Este lunes, el Manuel Zelaya que sale en los medios de comunicación españoles no es el que hace un año perdió el Gobierno en Honduras. Es el que hace 28 marcó un gol contra España en el Mundial de Fútbol de Naranjito.
El partido de la selección española contra la hondureña en el Mundial de Sudáfrica, que coincide con el primer aniversario del golpe de Estado, no es suficiente como para tumbar el muro que separa política y deporte, a pesar de que desde el país siguen llegando evidencias de que la ola de represión no terminó con las elecciones de noviembre.
El 28 de junio de 2009, el presidente hondureño Manuel Zelaya fue detenido por el Ejército y expulsado del país a punta de pistola. Roberto Micheletti le sustituyó tras el golpe militar e impuso un férreo control sobre la población y censura sobre los medios de comunicación. Lo que Micheletti no supo defender sobre el terreno de juego democrático pudo ganarlo en los despachos: a pesar de la condena internacional, de que Honduras fuera expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA), de las escenas de tensión, represión y ridículo transmitidas en directo en todo el mundo, de que Naciones Unidas pidiera la restitución de Zelaya, de que Brasil prestara todo tipo de ayuda y logística a tal fin… A pesar de todo, Micheletti aguantó y ganó la negociación por cansancio y por la vía de los hechos consumados.
Honduras ya estaba preñada de conflicto y no había marcha atrás: se permitió la continuidad del golpismo, los hondureños se vieron obligados a un matrimonio que no habían elegido y de esa unión forzada se dio a luz a un Gobierno ‘de penalti’. En noviembre de 2009, el conservador Porfirio Lobo ganó unas elecciones celebradas bajo el control golpista. Lobo, que había perdido los comicios contra Zelaya en 2005, se convirtió en el nuevo presidente del país.
A la familia internacional no le gustó que Honduras engendrara un Gobierno hijo de una violación, pero al final ‘qué culpa tendrá el niño’ y poco a poco van dejando de escandalizarse, por tal de no entorpecer más el futuro de la criatura, dicen. Más de 30 países, entre los que están Estados Unidos, España o Colombia, reconocen ya como legítimo al presidente Lobo. Washington impulsa el regreso del país centroamericano a la OEA.
Pero la persecución política en Honduras no ha terminado con el nuevo Gobierno. Organizaciones nacionales e internacionales denuncian que no se ha detenido la ola de represión al movimiento contrario al golpe pese a las elecciones de noviembre, y que se han producido durante estos meses al menos 50 muertes y 185 desaparecidos. Hay casos muy recientes:
Roland Valenzuela, ex ministro del Gobierno del derrocado Manuel Zelaya, fue asesinado la semana pasada en el bar de un hotel de la localidad de San Pedro Sula en medio de una fuerte discusión con un “supuesto empresario”, según la policía hondureña. Días antes, el periodista director de un canal local de noticias, Luis Arturo Mondragón, de 53 años, recibió una ráfaga de balazos cuando estaba sentado en un banco de la calle con su hijo. Según la versión oficial, había sido denunciado por robo y violación; según su entorno, su delito era haber publicado casos de corrupción. Mondragón es el octavo reportero asesinado en lo que va de año en Honduras. Como venimos contando en periodismohumano, ser periodista en Honduras es peligroso.
Cientos de personas han tenido que huir del país, como por ejemplo Renato Amador, sindicalista. “Te vamos a matar hijo de puta, sabemos dónde vives, tienes los días contados”. Amador recuerda las llamadas de amenazas, que se hicieron muy creíbles cuando mataron a su jefe, el presidente nacional del Sindicato de Trabajadores del Instituto de Formación Profesional. Hoy verá el partido de fútbol desde España, donde ha recibido asilo político. También está a la espera de que le den el estatus de refugiado Jonathan, cuyo novio fue asesinado y torturado durante el golpe y que huyó de su país tras saber que había sido incluído en una lista negra. Un grupo de hondureños preparan movilizaciones para el próximo 28 de junio, cuando también estrenarán el documental “Quién dijo miedo”.
Fragmentos del documental “Quién dijo miedo”, sobre el golpe de Estado y la represión posterior en Honduras
Y más. Hace tan solo un mes una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos denunciaba el acoso a los jueces opuestos al golpe de Estado. “Es inaceptable que las personas encargadas de administrar justicia que se opusieron al quiebre democrático, estén siendo acusadas y despedidas por la defensa de la democracia”, señalaron.
Porfirio Lobo animará esta noche a su selección desde el palco del estadio Ellis Coca-Cola Park de Johanesburgo. Junto a él se sentarán las autoridades españolas y de la FIFA. Como en las mejores familias, nadie dirá nada sobre el matrimonio forzoso, para no incomodar, que aquí venimos a ver el fútbol.
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