Desde muy joven me gustaban el Jazz y el Tango, estos dos géneros musicales aparentemente tan diferentes y de dos culturas tan disímiles.
A medida que mi interés iba en crescendo empecé a coleccionar cuanto reportaje, documental, o libro había sobre el tema. Cuál no sería mi sorpresa al ir descubriendo que el Jazz y el Tango tenían unos puntos tangenciales sorprendentes. Hace unos años comencé a anotar estas coincidencias:
*Ambos géneros son producto de la gran influencia africana en todo el continente americano. El Jazz proviene de tres vertientes: blues, spirituals, y rag time. El Tango: candombe, habanera, y milonga.
*El Jazz y el Tango empiezan a gestarse en la primera década del siglo XIX en las reuniones sociales de esclavos, tanto en Estados Unidos como en ambas riberas del Río de la Plata.
*En las regiones del continente americano con climas homólogos a África, como Brasil y el Caribe, lo que predominan son ritmos alegres y vivaces, más parecidos a la música africana. Por el contrario, los crudos inviernos de los hemisferios Norte y Sur significaron un castigo adicional para los esclavos e influyeron en la tonalidad melódica introspectiva y nostálgica de los Blues y el Tango. Eso explicaría, también, la ausencia del tambor en ambos géneros.
*Ambos géneros son producto de puertos importantes: New Orleans en Estados Unidos, y Buenos Aires y Montevideo, en el Río de la Plata. El gran tráfico mercantil e inmigratorio de estos puertos iba a ir moldeando los respectivos pentagramas a lo largo de todo el siglo XIX.
*Tanto el Jazz como el Tango fueron conceptuados, hasta comienzos del siglo XX, como música libertina e inmoral. Sólo se escuchaba en los burdeles.
*La etimología de las palabras Jazz y Tango continúa siendo un misterio donde las teorías están a diez por chavo: “Jazz, una forma de disfrazar la palabra ass”; “Jasmine, el perfume favorito de las prostitutas de New Orleáns”; “Del verbo francés jaser, que significa chismosear, hablar en forma disparatada o improvisada”. En lo que respecta al Tango: “En algunas lenguas africanas ‘tangó’ significa lugar cerrado o sitio reservado para reuniones”; “Del dios negro Changó”; “del verbo francés tanguer, mecerse”.
*Las primeras orquestas se formaron entre los años 1903 y 1906: Charles “Buddy” Bolden y Jelly Roll Morton, en New Orleáns. Vicente Greco y Juan Maglio “Pacho”, en Buenos Aires.
*En 1910, ante el éxito arrollador, artístico y comercial del Jazz, los blancos comienzan a incursionar en él. Nick La Rocca, director del conjunto ítalo americano “The Original Dixieland Jazz Band”, en una gira por Europa se atreve a hacer esta aseveración mezquina y absurda: “El Jazz lo inventamos nosotros los blancos. Los negros no tuvieron nada que ver en su creación”.
Algo similar ocurría al mismo tiempo en Argentina. A pesar de que los afroargentinos habían sido los creadores del Tango, además de ser sus primeros compositores, músicos y bailarines, la gran inmigración de italianos a comienzos del siglo se “apropió” del Tango. A medida que el país iba europeizándose, con una Buenos Aires con ínfulas afrancesadas, el negro estorbaba y, poco a poco, se lo fue desplazando.
*La primera grabación de Jazz, “Livery Stable Blues”, fue en febrero de 1917. La primera grabación de Tango cantado (“Mi noche triste”), por Carlos Gardel, en mayo de 1917. (En Argentina sí se comenzó a grabar tango instrumental a partir de 1904; la demora en Estados Unidos es atribuida a los prejuicios raciales. Cuando por fin las orquestas de negros comenzaron a grabar, los discos eran categorizados como “race music”, o música racial).
*Hay otra coincidencia que tiene mucho que ver, aunque indirectamente, con el desarrollo del Jazz y el Tango: luego de la Abolición, tanto en Norte América como en Argentina, los prejuicios raciales continuaron. En Estados Unidos, el negro era ridiculizado en los infames “Minstrel Shows”, donde actores blancos se maquillaban los rostros con pintura negra. En Argentina, por su parte, existían las “Sociedades de Negros”, donde jóvenes blancos de nivel alto, se tiznaban la cara y participaban en los carnavales imitando los movimientos de los candombes y otros bailes afros. O sea, llovido sobre mojado; los cuatro siglos de sufrimiento y escarnio que significaron la esclavitud no eran suficiente, había que seguir infligiendo dolor a los afro descendientes.
*Allá hacia la segunda década del Siglo XX, el Jazz al igual que el Tango, recibieron la bendición de París, el árbitro indiscutible en ese momento de la moda y la cultura mundial. Con ello ambos géneros adquirían pasaporte de respetabilidad hacia los cuatro puntos cardinales.
*Una coincidencia trágica: Charles “Buddy” Bolden, el primer director de una orquesta de Jazz muere en un asilo mental en 1931, en Estados Unidos. Pascual Contursi, el primer letrista de tangos (“Mi noche triste”) muere en un asilo mental en 1932, en Argentina.
*Ambos géneros musicales experimentaron una evolución paralela. En la década del 20 eran los ritmos más populares en el mundo entero. Llegan a su máximo esplendor, con las grandes orquestas, en la década de los 40. Y en los 60, con el advenimiento del Rock, comienzan su decadencia.
*El Jazz y el Tango tienen dos figuras pivótales: Louis Armstrong y Carlos Gardel. Genios musicales innovadores y de una creatividad inagotable, son considerados la espina dorsal de ambos géneros. No conozco de ningún otro artista de masas para los cuales el cariño de sus admiradores llegue a una exaltación digna de lo divino. De Armstrong se dijo: “Era un mensajero de Dios en la tierra”. Y, en el Cementerio de la Chacarita, de Buenos Aires, donde descansan los restos de Gardel, hay una placa que lee: “Dios… se apagó tu voz”. Ambos, hijos ilegítimos. De procedencia paupérrima los dos, siempre mantuvieron su contacto con el pueblo; sencillos y asequibles, ninguno abandonó su humilde casita en los barrios de Queens y del Abasto, respectivamente.
*Ambos géneros tienen dos compositores, George Gerswhin y Astor Piazzolla, que lograron llevar el Jazz y el Tango a las grandes salas de concierto.
Pero, hay un paralelo que considero el más importante: tanto el Jazz como el Tango han tenido un resurgimiento en los últimos años, sobreviviendo heroicamente a los embates de la música moderna. Me atrevo a asegurar que ambos permanecerán como clásicos de la música popular per secula seculorum. Sin embargo, no será un regreso a la época de oro de las grandes orquestas; el Jazz quedará como música para deleite de nuestros oídos en festivales y conciertos. El Tango, por su parte, se perpetuará como espectáculo bailable, para nuestro disfrute de la más sensual y elegante de todas las danzas.