Los consejos estudiantiles (CGE) de la Escuela de Derecho y la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP) expresaron su rechazo a la posible imposición de una cuota de $650 a los estudiantes de la Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico (EAPD).
La iniciativa de ambos consejos surge a raíz de las exigencias del estudiantado de la EAPD para realizar un conversatorio que posibilite un diálogo saludable con los miembros de la administración de la institución, que tiene como misión procurar la formación de sus alumnos en vista de su responsabilidad como servidores de la comunidad cultural, nacional y universal.
De acuerdo con la resolución aprobada por el CGE de la Escuela de Arquitectura, de los 589 estudiantes que componen la matrícula total de la EAPD, 424 firmaron el rechazo de las medidas que persiguen un aumento que, según ha precisado el rector interino, Carlos Rivera, resultaría en una cuota de $277 más de lo que ya pagan los alumnos. Todo esto provocó que desde esta mañana parte del estudiantado de la EAPD paralizara las labores institucionales, mediante el cierre de portones.
En las resoluciones se destaca que la cuota ya afecta a los alumnos de nuevo ingreso, pues desde agosto han tenido que pagarla y para enero de 2017, los estudiantes de segundo año en adelante comenzarán a enfrentar este aumento.
Por otra parte, el CGE de la Escuela de Arquitectura de la UPR denunció la ineficiencia y la falta de transparencia de la administración y de la Junta de Directores de la EAPD. Además, señalaron que la UPR y la EAPD deben seguir los mismos principios de accesibilidad, según lo establece la ley.
“La Escuela de Artes Plásticas y Diseño de Puerto Rico es una institución pública organizada bajo la Ley 54 del 22 de agosto de 1990, por lo que, al igual que la Universidad de Puerto Rico, debe garantizar que rinda una educación, accesible y de calidad al pueblo puertorriqueño”, lee la resolución.
La administración ha manifestado que el dinero de la cuota será para el mantenimiento de los talleres, a pesar de las denuncias de la comunidad estudiantil sobre la posibilidad de utilizar los fondos para pagar una deuda con la Autoridad de Energía Eléctrica, que sobrepasa el cuarto de millón de dólares.
Por su parte, los estudiantes han denunciado la necesidad de crear un ambiente académico económicamente más inclusivo, que valide los objetivos de la entidad.