En la película 45 Years un matrimonio enfrenta una revelación del pasado que amenaza todo lo que estos han logrado como pareja. Si bien en algún punto afirman que “en la vejez la vida es fácil, quizá porque las decisiones son más fáciles o menos…”, el filme nos hace dudar de ello.
Aunque cuenta una trama muy simple, se hace poderosa gracias a las excelentes interpretaciones por parte de Charlotte Rampling y Tom Courtenay.
Dirigida por Andrew Haigh, esta producción 45 Years es la historia de una pareja a punto de celebrar su cuadragésimo quinto aniversario con una gran fiesta. En todos los sentidos, es un matrimonio muy tradicional. Aunque no tienen hijos, tienen perros y muchos amigos. Kate (Rampling) fue maestra y Geoff (Courtenay) trabajó en una planta. Pasan el tiempo leyendo teorías de Kirkegaard, libros de historia y tocando el piano. Tienen una existencia totalmente clase media y tranquila.
Días antes de la gran celebración, Geoff recibe una carta indicándole que se ha encontrado el cadáver de una mujer de su pasado. La revelación sacude a Geoff, quien lleva décadas curioso sobre el paradero de ella. Este descubrimiento afecta grandemente a su esposa Kate y el estado de su matrimonio. La obsesión de Geoff lleva a Kate a cuestionar cuanta influencia Katya tuvo en sus 45 años de matrimonio y dudar sobre él en su totalidad. Al parecer, esos años no son suficientes para olvidar a un pasado amor.
El director de la película, Haigh, también escribió el guión. Haigh es mejor conocido por su trabajo como director de Weekend (2011) y como parte del equipo de edición de Gladiator (2000), dos películas vastamente diferentes. Su dominio sobre la cinematografía es claro y utiliza los espacios sabiamente; particularmente las habitaciones de la casa y como reflejan el creciente sentido de apartamiento entre ambos. Las varias tomas fuera de la casa contienen cielos lúgubres y espacios abiertos, simbólicos del estado de la relación. Como su tercer largometraje, la labor de Haigh demuestra tremendo potencial como director.
La trama del filme es muy elegantemente simple. El guión cual carece de mucha acción, se enfoca en conversaciones y momentos de introspección. Es dramático pero nunca comedido. La trama se presta para ser un melodrama total, pero los actores hacen muy buen trabajo en mantener el filme libre de exageraciones.
Courtenay interpreta a Geoff exitosamente. Es un hombre apasionado, políticamente activo que ya está en decadencia. Courtenay lo interpreta con el balance perfecto de inocencia, senilidad, y agresión. La combinación de estos factores llevan al personaje a ser muy humano y de intenciones ambiguas. Entendemos de dónde vienen sus acciones, pero nunca estamos seguros si dice la verdad. Aun así, la verdadera estrella del filme es Rampling.
Rampling es prácticamente una leyenda en Inglaterra. Tiene una de las carreras más largas entre los actores activos en el momento. Su primer filme fue A Hard Days Night en el 1964 y es mejor conocida por The Night Porter (1974) y Swimming Pool (2003). Este año, fue nominada al Oscar de mejor actriz, por primera vez en su carrera. Durante su campaña publicitaria, lamentablemente hizo comentarios interpretados como racistas y perdió el apoyo de muchos. Eso no le detrae a su excelente trabajo aquí. Como la esposa sufrida de Geoff, Rampling interpreta a Kate como una mujer preocupada y celosa pero dedicada a su esposo. Su inseguridad por tener que competir con la memoria eternamente joven de Katya, quien muere en una aventura, mientras ella representa una vida más convencional, la lleva a analizar el comportamiento de su esposo y entender que su vida sería completamente diferente si Katya no hubiese muerto. Su esfuerzo por controlar sus emociones es evidente, pero Rampling llena cada escena de gran intensidad. Rampling es perfecta en el rol.
45 Years no es para todo el mundo. Se mueve al paso de una tortuga y es demasiado contenida para muchos. En sus cortos 100 minutos, la audiencia determina si el amor en esos 45 años de matrimonio es real o si Kate es meramente una segunda elección. El deterioro de un matrimonio es algo difícil de mirar, pero el espectador quedará completamente cautivado por las fantásticas actuaciones. 45 Years es un triste recuerdo que el amor jamás se puede medir en tiempo.