A partir de este mes Diálogo inicia la publicación de una nueva sección: CONCiencia, un espacio donde se divulgarán contenidos sobre temas relacionados a las ciencias naturales. Comenzamos esta semana compartiéndoles una serie de artículos confeccionados por los alumnos de la doctora Carmen Maldonado, del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Los textos, que se publicarán a partir de hoy, se enfocarán particularmente en educar y concientizar al público en general sobre asuntos vinculados a la adicción de drogas. La meta principal de esta actividad educativa fue involucrar al estudiantado en la difusión del conocimiento adquirido en el aula con el fin de alcanzar otros sectores de la población que potencialmente se beneficien de lo investigado.
La cocaína es el compuesto psicoactivo más conocido de la planta Erythroxylon coca. Aumenta la energía, la autoestima, locuacidad y provoca hiperactividad mediante una sobre-estimulación del sistema dopaminérgico en el cerebro. Sin embargo, la cocaína también tiene efectos negativos como causar ataques de pánico, convulsiones, perforaciones en el septum nasal e infartos. Por su gran potencial de abuso, la cocaína se encuentra bajo la lista de drogas ilícitas. Cabe aclarar que este no siempre fue el caso.
Los botánicos sugieren que el arbusto Erythroxylon coca surgió hace 8,000 años en lo que ahora es la parte noroeste de Perú. Hay evidencia arqueológica del cultivo de la coca en el centro de Perú alrededor de 1900 AC y de su uso en la cultura Alto Ramírez del norte de Chile alrededor de 1000 AC. Las culturas precolombinas asignaban tres usos principales a la coca: como anestésico durante cirugías, como alucinógeno durante ceremonias religiosas y para aumentar la capacidad de sus trabajadores. Este último fue de gran interés para los colonizadores españoles. Inicialmente los españoles consideraban la planta como diabólica pero luego reconocieron que reducía la fatiga, la sed y el hambre de sus esclavos. Más aun, legalizaron la planta y le adjudicaron impuestos. También se convirtió en parte del salario.
Bernabe Cobo, en 1653, fue el primero en describir el uso analgésico que tenían para los Incas las hojas de coca para aliviar el dolor de muelas. En 1855 el alemán Fiedrich Gaedcke logró aislar un compuesto de las hojas de coca, nombrándolo erythroxylum, y describió sus propiedades analgésicas. Años más tarde, en 1859, el químico alemán Albert Niemann purificó el erythroxylum de Gaedcke y logró aislar la molécula de cocaína. Ese mismo año el doctor Paolo Mantegazza, un neurólogo italiano que había practicado en Perú por varios años, publicó un artículo que despertó el interés por la hoja de la coca en Europa. En su artículo, Mantegazza describía la coca como capaz de reducir la fatiga, aumentar el estado de ánimo y aumentar la actividad sexual.
En los 1860s, un químico de Córcega llamado Angelo Mariani, creó una mezcla de vino Bordeaux y extracto de hojas de coca y lo nombró Vin Tonique Mariani. Su receta constaba de seis miligramos de extracto de coca por cada onza de vino. Su bebida fue sugerida como sustituta de opiáceos. En 1863 se exportó el vino a los Estados Unidos. El Vin Mariani se convirtió en uno de las recetas más utilizadas por médicos en Europa y Norte América para una variedad enorme de enfermedades. Vin Mariani era usada por la Reina Victoria, Thomas Edison y Ulysses S. Grant. Más aun, fue galardonada con una medalla de oro del Vaticano por el Papa Leo XIII.
En 1865, el químico de Austria, Wilhelm Clemens Lossen, describió la fórmula química de la cocaína. La demanda por la cocaína aumentó súbitamente. La exportación legal de la cocaína procesada y de las hojas de coca secas se centraba alrededor de Perú. Los holandeses expandieron su producción a la isla de Java y los japoneses empezaron plantaciones de coca en Taiwán, Iwo Jima y Okinawa. El Pharmacy Act de Reino Unido de 1868 desalentó el uso de la cocaína y mantuvo un nivel de consumo menor en comparación con Estados Unidos donde el uso de la cocaína era regulado por la Pharmaceutical Society.
En 1884, el doctor Koller utilizó una pasta de cocaína como anestésico local para hacer una cirugía de glaucoma. Un año más tarde, en 1885, el doctor Sigmund Freud publicó Über Coca donde describe la resistencia al hambre y la fatiga conferidos a la planta de la coca y sus efectos anestésicos en las membranas mucosas. Freud la siguiere como anestésico local y como tratamiento para pacientes psiconeuróticos. Más adelante, cuando es diagnosticado con un carcinoma en el paladar y operado más de 30 veces, Freud mismo acude a la cocaína como anestésico en enjuagues bucales y nasales.
Ese mismo año el farmacéutico peruano Alfredo Bignon creó un método de bajo costo para procesar la hoja de la coca creando una pasta básica de cocaína. Para el 1885, la farmacéutica Parke Davis & Co. Había desarrollado más de 15 productos de cocaína, incluyendo cigarrillos, cigarros e inhalantes.
Al año siguiente el farmacéutico estadounidense John Pemberton presentó una bebida que contenía cocaína de las hojas de coca y cafeína de las nueces de cola, llamándola Coca-Cola (Ver Figura 2). Otras bebidas similares le siguieron el camino. Éstas eran mercadeadas como bebidas medicinales, similar al Vin Mariani, y como alternativas apropiadas para bebidas alcohólicas que te refrescaban tanto mental como físicamente. Más aun, en 1909, agentes del gobierno de Estados Unidos pararon una remesa del sirope de Coca-Cola debido a que contenía un ingrediente perjudicial para la salud que iba en contra de la Pure Food and Drug Act: la cafeína.
Para 1900, un 5% de la población de Estados Unidos estaba adicta a la cocaína, heroína o morfina. La mayoría de los adictos eran mujeres caucásicas de la clase media que vivían en áreas rurales; las dogas les eran recetadas por médicos. Con el aumento de adictos y casos de envenenamiento durante procedimientos médicos, la regulación de la cocaína se volvió una necesidad. Esto comenzó con el antes mencionado Pure Food and Drug Act en 1906. Sin embargo, dicha entidad no incluía la cocaína como una sustancia peligrosa y no impedía su posesión o venta.
En 1914, con el Harrison Tax Act, se logró limitar la venta de cocaína a médicos y farmacéuticos, siendo la única droga que no se podía vender sin medicamento. Sin embargo, lo que impulsó que la cocaína fuera incluida en el Harrison Tax Act fue un sentimiento racista. Los políticos del sur de Estados Unidos argumentaron que tanto médicos como policías habían reportado que el uso de cocaína de parte de hombres negros aumentaba las incidencia de crímenes violentos y de violaciones sexuales a mujeres blancas.
En Perú, aún se utilizan las hojas de la coca para contrarrestar los efectos de la enfermedad aguda de montaña, particularmente para las personas que visitan el Cuzco.
En Estados Unidos, la cocaína se encuentra bajo el Schedule II del United States Controlled Substances Act, que establece como ilegal su uso, posesión o venta. No obstante, todavía hay muchas personas que son adictas a la cocaína. Estudios recientes han encontrado que muchas de estas personas han sufrido algún tipo de trauma o abuso en su infancia y pocos logran salir de su dependencia a la cocaína. Sin embargo, no reciben tratamiento debido al estigma social que esta carga.
Referencias Cómo caímos en la adicción: una breve historia del abuso de la cocaína by Diálogo on Scribd