
La 4ta Conferencia Mundial sobre la Mujer celebrada en el 1995 en la Ciudad de Beijing, China, marcó una etapa importante en la lucha de los derechos de las mujeres en el mundo. Fue para entonces que representantes de la sociedad civil -incluyendo representantes de Puerto Rico- y 189 estados reconocieron que, aunque la situación de la mujer había avanzado en algunos aspectos importantes, aún persistían graves desigualdades. Ante el consenso sobre la vulnerabilidad que vivían las mujeres frente al nuevo siglo se adopta como plan y estrategia de acción, la Declaración y Plataforma de Acción para la Igualdad, Desarrollo y Paz, también llamada Plataforma de Acción de Beijing (PAB). La PAB contiene doce (12) esferas de especial preocupación: pobreza, educación, salud, violencia, conflictos armados, economía, la participación de la mujer en el poder y la adopción de decisiones, los mecanismos institucionales para el adelanto de la mujer, los derechos humanos de la mujer, medios de comunicación, medio ambiente y la niña. Para cada una de estas esferas, la PAB, requiere la atención y adopción de medidas por parte de la comunidad internacional, los gobiernos y la sociedad civil. Desde entonces cada 5 años la comunidad internacional es convocada para discutir el estado de cumplimiento y aplicación del PAB en el mundo; estas reuniones llevan por nombre: Beijing+5 (2000), Beijing +10 (2005) y ahora, Beijing +15 (2010) a celebrarse, en la Sección 54th de la Comisión de Estatus de la Mujer, durante las próximas dos semanas del 1 al 12 de marzo de 2010 en la cede de la Asamblea General de las Naciones Unidas en New York. Puerto Rico y el PAB Puerto Rico dijo presente tanto en la adopción de la PAB en el 1995 como en los periodos de revisión. Desde la sociedad civil, organizaciones como Feministas en Marcha, entre otras, han participado del diálogo internacional, así como distintas representantes del sector sindical puertorriqueño. De igual manera, el gobierno en ciertos momentos ha enviado representantes oficiales en calidad de país observador. Incluso, como resultado de la adopción del PAB en el 1995, organizaciones feministas de la isla redactaron un listado de demandas al gobierno de Puerto Rico, siguiendo las áreas de preocupación y estrategias de acción del PAB, que incluyo la propuesta de una procuradora de las mujeres. Este listado de demandas fue posteriormente incluido en las plataformas de gobierno de los tres partidos políticos en las elecciones del 1996. Aunque ciertamente los partidos políticos no cumplieron sus promesas contraídas entonces, para el 2005 la propia Procuradora de las Mujeres representaría a Puerto Rico en Beijing +10. Quince años han pasado desde la aprobación del PAB y todavía son muchos los retos y amenazas que enfrentamos las mujeres en todo el mundo para el respeto y ejercicio de nuestros derechos humanos. Puerto Rico no es la excepción. El Beijing+15 lleva a la necesidad de un análisis crítico por parte de la comunidad internacional, gobiernos y ONGs para demandar la implementación del PAB por parte de los estados, pero también nos llama a enfrentar nuevos desafíos y viejos obstáculos para el logro de los objetivos propuestos: la igualdad entre los géneros, el desarrollo y la paz para todas las mujeres. Queda por saber qué papel tomará Puerto Rico -gobierno y sociedad civil- si alguno, en estos debates. La autora es abogada y trabaja con temas comunitarios y de derechos humanos