Los disfraces son vestidos comúnmente utilizados en celebraciones como Halloween, Navidad y el Día de Pascuas. Muchas veces son comprados en sitios como Walgreens, Wal-Mart, Party City u otras tiendas que vendan según la temporada. Pero durante el año completo, otras personas se pasan trabajando en uno, dos o hasta tres vestidos diferentes, no para Halloween ni Navidad, si no para las competencias denominadas “cosplay”.
“Cosplay”, según el diccionario de Oxford, es la práctica de vestirse como un personaje de una película, libro o videojuego, especialmente de los géneros japoneses manga o anime. Pero, según los cosplayers, personas que hacen “cosplay”, es mucho más que eso.
Shakira Rosario, artista gráfica y estudiante de maestría, quien ha sido juez en las competencias en el festival Kaisen en Cataño desde el 2008, define el “cosplay” como la combinación de las palabras inglesas “costume play”, costume de disfraz y play de interpretar. El propósito del “cosplay” es vestirse como un personaje y también interpretarlo. También aclara que la persona no necesariamente tiene que hacer su vestido, ya que no todos tienen el tiempo o la habilidad para crearlo.
En Puerto Rico, la gente hace vestidos de personajes de películas, series de televisión, muñequitos, animación japonesa (anime), cómics, cómics japoneses (manga), videojuegos y hasta personajes populares de la cultura puertorriqueña, como Papo Swing. También, hacen versiones alternas de algunos personajes, ya sea una mujer haciendo una versión femenina del Guazón de los cómics de Batman, o un hombre luciendo una versión masculina de Elsa de la película de Disney Frozen.
Ambiente concurrente
La mayoría de las actividades del mundo de entretenimiento celebran competencias de “cosplay”. Algunos, como el festival Kaisen, lo dividen en categorías y tienen jueces que escogen sus ganadores. Otros, como Puerto Rico Comic Con (que se celebrará a finales de mayo) permiten que sea el público los que voten por el mejor “cosplay”.
Muchas de estas actividades, siguen unos modelos estadounidenses. Puerto Rico Comic Con, que apenas se celebra desde el 2002, es la más grande y la que más asistencia tiene en toda la Isla. Mientras ha seguido creciendo la actividad, la comunidad ha estado creciendo paralelamente. Igualmente, el empeño que le dan los participantes a sus “cosplays” también crece, ya que cada año los vestidos se vuelven más impresionantes.
Se dice que mientras más trabajo pasaste en tu cosplay y más original sea, más posibilidades tienes para ganar.
Pero las competencias no son lo único en lo que estas personas participan. Otros han tomado la iniciativa de utilizar sus vestidos para actividades caritativas y personales, como visitas a hospitales, paradas, turismo, cumpleaños, campamentos, entre otras. También hacen reuniones los que tienen intereses comunes en el mundo de entretenimiento, ya sea una serie de televisión favorita, o un videojuego, entre otros.
Detrás del maquillaje
Como se mencionó anteriormente los cosplayers han expandido su creatividad, construyendo armaduras, alas y armas ficticias. Algunos los hacen con materiales especiales como fibra de vidrio y madera, pero otros van más allá utilizando material reciclable como envases de aluminio y periódico.
Pero el hecho de que haya sido hace poco que tomó popularidad, no significa que no existía desde antes. Lissette Hernández, contable y mejor conocida como Rurouni Kenshin en el mundo del “cosplay”, mencionó que lleva siendo parte de la comunidad desde el 1978, antes de que se empezaran a celebrar actividades especializadas. Recordó que su primer “cosplay” fue del Chapulín Colorado.
En años recientes, ha ganado popularidad por su vestido del personaje Kenshin Himura, de la serie japonesa Rurouni Kenshin, o como se conoció en Puerto Rico, Samurai X. Su último “cosplay” fue de Hello Kitty. Fue vestida como este personaje en el festival Kaisen en Cataño.
Usualmente, las personas que desconocen del tema tienen la concepción errónea de que los que se visten son solo jóvenes. Otros piensan que los que son parte de la comunidad de cosplayers no tienen más nada que hacer. Pero un sondeo informal entre algunos cosplayers reveló que esta modalidad es practicada desde estudiantes de escuela superior, hasta profesionales que llevan años en su carrera. Tres jóvenes dijeron ser estudiantes de la Universidad de Puerto Rico, dos de ellos de sicología y uno de antropología y arqueología, terminando sus estudios. Una dama vestida de Jedi comentó ser gerente de proyectos. Una joven dijo ser estudiante de escuela superior, mientras su amiga se encuentra en planes de empezar estudios universitarios.
Estas personas no viven del cosplay. Es un pasatiempo, algo que hacen entre escuela, trabajo y sus responsabilidades fuera de ellos. Es una forma de socializar y conocer personas con los mismos gustos. Y más aún, es un arte que cualquiera puede disfrutar, lo haya hecho el mismo cosplayer o no.
La autora es estudiante de la Escuela de Comunicación de la UPR. Este texto formó parte de una de las actividades del curso de Redacción Periodística II el pasado semestre. Las personas aquí entrevistadas dieron su consentimiento para la publicación de este artículo en Diálogo.