Y no había luz.
A más de 24 horas de la peor debacle física que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ha visto en el siglo XXI, ni el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, ni el director ejecutivo de la AEE, Javier Quintana, podían precisar cuándo se restaurará el servicio eléctrico.
En una conferencia de prensa celebrada al mediodía del jueves en la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), tanto García Padilla como el ingeniero Quintana explicaron los esfuerzos que el gobierno de Puerto Rico realiza en estos momentos para devolver el país a la normalidad. Sin embargo, ninguno pudo indicar a ciencia cierta cuándo regresaría el servicio total o a su máxima potencia.
En la noche del jueves, García Padilla mantuvo la suspensión de las clases para las escuelas del Departamento de Educación para el viernes, pero convocó a trabajar a los empleados públicos desde las diez de la mañana.
De igual forma, el sistema de la Universidad de Puerto Rico informó que se mantiene en receso académico hasta el lunes.
Quintana señaló que al finalizar la mañana del jueves cerca de 200 mil abonados ya contaban con servicio eléctrico. Más temprano, la AEE había anunciado que, supuestamente, en la madrugada entraron en función las unidades de arranque rápido que la AEE mantiene en Yabucoa, Cambalache y Mayagüez. García Padilla dijo durnate la noche del jueves que unos 390,000 abonados ya contaban con el servicio eléctrico y que “durante la madrugada”, más clientes recuperarían su servicio.
Apuntan a que el restablecimiento completo estará para el fin de semana, pero nada es seguro. El director ejecutivo dijo que la mitad de la clientela de la AEE pudiese ver su servicio reinstalado durante el jueves, y que trabajan para que el viernes se puedan “normalizar las operaciones”.
Quintana mencionó que entre los municipios que ya cuentan con sectores con servicio de energía eléctrica figuran urbes como Arecibo, Mayagüez, Bayamón y Ponce, al igual que pueblos del centro de la isla, como Jayuya, Utuado, Florida, Ciales, Corozal, Morovis, y Coamo, y municipios playeros, como Hatillo, Barceloneta, Camuy, Santa Isabel, Humacao y la isla de Culebra. La planta de Costa Sur, señaló Quintana, es una en la que trabajan a todo dar para que pueda suplir la energía necesaria entrada la tarde.
El problema principal, manifestó, estriba en que la explosión de una turbina en Aguirre fue “un evento tan fuerte” que desestabilizó las dos líneas que salen de esa planta a suplirle energía al resto de las plantas de Puerto Rico. García Padilla aceptó que el deterioro de las estructuras de la AEE corresponde a “años y años de falta de mantenimiento”. Quintana puntualizó que ante la situación incendiaria no había mucho que se pudiese hacer, y que el proceso de restablecimiento, donde ahora tienen que sustituir turbinas primero en la planta Aguirre, para entonces trabajar con las otras estructuras de la AEE, “es un proceso estándar”, y que tomaría el mismo tiempo de recuperación
“Decir que si el mantenimiento hubiese sido óptimo, el restablecimiento fuese más rápido, sería una conjetura”, dijo García Padilla.
Quintana lo rescató al explicar un chin más a fondo la situación. Resaltó el efecto en cadena que produjo la primera explosión. La AEE, dijo Quintana, ahora tiene que “entrar las turbinas pequeñas una a una”, en las distintas instalaciones en Aguirre y alrededor de la isla. Explicó que el sistema se basa en uno de maquinaria grande supliendo a otras más grandes.
“Cada vez que agregamos una turbina, se le añaden clientes restablecidos. Tuvimos que comenzar el proceso nuevamente, turbina por turbina. El tiempo hubiese sido similar, porque es un procedimiento standard”, dijo Quintana.
Estado de emergencia en el país
De hecho, en la conferencia de prensa celebrada en la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), García Padilla anunció que firmó una orden ejecutiva que declaraba a Puerto Rico en estado de emergencia.
La orden le da acceso por adelantado a los fondos correspondientes al Programa de Asistencia Nutricional (PAN) y habilita el protagonismo indeleble de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA), que desde ayer se mantiene pendiente a la situación y en contacto con Washington, DC. También, pone a su disposición recursos de la Guardia Nacional de Puerto Rico.
Al declarar el estado de emergencia, se supone que el gobierno de Puerto Rico le dé prioridad a proteger instalaciones críticas como el Centro Médico de Río Piedras y el Aeropuerto Luis Muñoz Marín en Isla Verde. La secretaria del Departamento de Salud, Ana Rius Armendáriz señaló en entrevista con WKAQ 580 que si bien los Hospitales Universitario, Pediátrico y de Trauma estaban funcionando a su cabalidad, el generador del Hospital Cardiovascular ha confrontado problemas.
En la mañana del jueves, dijo Rius Armendáriz en la emisora de radio, “se atendían 79 casos en la sala de emergencias de Emergencias”. La ciudadanía, afirmó, “puede estar segura de que serán bien atendidos si tienen que ir por alguna emergencia de salud”.
Mientras, en el mismo espacio radial que mantiene el periodista Rubén Sánchez, el director del Negociado de Tránsito, Jorge Hernández Peña, indicó que los miembros de la uniformada trabajan “turnos de 12 horas” atendiendo los cruces con semáforos desactivados, especialmente en la congestionada zona metropolitana.
No se veía algo así desde hace más de 30 años
A eso de las 2:30 de la tarde de ayer, una explosión y un voraz incendio en la planta generadora de Aguirre, en Salinas, dejó sin energía eléctrica a casi toda la población mediante un efecto en cadena que atrofió la mayoría de las generadoras en el archipiélago borincano.
Según le dijera a la prensa el presidente de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER), Ángel Figueroa Jaramillo, este es “el peor apagón de Puerto Rico en al menos 30 años”. La debacle del miércoles dejó sin luz a 1.475 millones de clientes de la AEE y sin agua a unos 250,000 abonados de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), todos de sopetón.
El último apagón masivo así, sin ser causado por algún desastre natural, fue en 1980, cuando un error de un funcionario produjo un corto circuito en la generadora de Costa Sur, en Guayanilla, en ruta a dejar al país entero sin luz. El evento propició a que el entonces gobernador Carlos Romero Barceló le pidiera la renuncia al director de lo que fue la Autoridad de Fuentes Fluviales, Alberto Bruno.
Mira la conferencia de prensa de García Padilla del mediodía del jueves a continuación. Pendientes a Diálogo para más sobre esta historia, aún en desarrollo.
*** (Esta historia fue actualizada después de la conferencia nocturna del gobernador y su equipo)