Sube el telón imaginario del teatro Julia de Burgos justo antes de la tercera llamada. Un grupo de féminas se reúne alrededor de un caldero para incinerar puñados de paja. Entonces es que empieza el juego: ¿brujas o no?
De aquí parte la más reciente puesta en escena del Teatro Rodante de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP), Las brujas de Salem, bajo la dirección de la profesora Jacqueline Duprey.
Conocida como una lectura obligatoria en la escuela superior, Las brujas de Salem es un texto por Arthur Miller que logra un espejismo histórico entre la cacería de comunistas bajo el liderazgo de Joseph McCarthy y los juicios que se llevaron a cabo en el siglo XVII por supuestos actos de brujería.
Por su título, el drama en cuatro actos deja el tema comunista a interpretación del espectador y se centra en el grupo de mujeres que acusaron de hechicería para el año 1692 en el estado de Massachusetts, Estados Unidos.
Aunque el departamento de Drama de la UPRRP se dedica a poner en escena obras del Siglo de Oro, logró moldear a estos jóvenes con el preparamiento adecuado para conquistar una obra tan compleja que contrasta con los textos de Pedro Calderón de la Barca y Lope de Vega. Bajo la magnífica dirección de Duprey, los estudiantes le entregaron al público un montaje refrescante, que se alejó de la farsa y la tragedia griega que el Rodante frecuentemente presenta.
Dividida en dos elencos, la pieza presenta trabajos fenomenales de estudiantes que ya habían participado en obras del Rodante anteriormente, como Gabriel Jiménez, quien encarnó a Romeo en Romeo y Julieta el año pasado, e Ian Ramos, quien protagonizó Hamlet como el personaje epónimo.
Además, es imperativo mencionar el trabajo actoral de Christopher Cuevas como el Vicegobernador Danforth, quien carga la tensión y liderazgo del juicio magistralmente.
Las brujas de Salem también cuenta con las actuaciones geniales de Janilka Romero en el papel de Mary Warren y Gabriela Saker, novata del Rodante, como la sospechosa, Abigail Williams. Romero cumple con su momento de gloria en el primer acto junto a Saker donde ellas, el resto de las jóvenes y la dirección de Duprey organizan el mejor clímax teatral que ha visto el Rodante en varios años.
Otro aspecto impresionante del montaje es el uso de la escenografía y decorado diseñado por el nuevo profesor de escenografía, Nicolás Luzzi, quien le dio el mejor uso a una tarima de cuatro lados en una pieza de cuatro actos comprimidos en dos. Del mismo modo, el vestuario de Miguel Vando y el maquillaje de Noelia Loiz y Jonathan Amaro montaban a Las brujas de Salem al nivel realista que necesita.
El mensaje de la obra no solo presenta, implícitamente, la realidad de los años 50 en los Estados Unidos, sino que va más allá y le hace un llamado a todo fundamentalismo que se presenta en el mundo y se mantiene como “la vigencia tan innegable como lamentable de la pieza”, según destacó Duprey en el programa de la pieza.
La obra no cuenta con obstáculos excepto con el mismo texto kilométrico que no tiene sentido acortar. Duprey y el elenco de la pieza le dan un misterio cortante y un suspenso tangible al teatro Julia de Burgos, que ha contado con casa llena desde la noche que estrenó.
Doscientas personas que se quedaron fuera en la noche de estreno pueden sonar como malas noticias para los que caigan dentro de esta cifra, pero para la producción son unas merecidas felicitaciones de parte de la comunidad. Con Las brujas de Salem, el Rodante mantiene un triunfo tan precioso y merecido como lo tuvo y tiene para Platero y yo.
Las brujas de Salem continuará hasta el 13 de mayo con funciones a las 8 p.m., aunque no habrá función el domingo, 11 de mayo.