La década de los ’80 vio el nacimiento de Freddy Krueger y Nightmare on Elm Street. Desde su estreno en el 1984 hasta el 2010, el filme ha visitado la pantalla grande en diez ocasiones, evidencia de que Hollywood cuenta con la presión de grupo adecuada para crearle un número extravagante de secuelas a cualquier película. Pero la maravilla de la ciencia ficción que es The Terminator –dirigida por James Cameron en 1984– se salvó de esto.
Diez años después, Cameron filmó Terminator 2: Judgment Day con igual o mejor recepción que su predecesora. Desde entonces, tres largometrajes adicionales descarrilaron por completo la serie, incluyendo la más reciente, Terminator Genisys.
Genisys nos lleva al 2029, donde John Connor –ahora actuado por Jason Clarke– y su mano derecha Kyle Reese, interpretado por Jai Cortney, lideran una revolución para derrotar una nueva arma de Skynet, el sistema tecnológico visto en las películas anteriores que desató el apocalipsis robótico.
El arma resulta a ser la máquina del tiempo que transportará a un Terminator T-800 (Arnold Schwarzenegger), el robot visto en la película originaria de la serie cuya misión es asesinar a Sarah Connor, la madre de John, quien es interpretada esta vez por Emilia Clarke. Reese se ofrece para ir tras Terminator y salvar a quien será la progenitora del líder de la revolución.
Mientras Reese es transportado al pasado, un conflicto nuevo surge cuando John es atacado por un revolucionario. Las líneas del tiempo entonces se alteran para llegar al 1984, donde Sarah ya conoce sobre Skynet y el día del juicio, y es acompañada de un Terminator que sirve como su guardián.
A la vez, Reese recibe memorias de su infancia que le informan sobre la realidad de un sistema operativo masivo llamado Genisys y sus lazos con Skynet, entendiendo entonces que debe acabar con ambas tecnologías.
Precisamente, el solo hecho de que la exposición de Genisys tenga tantas capas es lo más que frustra de tener que pasar por otra secuela de Terminator.
La historia de John Connor y su madre tiene cierta licencia poética por bregar con el tiempo; una licencia que se debe coger con pinzas. Lo que nos prueba Genisys es que se puede lograr cualquier alteración a la trama original de Cameron con la excusa de habitar una línea del tiempo diferente en la serie.
Es así como este nuevo proyecto termina siendo un filme zapateado en varios aspectos, por no decir todos, cuyo fin es generar ingresos para la máquina hollywoodense.
Un largometraje de ciencia ficción que trata el apocalipsis robótico debería demostrar un uso de efectos especiales envidiable, especialmente cuando Terminator 2: Judgment Day fue recipiente de un premio de la Academia por ello.
Lamentablemente, los efectos de Genisys terminan siendo mediocres y llegan a su cima en una secuencia de pelea entre el robot guardián de Sarah y el Terminator enviado para eliminarla. Es decir, una pelea entre Arnold Schwarzenegger y Arnold Schwarzenneger.
En esa misma línea, la dirección de Alan Taylor –mejor conocido por su trabajo en Thor: The Dark World y series de televisión como Game of Thrones– no demuestra ningún tipo de pericia que supere las imágenes icónicas de las primeras dos películas. El mundo demacrado de Skynet se sacrifica con varios tiros de cara que solo incomodan.
Añadiéndole a las malas decisiones, los escritores envueltos en los filmes de Terminator mantienen una fijación poderosa en incluir una y otra vez frases famosas de las originales. La afirmación “I’ll be back”, en el acento marcado de Schwarzenegger, jamás tendrá el mismo efecto que tuvo en los filmes de Cameron.
Más doloroso aún, la película se desploma y pierde toda seriedad cuando en medio de la acción colocan un montaje de cinco segundos donde les toman las fichas policiales a Reese, Sarah y el guardián robótico con el tema “Bad Boys”, del programa Cops, como banda sonora.
Si Genisys tiene algo de pasable es la selección de Clarke como una reiniciación de Sarah Connor. Ya la actriz se ha probado en roles como el de Daenerys Targaryen en la serie de HBO Game of Thrones y no decepciona como una de las féminas más bravas del cine.
Igualmente, los fanáticos de Terminator verán con buenos ojos el regreso de Schwarzenegger, aun cuando su trabajo no sea trascendental. En fin, fue el robot que encarnó lo que le dio reconocimiento a las películas.
El que espere una calidad cinematográfica como la de las originales terminará defraudado de Terminator Genisys. El filme autodestruye una serie de películas que en un comienzo tenían un gran respeto al género de la ciencia ficción y que ahora no tienen vuelta atrás.