En Puerto Rico estamos acostumbrados a que la mayoría de los proyectos culturales como publicaciones y espacios para el arte tengan poca duración independientemente de la calidad de su oferta. Sin embargo, el Café 103 que cerró sus puertas el 20 de marzo de 2011, fue un sobreviviente en sus 4 años de existencia. Este espacio ubicado en la avenida Universidad en Río Piedras y que vio tocar por primera vez a bandas como Los Niños Estelares y la Orquesta el Macabeo, tuvo que enfrentar desde el primer momento una costosa e interminable demanda por parte de los dueños del Vidys quienes son los propietarios del segundo piso del edificio que ocupaba el café.
La demanda sobre tecnicismos de propiedad del edificio muchos la vimos como un intento de matar una iniciativa joven que estaba drenando parte de la clientela del Vidys, una clientela que buscaba un lugar que le ofreciera un espacio para socializar que fuera relevante a sus gustos, no sólo un chinchorro con precios bajos. El café de Jimmy, Fernan y Kristen podía ser el negocio de cualquiera de nosotros y ese era parte del encanto.
Aunque este espacio tuvo múltiples etapas, la preferida de la mayoría fue la primera, antes de que fuera una barra, donde sólo había café y comida saludable. El lugar nunca fue perfecto pero era imposible no tenerle cariño, aunque la comida demorara siglos en salir y nunca hubiese el menú completo; uno siempre volvía aunque fuera para estar horas sentada en una mesa decorada por algún artista del área haciendo los trabajos de la universidad y tomando café mientras tocaba Ocho Labios una Voz.
Algún tiempo después comenzaron a vender alcohol, en la época donde se podía tomar afuera, fue así como se convirtió en una barra. Fue en esa segunda etapa donde el café ayudó a desarrollar el gusto de muchos por las cervezas artesanales, lo que abrió el camino a lugares como La Taberna del Lúpulo, y fue en ese momento también donde nació el combo breaker ( medalla + shot de chichaito) que fuera inspiración para Los Tres Cuernos en Viejo San Juan. Pero esta etapa terminó forzosamente el 21 de agosto del 2009, con un motín en la Avenida Universidad que buscaba promover una ordenanza municipal donde se prohibía ingerir alcohol fuera de los locales. Muchas personas dejaron de ir luego de esto por miedo a que volviera a pasar lo mismo, otras porque no podían resistir el calor dentro del lugar y otros porque no se resignaban a escoger entre beber o fumar cigarrillo…el éxodo hacia Nellylandia fue masivo.
A pesar del éxodo de muchos clientes, del hostigamiento de la policía y de las demandas en su contra el café resistió casi dos años más, hasta agrandaron su espacio para hacer más cómodos lo shows y nunca dejaron de prestar sus paredes para que los artistas las usaran. Pero ya era muy difícil recuperase y el aquel domingo le dijimos adiós con una medalla en mano a este lugar del que me siento orgullosa de decir que por algunos meses fui su bartender.
Cosas que nunca olvidaremos del café:
– El calor
– A Nerys en la cocina
– Los combo breaker
– Las Rasputín y las Purple Haze
– Los diseños súper cool de los flyers
– Cuando tenía Wi-fi
– A Kano, a Viti y a Rico
– El punk a todo volumen mientras tratabas de leer
– Las mejores mesas de Río Piedras, en especial la que Omar Velázquez transformaba cada vez que iba a almorzar con su gubia en el bolsillo
Fuente
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