El saliente presidente de la Universidad de Puerto Rico, Miguel Muñoz, señaló hoy en conferencia de prensa que tomó la decisión de renunciar a su puesto porque “no me quedaba de otra”.
“Definitivamente no tenía intención de renunciar ante esta Junta de Síndicos. El movimiento a nivel de la gobernación y a nivel legislativo no me dejaron otra opción que renunciar”.
La renuncia, efectiva hoy a la medianoche, es, según indicó, respuesta al proyecto legislativo que elimina la Junta de Síndicos y establece a su vez una Junta de Gobierno, algo con lo que Muñoz no estaba de acuerdo por lo decidió abandonar su cargo.
Muñoz culpó expresamente al gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, y al presidente del Senado, Eduardo Bhatia, de trastocar la autonomía universitaria de la UPR. “La renuncia del presidente de la UPR no se la puede pedir el Gobernador ni mucho menos el presidente del Senado”, expresó.
Cuando se le preguntó cómo el aumento de la Junta de Síndicos bajo la administración del pasado gobernador Luis Fortuño respondía a las mismas estrategias del gobierno actual, Muñoz sostuvo que “hay una gran diferencia entre ampliar que eliminar; es una intromisión y asalto a la autonomía universitaria”.
“Apoyado por la comunidad universitaria”
Muñoz también dijo que contó en todo momento de su gestión como presidente con el apoyo de la comunidad universitaria, específicamente por el estudiantado, a pesar de que diez de once de los Senados Acádemicos de las unidades de la UPR votaron a favor de pedir su destitución, así como el Consejo General de Estudiantes del Recinto de Río Piedras y del síndico estudiantil Christopher Torres, representante de los estudiantes ante ese organismo universitario.
Por otra parte, el saliente presidente de la UPR sostuvo que la actual Junta de Síndicos de la UPR representa el sentir de la comunidad universitaria, y no así los grupos comunitarios que la componen.
“La Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) representa un grupo ínfimo de la comunidad universitaria. Los grupos estudiantiles (como el Consejo de Estudiantes) no representan la mayoría del estudiantado”, indicó. También añadió que los grupos comunitarios le restaban autonomía a la UPR y que la actual Junta de Síndicos “respondía a la comunidad universitaria”.
Aboga por su labor
Muñoz señaló que aunque finaliza sus labores en el día de hoy tiene la responsabilidad de resolver el asunto de la investigación de la Oficina del Inspector General (OIG) en la UPR relacionado al presunto desvío de fondos externos para investigación de la National Science Foundation (NSF). De igual modo, aclaró que no adjudica responsabilidad a nadie sobre la investigación de la OIG, pero que sería “totalmente falso” inferir que no tomó acción en manejar los señalamientos de la NSF. Asimismo, indicó la posibilidad de llevar su planteamiento de transparencia a la NSF para que éstos reembolsen el dinero que la UPR tomó prestado al Banco Gubernamental de Fomento para subsidiar las investigaciones que fueron detenidas.
Sobre las compensaciones que exigió en su carta de renuncia a la Junta de Síndicos, entre estas una oficina privada, una secretaria, una computadora e impresora, además de un monto económico, Muñoz señaló que se encuentra en “todo su derecho”, pues son reclamos que han hecho otros presidentes salientes de la UPR.
“No es una petición que no sea justa que se me otorguen los mismos beneficios que se le han dado a otros ex presidentes. Yo pido mi computadora porque ha sido por dos años mi instrumento de trabajo, es una transferencia de equipo del sistema UPR al RUM. Yo no veo problema alguno”, sentenció.
Acerca de su labor como presidente de la UPR, Muñoz dijo que arregló la UPR en un momento de desestabilización. “Tomé una universidad en una situación convulsa. Tenemos una Universidad con paz institucional, respeto y orden, una universidad que no puede estar sujeta a cada vez que hay una protesta”, culminó.