Explorando los conflictos y contradicciones de las prácticas sustentables contemporáneas planteadas en asuntos económicos, sociales, ambientales y políticos, identifico que el problema del término de sustentabilidad es el paradigma.
Hoy la sustentabilidad no es resultado de un esfuerzo juicioso que responde a un diseño consecuente, sino que es una respuesta a parámetros industriales, tecnológicos y políticos que se mercadean como ‘ecológicos’. La gran desventaja de este paradigma es que el camino es desarrollado por el medio de consumismo lo cual contradice al término en sí mismo.
La pregunta es ¿para quién estamos diseñando la sustentabilidad?, ¿es necesario el acceso equitativo y la sustentabilidad de la propia comunidad? En términos conceptuales, esta investigación podría analizar las potencialidades bajo temas de gobernabilidad, la democracia y la cultura, que podría llevarse a cabo a través de estudios comparativos de ciudades de diferentes recursos y culturas políticas.
En uno de los cursos en que participo como profesora (grupo de segundo año subgraduado de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico) estratégicamente buscamos herramientas de evaluación de impacto para desarrollar diseños que satisfagan las diversificadas demandas en el sitio y áreas circundantes.
Bajo la intención de introducir en la pedagogía los debates sobre las prácticas contemporáneas y explorar puntos de vista comparativos de la arquitectura de diferentes culturas y contextos, lleva a enfoques integrados que se necesitan con urgencia para revertir las tendencias urbanas que son contraproducentes al medio ambiente, garantizando al mismo tiempo la cohesión social, la conservación del patrimonio cultural y el bienestar económico – y esto requiere un marco paradigmático adecuado.
Algunas contradicciones que identifico del paradigma actual es que no hay nada inherente a la disciplina que lleve a los planificadores a interrelacionar la protección del medio ambiente, el desarrollo económico y la equidad social. El desarrollo sustentable se encuentra en el centro de este triángulo.
Para resolver los conflictos de los lados del triángulo, uno de los enfoques necesarios es reconocer los actores locales y regionales que por lo general carecen de los conocimientos y herramientas para identificar la combinación adecuada de políticas, medidas de apoyo y las tecnologías ambientales que permitan optimizar los beneficios para el medio ambiente, la sociedad y la economía.
Uno de los conceptos potenciales es una economía basada en el conocimiento, la universidad, el gobierno y la industria que colaboran estrechamente en igualdad de condiciones. Aumentar las interacciones entre las tres entidades tomando como prioridad la participación de la comunidad da lugar a sinergias fructíferas. Diferentes soluciones posibles de estas relaciones generan estrategias alternativas para la investigación innovadora, el crecimiento económico y la transformación social.
Comparando modelos culturales alternativos como Vancouver, Canadá, Kerala, India, y Nayarit, México, todos encarnan la integración y la interrelación de la sostenibilidad económica, social y ambiental. Vancouver se ha convertido en una ciudad con los mejores niveles de vida del mundo y modelo de equidad social. Sus habitantes viven de sus bosques, la minería, la pesca y la agricultura y bajo programas comunitarios atienden el medio ambiente, promueven la cultura y la educación. Kerala ha logrado la armonía social, haciendo hincapié en la distribución equitativa de los recursos en lugar del consumo, mediante la restricción de la reproducción, y atacando a las divisiones de raza, casta, religión y género. Nayarit ha tratado de equilibrar el desarrollo con el medio ambiente mediante la formulación de un plan de desarrollo amigable con la naturaleza que protege los sistemas naturales del desarrollo urbano y que involucra al público en el proceso de desarrollo.
Examinar detalladamente estos modelos culturales alternativos revela un sinnúmero de posibles medios por los que la sustentabilidad económica, social y ambiental podría ser avanzada en la práctica. Estos ejemplos de ciudades de países desarrollados y países en desarrollo podrían indicar de manera general las políticas realistas que cualquier sociedad debe fomentar si se quiere lograr la sustentabilidad. Debemos cambiar nuestro acercamiento a resolver el problema de ser uno basado en el paradigma industrial a uno verdaderamente complejo: uno comunitario y participativo.
La autora es profesora en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico (PUCPR).
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David Cordero Mercado
Periodista. Completó bachillerato en Información y Periodismo, segunda concentración en Ciencia Política, de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Es estudiante graduado en la Escuela de Administración Pública del recinto riopedrense. Obtuvo el premio por el Mejor Reportaje Especial de la prensa escrita de Puerto Rico, otorgado por la ASPPRO en el 2013. Además, fue nominado en 2014 al premio por el Mejor Reportaje de Interés Humano, que otorga el Overseas Press Club Puerto Rico.
