 minutos. Además, transmite en cadena nacional actos como graduaciones, llegadas de mandatarios de otros países, visitas del Presidente a otras naciones, entre otros eventos. Varios países y organismos internacionales se han pronunciado mostrando una profunda preocupación ante esta nueva ola de cierres mediáticos o incluso rechazándola categóricamente. La organización Human Rights Watch, que vela por el cumplimiento de los derechos humanos en el mundo, ha acusado al presidente de transgredir la libertad de expresión cerrando medios que sean disidentes. El portavoz del ministerio francés de Relaciones Exteriores, Bernard Valero, expresó en nombre de su país gran preocupación por la decisión de las autoridades venezolanas de suspender la difusión de varios canales de televisión por cable, y pidió que “den marcha atrás rápidamente” para garantizar “el pluralismo de la información”. El Ministerio de Relaciones Exteriores venezolano no tardó en responder con un comunicado en el que expresó que insta “al gobierno de la República Francesa a rectificar prontamente en su posición, ya que la misma ha puesto en entredicho su apego al derecho internacional (…) y podría conducir al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a revisar sus relaciones con Francia”. De igual modo, las protestas no se han hecho esperar en distintas ciudades del país, dejando saldos de numerosos heridos e incluso dos muertes. Los protagonistas de estas manifestaciones de calle son nuevamente, como lo han sido desde el 2007 hasta hoy en día, los estudiantes universitarios de la nación sudamericana.