Se asomó al balcón justo cuando dos sujetos estaban extrayéndole la batería a un automóvil estacionado en la calle del frente. ”¡Hey, oye!”, gritó la residente riopedrense desde un segundo nivel. Los sujetos la ignoraron, se montaron en otro vehículo y desaparecieron.
Era apenas mediodía. Los rayos del sol alumbraban todo ese sector de la urbanización Santa Rita, a pasos de la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Río Piedras. Sin máscaras, un sujeto con una camisa roja, reloj gris en la mano izquierda y gorro negro, acompañado de un joven con barba y camisa negra, cargaron como si fuera propia la batería del carro, relató a Diálogo la persona que vio y retrató el hecho con su teléfono celular.
Este es solo uno de los casos ocurridos en esa zona. Aunque el área debería ser segura para las familias con niños, ancianos y para los cientos de estudiantes que se hospedan ahí, las estadísticas policiacas indican que no es así. Son múltiples los incidentes de apropiaciones ilegales realizados dentro de autos y residencias, robos de vehículos y de baterías de carros.

Así las víctimas de hurto de baterías encuentran los autos. (Diálogo).
La incidencia de todas las apropiaciones ilegales en Río Piedras superó los 500 casos el año pasado. De estos, 100 ocurrieron en Santa Rita. En los hurtos a vehículos, la cifra alcanzó aproximadamente 110 en todo Río Piedras y unos 30 en Santa Rita, según el Informe de Incidencia Criminal de 2016 provisto por el Precinto de Río Piedras.
”La gente no se inmuta cuando ve acciones así. Se quedan callados sin saber que se están convirtiendo en cómplices”, sentenció la residente que observó el incidente de hurto de batería y de quien preferimos proteger la identidad. Ese día otro vehículo pasó y simplemente esperó a que los delincuentes que bloquearon la calle con su auto se marcharan.

El sector Santa Rita comprende la avenida Luis Muñoz Rivera y la avenida Universidad hasta las calles Esteban González y Julián E. Blanco en Río Piedras, según las limitaciones que utiliza el Centro de Acción Urbana Comunitaria y Empresarial de Río Piedras (CAUCE). (Mapa facilitado por Ángel Pérez Soler, trabajador social coordinador en CAUCE).
Otros incidentes
”Yo me asomo. Veo cristales en el piso y el cristal roto. Miro adentro de la guagua, veo que no está el radio”, narró la residente María Rodríguez Rivera, a quien le hurtaron la batería de la guagua en tres ocasiones y ahora opta por removerla todos los días.
Rodríguez Rivera, estudiante del Recinto de Río Piedras, relató que todos los daños superaron los $450. En la segunda y tercera ocasión, entre las que tan solo transcurrió un mes (de diciembre 2016 a enero 2017), le extrajeron la batería, cuyo costo aproxima los $70. Además, el día anterior a la entrevista, la joven halló una gaveta vandalizada, aparentemente buscando algo en la parte del baúl, pero no se llevaron nada.
La universitaria vio a un sujeto intentando hurtar una batería la noche previa a la segunda ocasión en que un individuo le robó la batería a su auto. No lo logró porque tan pronto escuchó el ruido de la alarma del carro, cerró el bonete, miró a todos lados y se fue, describió la joven.
También en el área han ocurrido hurtos de autos. Kiara Torres Tirado, exresidente en la calle Humacao en Santa Rita, contó que frente al apartamento en el que vivió hurtaron el carro de su amigo. Relató que cuando despertaron el auto ya no estaba.
”Corrimos todo Santa Rita tratando de que hubiese algo”, contó Torres Tirado. Al final, reportaron la situación al cuartel rodante y presentaron una querella en el cuartel de la Policía de Río Piedras. Sin embargo, indicó que como el vehículo carecía del sello de autoexpreso, se les imposibilitó seguirle la pista. El carro Mazda nunca apareció.
Como estos, suceden muchos incidentes. Torres Tirado comentó que en la calle anterior una amiga dejó sus pertenencias en el vehículo. Al regresar, las puertas estaban abiertas y todo lo que había dejado en el auto había desaparecido.
La entrevistada destacó que tras estas experiencias, prefiere que la lleven al hospedaje antes que estacionarse en la calle donde vive.

