Tan reciente como en 2007, el número de graduandos de escuela superior en el sistema de educación pública de Puerto Rico superaba los 31,000 estudiantes. Tan pronto como en 2020, la proyección es que esa cifra se situará por debajo de los 20,000, como parte de una tendencia de reducción que verá el número de graduandos del sistema público descender a menos de 12,000 para 2032.
Al menos, esa es la conclusión que alcanza un estudio recién publicado por la Western Interstate Commission for Higher Education (WICHE), en el que Puerto Rico fue incluido por primera ocasión.
“La inclusión de Puerto Rico en este informe nos provee, por primera vez, proyecciones oficiales de los graduados de escuela superior en Puerto Rico, lo cual es esencial en la planificación a corto y a largo plazo de nuestros sistemas educativos básicos y postsecundarios. Además, estos datos son utilizados por el Departamento de Educación federal para calcular las tasas de cumplimentación de la Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA, por sus siglas en inglés) para cada jurisdicción”, dijo el doctor Orville Disdier, gerente senior de proyectos estadísticos en el Instituto de Estadísticas de Puerto Rico, entidad que impulsó la inclusión de la isla en el análisis.
“Hasta ahora el Departamento de Educación federal no ha podido calcular estas tasas para Puerto Rico, pero como resultado añadido de este gran avance, procederemos a promover que en un futuro cercano el Departamento de Educación federal produzca las tasas de cumplimentación de FAFSA para Puerto Rico”, agregó Disdier en el comunicado de prensa.
El doctor Disdier indicó que aún quedan algunos retos por superar, pues estas proyecciones de los graduados para Puerto Rico se limitan al sistema público del país y, aunque más del 75% de la población estudiantil en Puerto Rico pertenece al sistema público, es necesario incluir eventualmente también al sistema privado.
Implicaciones para las universidades
Para la profesora Ana Helvia Quintero, la reducción de graduandos de escuela superior debe empujar a las universidades del patio a “diversificar” sus ofertas académicas, en aras de ajustarse a las nueva realidad demográfica de un país donde, desde hace unos años, la población ha envejecido significativamente, elemento al que se le suma el fuerte impacto de la migración hacia los Estados Unidos.
“Hay dos poblaciones en particular con las que las universidades deberían comenzar a trabajar más. La primera son los adultos, como los empleos están cambiando tanto hay personas que se adiestran para algo, pero luego se tienen que volver a adiestrar. Así que las universidades deberían tener programas más flexibles que atendieran a estas poblaciones”, expresó a Diálogo la catedrática de matemáticas en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP).
“El otro grupo son los viejos, hoy en día la gente vive más y está más saludable. Hay gente que se retira a los 60 años y todavía está muy bien, o sea, que podrían seguir buscando otras tareas, y ese grupo se le deben ofrecer cursos que sean de su interés”, opinó Quintero, quien por años ha trabajado con iniciativas para promover el acceso de poblaciones desventajadas a la UPR.
El decano de la Facultad de Educación de la UPRRP, Roamé Torres, coincidió por separado con Quintero en cuanto a la necesidad de desarrollar programas que no necesariamente atiendan a la población estudiantil tradicional, a modo de disminuir el impacto de la reducción de candidatos a ingresar a la universidad.
Al mismo tiempo resaltó el dato de que en la UPR la cantidad de estudiantes matriculados ha aumentado consistentemente en los últimos cinco años, luego de la marcada reducción que se vivió a partir de las huelgas de 2010 y 2011.
De acuerdo con el informe de presupuesto de la Junta de Gobierno de la UPR, para el año académico 2011-12 a la institución ingresaron poco más de 9,000 estudiantes nuevos, cifra que ha ido en ascenso hasta superar este año los 13,000.
No obstante, “creo que vamos a ver en el futuro inmediato unos índices de decrecimiento, de reducción en la matrícula universitaria. Iniciativas como la Certificación 50 y para que los estudiantes no tuvieran que pagar el College Board en cierta manera pueden contrarrestar el decrecimiento pero en algún momento se va a reflejar. Y cada vez de manera más aguda”, admitió el decano Torres.
Una institución que a juicio de Quintero ha logrado ajustar su oferta académica a los cambios en la demanda es la Universidad de Harvard, en Estados Unidos.
En la prestigiosa universidad “ahora tienen hasta cursos por Internet, a distancia. La educación continua en Harvard es bien amplia, tiene muchas alternativas y cursos diferentes. Por ejemplo, tienen una maestría en leyes que son cursos bastante cortos que la persona en un año las hace, y de esa forma tienen alternativas que no son lo tradicional. Y es una universidad con mucho prestigio, por lo que no quiere decir que la calidad va a bajar”, al reinventarse, sostuvo Quintero.
En el caso particular de la UPR, la exvicepresidenta de asuntos académicos del sistema reconoció que por lo general tiende a ser más lenta en adaptarse a los cambios que sus contrapartes privadas. Y como parte de esa competencia, es necesario que la universidad del Estado se abra a ofrecer programas que no necesariamente tengan la finalidad de un grado universitario como bachilleratos, maestrías y doctorados, sino que se concedan igualmente certificados y cursos cortos, entre otras opciones.
La reducción de estudiantes graduándose de escuela superior “es un problema si ves la universidad como está ahora. Si lo miras como una forma de diversificar, pues podría ser una oportunidad para abrir nuevas áreas que ahora mismo no está atendiendo”, apuntó Quintero.
En tanto, Torres indicó que una de las maneras en que el gobierno de Puerto Rico se ha movido en los últimos años ha sido en la búsqueda de atraer estudiantes de otras partes del Caribe, de América Latina y de Estados Unidos.
Respecto a estos últimos, Torres explicó que actualmente existe una gran demanda de maestros preparados para trabajar en comunidades con gran presencia de hispanos.
“Viene mucha gente, de distintas ciudades, a reclutar maestros y a reclutar estudiantes nuestros, que tengan la capacidad de atender esa población, digamos de enseñanza de inglés como segundo idioma o de español como segundo idioma. Así que una de las alternativas sería movernos en esa dirección”, reconoció el catedrático del Departamento de Fundamentos de la Educación.
Sin embargo, Torres lamentó que en demasiadas ocasiones resulta complicado impulsar ese tipo de alternativas ante la falta de recursos económicos, situación que pudiera agudizarse en los próximos años dados los recortes que a todas luces se avecinan para la universidad pública.
El Western Interstate Commission for Higher Education está constituido por 16 miembros que trabajan para expandir el acceso a la educación y excelencia a todos los ciudadanos los Estados Unidos. Promueven innovación, cooperación, intercambio de recursos, entre otros aspectos, a través de los estados e instituciones. Entre sus miembros se incluye a Alaska, Arizona, California, Colorado, Hawaii, Idaho, Montana, Nevada, Nuevo México, Dakota del Norte, Oregon, Dakota del Sur, Washington, Wyoming y los territorios estadounidenses del Pacífico.
Para ver el informe en más detalle puede acceder a http://www.wiche.edu/knocking.