El término “endémico” se utiliza para definir a organismos que son únicos de un lugar, que han evolucionado en dicho lugar y que no se encuentran de forma natural en otras partes del mundo. La Llorosa, Verdoso o Verdedón (Nesospingus speculiferus), es una de nuestras especies de aves endémicas.
Esta ave no es muy conocida por los puertorriqueños. Sin embargo, es común en los bosques de la parte central de nuestra isla, aunque sus colores sobrios no la hacen muy llamativa y muchas veces pasa desapercibida.
Algo muy peculiar de esta ave es que no tiene “primas” en el mismo género; es decir, que no hay ningún otro grupo de aves en este planeta que pertenezca al género Nesospingus. Si hubo otras especies de este género, es muy probable que hayan desaparecido durante el último periodo de descongelamiento que ocurrió a finales del pleistoceno o hace unos 11,000 años atrás.
El pleistoceno se considera el periodo más reciente de extinción masiva. Durante el mismo desaparecieron aves y mamíferos que habitaban en Puerto Rico e islas adyacentes. Norteamérica también perdió un gran número de especies, entre estos los mamuts y el tigre dientes de sable. Cabe señalar que estos animales son reseñados en la película animada Ice Age como Manny y Diego, respectivamente.
Por mucho tiempo, la Llorosa o Verdoso formó parte de la familia Thraupidae. En este grupo encontramos aves por lo general de plumaje colorido, que tienen el pico grueso y fuerte, pero este no es cónico. Al mismo pertenecen las llorosas, plañideras o tangaras. A estos pájaros, que se encuentran ampliamente representados en Centro y Suramérica, se les llaman plañideras porque emiten un sonido que algunas personas describen como un gemido o como el llanto de un niño.
Las especies de la familia Thraupidae han sido muy estudiadas buscando parentescos y diferencias entre estas. A tales efectos, algunas de ellas han sido movidas de género o familia. En el 2003, Burns y sus colaboradores analizaron el ADN de la Llorosa y otras aves parecidas y descubrieron que esta pertenecía a un grupo o clado que incluía a las reinitas o parúlidos. La evidencia genética del estudio de Burns emparentó a las reinitas con la Llorosa.
La taxonomía del grupo se ha seguido estudiando utilizando técnicas genéticas moleculares cada vez más sofisticadas. Consecuentemente, en el 2013 Barker y sus investigadores hicieron otro estudio de las aves que tienen nueve primarias en las alas (plumas principales de vuelo), donde se incluyó a todas las especies de tangaras o plañideras que habitan en las Antillas.
Los científicos descubrieron evidencia de cambios evolutivos significativos entre las aves del Caribe. Los datos de Barker sugieren una nueva organización taxonómica de cuatro familias: Spindalidae (las reinas moras), Nesospingidae (la Llorosa de Puerto Rico), Phaenicophilidae (los Cuatro ojos de la Española) y Calyptophilidae (Chirris o plañideras de palmas de la Española).
En el 2014, Roberton, otro taxónomo, señaló que la misma evidencia apunta a la existencia de una sola familia, en cuyo caso el nombre principal (o el más antiguo) sería Phaenicophilidae.
A mediados del 2016, científicos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, liderados por Josep del Hoyo, publicaron un trabajo reconociendo a la Llorosa como representante de la familia Nesospingidae. Otro grupo de gran respeto profesional que reconoce a la nueva familia lo es BirdLife International.
El consenso científico más reciente concluye que Puerto Rico ahora cuenta con una familia de aves endémicas, y señala a la Llorosa o Verdoso como su único representante. Los estudios genéticos de otros grupos de nuestras aves nos podrían proveer, en el futuro, de otras agradables sorpresas.