Radio hurtado en el vehículo de la estudiante María Rodríguez Rivera. (Diálogo)
La Policía responde
”Los tipos de daños que suelen hacerle a los vehículos de Río Piedras son que les extraen las baterías de los vehículos”, manifestó en entrevista el sargento del cuartel de la Policía del casco urbano de Río Piedras, José Rivera Rivera.
La Policía de Puerto Rico registró unos 200 casos de apropiaciones ilegales en San Juan, durante los primeros 22 días del 2017. San Juan figuró como el segundo municipio con más casos, siendo el primero Bayamón con casi 300, y Ponce el tercero con alrededor de 150.
En cuanto a hurto de autos en San Juan, se han dado poco más de 50 casos, 10 más que el año pasado, informó la Policía en el reporte de incidencia global (que incluye todos los delitos) del 1 al 22 de enero de este año.
”Tratamos de que eso no ocurra mucho”, declaró Rivera Rivera. Como medida para prevenir los daños y hurtos a automóviles, la Policía ofrece patrullaje preventivo en motoras, bicicletas y vehículos oficiales, aseguró el sargento del precinto de Río Piedras,
En cuanto al perfil del delincuente habitual de esa zona observó que no existe un cuadro concreto. “Ellos cambian de diferentes vestimentas. Mayormente se visten de negro, pero no hay un perfil exacto”, comentó el oficial policíaco.
Se indicó que el cuartel de Río Piedras atiende los casos preliminarmente y luego refiere la información a otras unidades, como las de vehículos hurtados y apropiaciones ilegales.
Medidas preventivas
Un policía del cuartel rodante en Santa Rita, quien prefirió no identificarse, compartió las siguientes sugerencias para prevenir el hurto en vehículos:
- No dejar bultos visibles, laptops y carteras que puedan llamar la atención de los delincuentes.
- Estacionar los vehículos en áreas concurridas y con alumbrado.
- Tratar que el vehículo tenga alarma.
- Activar la alarma de pánico en caso de ver a un delincuente en acción.

Vivienda de dos niveles deshabilitada en esquina de las calles Madrid y Romany. (Diálogo).
El problema de las casas abandonadas
Otra situación que agrava la falta de seguridad en el casco urbano riopedrense es el alto número de residencias abandonadas en esa zona. Algunos residentes de Santa Rita resaltaron que las casas abandonadas son un problema porque atraen a los delincuentes.
Diálogo realizó un recorrido por el área y encontró 22 casas abandonadas. Una de ellas era una de las residencias más enormes de la calle Madrid, que hace esquina con la Jorge Romany. La estructura de dos niveles tenía siete cuartos, según los vecinos.
La vegetación trepaba las verjas que algún día eran negras. Un gato negro parecía ser el único habitante visible del lugar.
– ¿Qué haces?, preguntó una de las residentes, mientras ladraban dos perros que la acompañaban.
– Contando las casas abandonadas, respondimos.
– ‘Toda esa línea al frente’, dijo la vecina de unos 70 años, señalando una línea de residencias abandonadas.
Estructuras sin puertas ni ventanas, ventanas tapadas con bloques y paredes llenas de grafitis eran algunos de los signos de abandono de las viviendas aludidas.
La reciente Ley 157 estipula que el municipio puede disponer de una propiedad solo cuando sea para una obra pública y haya mediado una justa compensación. A falta de personas que tengan el derecho para heredar, heredará el Estado Libre Asociado, destinándose los bienes al “Fondo de la Universidad”.
Mientras tanto, un buzón lleno de cartas viejas anunciaba que nadie recibió la correspondencia en otra de las residencias de la zona. Un sector con una alarmante cantidad de casas abandonadas, un camino donde durante el día unos 10 locales con apariencias descuidadas permanecen cerrados e inician vida en la noche… Así luce Santa Rita, donde a plena luz día algunos hurtan baterías.

Una de las 22 residencias halladas abandonadas en Santa Rita, en la calle Julián E. Blanco. (Diálogo)