“¿Tienes alergia de nuevo?”, así le preguntan todos los días, sin saber que para Carmen es normal andar con servilletas en sus bolsillos, rascarse los ojos y sacudirse la nariz con regularidad. Acostumbra cuidarse y tomar medicamentos, pero desconoce que existen contaminantes en el aire que inhala a diario y algunos se encuentran en su hogar.
Según el informe más reciente del World Health Organization (WHO), 4.3 millones de personas mueren anualmente por la exposición a contaminantes en su hogar o "indoor pollution”. Dichos contaminantes se hallan en los perfumes, en los plásticos y los detergentes, hasta en productos de la cocina.
“Cada día el hombre va incorporando más sustancias no naturales en los productos del diario vivir, desde lo que comemos hasta los olores sintéticos. Ahí empiezan los problemas. Dentro de lo sintetizado hay muchas reacciones nocivas. El cuerpo no ha evolucionado en presencia de esas sustancias”, indicó Osvaldo Rosario, catedrático del Programa Graduado de Química de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras.
Según Rosario, el “indoor pollution” se desarrolla mayormente en lugares con poca ventilación. Por lo tanto, estar en un lugar donde acaban de pintar las paredes, cuyas pinturas en su mayoría contienen cloruro de metileno, puede causar daños a la salud como vértigo, mareos o intoxicación si no hay suficiente flujo de aire.
También los contaminantes al aire libre pueden causar deterioros graves a la salud al estar expuestos diariamente a ellos. Como ejemplo, el profesor de química explicó que la gasolina diesel contiene un componente llamado benceno, considerado como una sustancia cancerígena por la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
El asma y las alergias son algunas de las reacciones más comunes a la exposición de contaminantes. En Puerto Rico las tasas de morbilidad y mortalidad por asma son más altas en comparación con los Estados Unidos, con una prevalencia de 15 por ciento, según el Departamento de Salud. Sin embargo, también hay otras enfermedades como condiciones cardiovasculares, problemas en el sistema nervioso y el cáncer asociados a la exposición de contaminantes en el aire como el humo de cigarrillo, la quema de la hoja del tabaco y el asbesto.
“El cuerpo es un mundo de reacciones químicas, todo depende de reacciones químicas en balances bien considerados. Al entrar al cuerpo, las sustancias contaminantes interfieren o bloquean algunos de los procesos naturales del humano y es ahí que comienza a hacerle daño y causarle enfermedades”, explicó Rosario.
Aunque el cuerpo humano tiene procesos naturales para eliminar sustancias tóxicas como exhalar, toser y estornudar, existen contaminantes que se acumulan en el organismo. El bisfenol A, o como se abrevia en inglés BPA, y el policloruro de vinilo se encuentran en materiales plásticos y el cuerpo los almacena hasta causar condiciones de salud severas, según Rosario.
Algunos materiales que se utilizan a diario también pueden contener sustancias tóxicas al cuerpo. Según Rosario, hay materiales sintéticos en las fibras de la ropa, las cortinas y las alfombras considerados como contaminantes, ya que se les insertan tintes con metales y otros químicos para brindarles color. Además, las piezas que contienen poliéster y nylon tienden a ser peligrosas a la salud por ser fabricadas con alcohol dihídrico y ácido tereftálico. Se sospecha que ambas sustancias pueden causar cáncer en la piel y enfermedades respiratorias severas.
Difícil protegerse de la exposición
Así como existen contaminantes en el hogar, la llegada de los polvos del Sahara puede ser peligrosa para los asmáticos y la población más susceptible a problemas respiratorios en la Isla.
“Nosotros hemos encontrado que estas partículas vienen con metales pesados, aluminio es uno de ellos, así como plomo y cobre. También se transportan componentes orgánicos y la contaminación de esa zona”, indicó Braulio Jiménez, toxicólogo del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR.
Actualmente, el Laboratorio de Toxicología del Recinto de Ciencias Médicas y el Recinto Universitario de Mayagüez investigan los componentes particulares de los polvos del Sahara y sus posibles conexiones a problemas de salud en el País. En su estudio encontraron que durante el mes de marzo de 2004 hubo muchos eventos consecutivos de los polvos del Sahara en Puerto Rico y, a su vez, muchas visitas al hospital por asma.
Según Jiménez, una serie de artículos científicos señalan que las partículas de los polvos del Sahara están asociadas a los partos prematuros. Aunque no hay suficiente data científica, el toxicólogo indicó que se encuentran investigando si estas partículas están relacionadas a enfermedades cardiacas.
Por su parte, el neumólogo Luis DeJesús apuntó que, a pesar de no tener control para manejar la contaminación en el aire, es importante que los asmáticos o las personas propensas a padecer de una condición respiratoria verifiquen constantemente si aumentan los hongos y las esporas en el aire.
“Es importante tratar de salir lo menos posible cuando hayan polvos del Sahara o un incremento de contaminantes en el aire. En la casa se puede tener buen aire, es cuestión de limpiar con productos que no contengan químicos fuertes”, explicó el neumólogo.
Para De Jesús y Rosario la exposición a los contaminantes en el aire es inevitable, pero ambos recalcan la necesidad de hacer unos cambios en la vida cotidiana para mejorar la salud individual. Según Rosario, apagar el carro mientras se espera por alguien o se entrega algún paquete, puede hacer un cambio significativo al ambiente.