Han logrado llegar lejos y que el mundo se fije y simpatice con sus causas, aún antes que a algunos de los que habitan estas tierras. Pero ya se asoman las viejas caras. Aníbal Acevedo Vilá y Carlos Romero Barceló van sonando las trompetas de los partidos mientras sus perros recogen a sus rebaños. Pronto veremos el desfile del usual panteón de la política partidista, acompañado de más pancartas del Che al viejo son de los Silvios y los Roy Browns de la vida, siempre deseosos de robar tarima y recordar viejos tiempos y los mismos antagonismos pendejos: con un puño en el aire y con el otro comiéndose un Big Mac. ¿Y cuál es el problema? Que ustedes han conocido un mundo más complejo que ese. Ahora se lanzan sobre el movimiento estudiantil las mismas fuerzas de siempre: la reducción del problema universitario a uno entre el PNP lacayo del “imperio” y los Populetes que siempre llegan a ocupar el espacio vacío del independentismo anacrónico, cuyo imaginario nunca despegó del caudillismo Castro-Chavista ni de su desliz casi fascista del Albizuísmo. Esa es la que ha habido y esa es la que hay, hoy, ante ustedes. El silencio de los políticos del territorio precisamente había venido aconteciendo no sólo por su incapacidad de mantenerse en comunicación a través de los nuevos medios que ustedes manejan, sino también por su falta de dominio del lenguaje que une la causa y su obediencia a los mismos dogmas de siempre. Pero ustedes tienen que, precisamente, continuar ese brinco por encima del portón cerrado de la misma partidocracia que junto al sindicalismo caduco de siempre, han mantenido el status quo que nos ha lanzado en el actual precipicio. La lucha debe mantenerse alejada de ese barranco rojo azul y verde, sopena de fracasar por la misma fragmentación que separa el territorio cada cuatro años. Han sido unos cuantos revoltosos que han llevado el sistema económico mundial al punto del colapso: y son ustedes los que siguen siendo vistos como tales, cuando son esos que realmente mantienen la bota en nuestra cara. No el guardia de caserío que se gana la vida con el orgullo de sus esteroides, esperando la noche de su jonrón con alguna cabeza nuestra: sino las dos o tres familias de revoltosos que han mantenido el orden partidista insular, por debajo de las mesas de las campañas, por encima de las ideologías pendejas que siempre nos han divido. El problema de la Universidad es el mismo de Puerto Rico. El movimiento estudiantil debe traducir la precariedad de nuestra existencia en este sistema global caduco en otra cosa; en otra existencia tal vez más allá de los países, que pueda ser entendida más allá de las viejas coordenadas político-partidistas. En este sentido, todos los movimientos estudiantiles deberían estar unidos por aquello que es común a la existencia de un pueblo terrestre, planetario, y no de aquel cautivo tras himnos de naciones que nunca fueron, de países hermanos separados antes de nacer. El silencio de los políticos de este y otros territorios quizá se debe a ello, a que buscan la manera, no de atajar las huelgas y protestas localmente, sino de impedir que los estudiantes del mundo, que hoy se comunican con el click de un botón, puedan abrir los ojos a cosas aún innombradas, y por ende más allá de su entendimiento y su poder. La lucha debe mantenerse en la cancha de ustedes y no en la de ellos, porque en la de ellos, manda la pistola y la macana. La UPR no es un país, sino que los estudiantes del planeta tienen en sus narices los portones de otro mundo, con el que pasadas generaciones sólo han soñado y que ustedes hoy comienzan a cimentar en la comunicación que fluye por entre las rejas. El silencio de los políticos del territorio comienza a cesar: ¿dónde están sus voces para callarlos? ¿Dónde están sus voces para crear ese otro pueblo, esclavo matutino del monopolio de comentaristas y de columnas editorializadas? Por ahí, entre la rejas, un portón invisible comunica todos los recintos de un mundo en llamas, en quiebra y que ha perdido la cuenta apantanado en el petróleo. Ustedes, sus propios flautistas de Hamelín: hay un pueblo innacido, planetario, esperando oír de su flauta el camino a otro mundo. El autor del texto es arquitecto, artista, profesor de diseño en la Politécnica y editor de la Revista Entorno del Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico. Para acceder al texto orginal puede visitar: http://www.laacera.com/posts/illustrious-guest/2010/05/carta-abierta-al-movimiento-estudiantil-o-cuidao-con-la-misma-mierda