Con un fogoso discurso en el Capitolio –digno de una campaña de año electoral y con numerosas alusiones a Jesucristo– Jaime Perelló Borrás renunció hoy a la presidencia de la Cámara de Representantes.
Perelló Borrás dimite en medio del fuego que recibe el Partido Popular Democrático (PPD) debido al caso de Anaudi Hernández, notable recaudador de fondos del partido estadolibrista, quien ha sido encontrado culpable por distintos cargos de corrupción y que en estos momentos coopera con las autoridades federales.
El vicepresidente Roberto Rivera Ruiz de Porras asume ahora la presidencia del cuerpo bajo de la Legislatura.
El caso de Hernández se ve actualmente en el Tribunal Federal y los testimonios salpican a varias figuras de alto perfil del PPD, incluyendo el gobernador Alejandro García Padilla y su hermano Luis Gerardo, la primera dama Wilma Pastrana, la alcaldesa de San Juan Carmen Yulín Cruz Soto, y hasta Liza Ortiz, quien la semana pasada renunció como directora de campaña del candidato a la gobernación por la colectividad, David Bernier.
Bernier dijo el pasado viernes, a menos de tres meses de las elecciones, que su candidatura estaba sujeta a que Perelló Borrás renunciara como presidente de la Cámara.
Tras palabras del representante popular Rafael ‘Tatito’ Hernández, uno de los aliados de Perelló en esta combustión que vive el PPD, otro simpatizante del ahora expresidente, el representante Charlie Hernández, hizo la presentación oficial del atribulado líder popular.
“No podía ser más elocuente hacer esta presentación en otro lugar donde no estuviese la Constitución de Puerto Rico”, dijo el representante Charlie Hernández antes de presentar al renunciante presidente, dando indicios de cuan combativas serían las palabras del discurso de Perelló.
“Hace cuatro años nos dieron la oportunidad de servirle a la gente, porque la gente vio en nosotros que podíamos cumplir sus anhelos”, comenzó diciendo Perelló.
El discurso prosiguió con loas para los miembros de su delegación de mayoría, sobre todo los que lo defendieron en su pulseo con Bernier, aludiendo a ellos como “hombres y mujeres de una valentía que solamente el camino pudo demostrar”, colegas que “en los momentos más difíciles, cuando parecía que el temor y la falta de carácter iban a ganar” estuvieron con él.
“No puedo hablarle al país o a la Cámara. Yo tenía que hablarle a los hombres y mujeres que me han acompañado” durante todo el trayecto, le dijo a sus correligionarios en la Cámara de Representantes. Les agradeció por su respaldo y los llamó “guerreros de Cristo”, antes de hablar de lo que ha vivido su familia durante las pasadas semanas.
“Mis hijos leen noticias y entran al Internet, y saben por lo que su papá está pasando”, expresó con la voz entrecortada.
Aseguró que su hijo le dijo: “papá, no importa la decisión que tú tomes, siempre me has enseñado que uno termina lo que empieza”. De inmediato, realizó más alusiones religiosas.
“Dios me puso aquí por una causa mayor. Si algo hemos demostrado con todas las injurias es que ha sido una presidencia para la gente y por la gente”, manifestó.
Entonces, Perelló comenzó a enumerar lo que ve como virtudes de su legado en estos pasados tres años y medio como presidente. Indicó, por ejemplo, que su administración le ha hecho frente a poderosos intereses económicos y que ahora mismo “esta cámara cuesta $7 millones menos”. Dijo que se va “orgulloso del legado que le dejé a mi pueblo” y dejó entrever que el fuego cruzado en el que se encuentra por el caso de Anaudi Hernández corresponde a represalias por su trabajo en la Cámara.
Su delegación en la Cámara, señaló, “le ha metido mano a gente poderosa”. Dijo que le dio prioridad a los puertorriqueños que son dueños de medianos y pequeños negocios, y le hizo frente “a las megacadenas en Puerto Rico, detuvo un descontrol que estaba quebrando a los medianos y pequeños comerciantes”.
“Por primera vez en más de 40 años el desarrollo está en manos del comercio local. Hoy hay una ley que obliga que al ciudadano se le tiene que escuchar sin miedo. La participación ciudadana es uno de los pilares de este Capitolio”, aseguró.
Entonces, narró lo que fue su calvario durante este pasado fin de semana.
“En las pasadas 48 horas ha sucedido algo totalmente fuera de control. Tengo una responsabilidad de garantizar que esta delegación se mantenga unida y que nada ni nadie pueda atacar lo que ha sido un trabajo muy intenso”, dijo Perelló.
Añadió que los representantes y miembros del PPD que lo respaldaron recibieron los “ataques más inmerecidos de mi colectividad” para obligarlos a “ceder a la convicción de estar con este presidente, a base de amenazas”.
“Llegó al punto que a un miembro de la delegación no lo dejaron entrar al comité de su pueblo por su convicción para con este presidente”, subrayó, dejando entrever que hubo amenazas de violencia por todo este asunto.
“Dediqué mi vida y muchos años para que esta mayoría existiera y no puedo poner en peligro que esta mayoría siga siendo mayoría en el próximo cuatrienio”, agregó.
Catalogó como “gladiadores” a los miembros de su mayoría parlamentaria, y dijo que la decisión tomada no corresponde a “un asunto de defensa, sino que se trata de garantizar la protección de estos hombres y mujeres”.
Sus opositores, expresó, “tocaron a mi familia, a mis hijos y ahora a mis hermanos”.
“Yo he sido claro con el pueblo puertorriqueño. Les garantizo que no he cometido ningún acto ilegal. Hay causas más grandes que yo”, prosiguió, como “la filosofía” y el futuro del PPD.
“Ante esa situación de proteger a mis compañeros, para que puedan volver a su pueblo y no permitir que yo sea una excusa para que se logre el triunfo, tomo la muy difícil decisión, pero convencido de que es lo correcto, de hoy renunciar a la presidencia de la Cámara de Representantes”, puntualizó, oficializando su salida.
“Lo hago con una gran libertad de espíritu, como cuando uno sabe que ha recorrido el buen camino. Pero también lo hago convencido que me dará la paz y la libertad de poder volver a lo más profundo de mi país, a la conciencia de las necesidades de mi pueblo. Y cuando volvamos, volveremos en la grandeza de la victoria de Jesucristo”, acotó.
Tras la renuncia, Bernier se manifestó a través de Twitter, como vemos a continuación:
Perelló finalizó su discurso reclamando que hay que “resarcir el daño que le han hecho a esta delegación”, y que el PPD deberá quedar en orden tras este vergonzoso suceso.
Hay que hacer hincapié en que Perelló no ha sido acusado en el caso de Anaudi Hernández y ni siquiera es objeto de investigación. No obstante, el estiércol lanzado al abanico lo ha salpicado, pues tanto el director de tecnología, Víctor Burgos Cotto, como el exadministrador de la Cámara, Xavier González, admitieron haber arreglado una subasta para que Hernández obtuviera un contrato para nuevo equipo tecnológico en la Cámara, un negocio fatulo pues el cuadro telefónico adquirido no funcionó por alrededor de un año.
La renuncia a la presidencia significa que Perelló perderá el control que otorga dicho cargo, además de un salario anual de $110,663. Ahora, su salario es reducido a $73,775, según la Reforma Legislativa de 2013.
Además, el expresidente pierde la supervisión de un presupuesto que ronda los $40 millones, y que le permite dar contratos de personal y de servicios. También, se queda sin el poder sobre la Superintendencia del Capitolio, que domina pormenores correspondientes a los edificios y propiedad inmueble del llamado Distrito Capitalino.