
Tres meses nos separan del máximo evento del fútbol mundial. Exactamente en noventa y un días -2,184 horas- rodará el balón en el Soccer City Stadium, en Johanesburgo, cuando la anfitriona Sudáfrica se mida ante México, en partido por el Grupo A; dando así comienzo al máximo evento del fútbol: la Copa del Mundo. Los estadios están listos, las ciudades se dicen preparadas y al parecer nada que tenga que ver con planeación o cuestiones de infrestructura será un problema. El mismo presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, se dice “muy orgulloso” de cómo Sudáfrica se ha organizado para celebrar el campeonato y afirma que “no hay ninguna duda” de que el país está preparado. Es en el aspecto deportivo, futbolero, en el que se concentran las polémicas, las dudas y las expectativas del torneo. Luego de sus respectivos resultados en la última fecha FIFA, los dos unánimes favoritos para disputar el partido final en la próxima Copa del Mundo, siguen siendo España y Brasil. España dio cátedra en Saint Denis y consiguió su primera victoria en suelo francés en 42 años. Francia, sumida en un letargo futbolístico y en medio de reproches –de todo tipo- para su director técnico, Raymond Domenech, no fue rival para los galácticos españoles, al grado que el siempre polémico Thierry Henry alegara que el juego de España “es de otro mundo”. Por su parte, Brasil jugó con Irlanda en Londres. Si bien el marcador, también de 2-0, no reflejó el “baile” brasileiro en que se convirtió el Emirates Stadium, para muestra está el segundo gol de Robinho: más de veinte toques, paredes, “taquitos” y un soberbio disparo pegado al segundo palo. Uruguay y Argentina subieron sus bonos previo al mundial con sendas victorias en Europa. La “garra charrúa” visitó a Suiza -equipo mundialista- y le planteó un partido completísimo. Además de conseguir la victoria por 3-1, Uruguay mostró en el estadio de Letzingrund de Zurich, un juego compacto, contundencia ofensiva y una sólida defensa; dejando en claro sus condiciones y que puede aspirar a tener un Mundial redondo. Argentina exorcizó varios fantasmas con su victoria 1-0 ante Alemania. Para empezar la “Albiceleste” le recordó al mundo –y principalmente a la hinchada argentina- que tiene el fútbol y los jugadores para vencer a quien sea, donde sea; incluso si ese alguien es Alemania, y el partido se juega en Munich. Aunque no fue un partido vistoso, la victoria argentina fue justa, pues los sudamericanos hicieron más méritos que los teutones. Y fue de la mano del delantero con mejor presente en Europa, el madridista Gonzalo Higuaín, y su bello gol, con lo que le bastó a Argentina para asegurar el triunfo. Otra polémica en torno al Mundial, son las predicciones de qué países avanzarían –hipotéticamente- a la segunda fase del torneo, lo que sigue copando las portadas de las publicaciones especializadas en fútbol. En este espacio no dedicaremos mucho a esta vana discusión. Lo que sí es claro es que, sin duda, hay amplios favoritos a liderar sus respectivos grupos, como: Argentina (en el B), Inglaterra (en el C), Italia (en el F), Brasil (en el G) y España (en el H). Y por lo tanto, hay grupos en los que nadie se atreve a dar favoritos. Este es el caso del Grupo A, con Francia, Uruguay y México peleando; el Grupo D con Alemania, Serbia y Ghana muy parejos y el Grupo E, con Holanda, Dinamarca y Camerún en la disputa. Son tres meses que pasarán muy rápido, como generalmente pasa el tiempo. Pero Sudáfrica ya está ahí, a la vuelta de la esquina. Seguramente de aquí al 11 de julio pasarán muchas cosas, más historias, tragedias y victorias. Sin importar lo que suceda, el sueño mundialista está intacto para los participantes y para el pueblo sudafricano. Sudáfrica está lista y nos espera.