Sustituir la garata y el lenguaje de mofa por pláticas educativas debe ser una aspiración para quienes participan del diálogo deportivo en un lugar como Puerto Rico, donde las participaciones de sus atletas nacionales son tema frecuente de conversación. Más aún, quienes trabajan en la academia desde las Ciencias Sociales deben sentirse convocados a gestar proyectos de investigación en el área de deporte y sociedad.
Esa agenda de país fue el motivo principal de la celebración del “Primer Simposio: Deporte, Espacio y Sociedad” el pasado 17 de enero en la Universidad de Puerto Rico (UPR) en Humacao. Académicos, estudiantes y personas ligadas al deporte compartieron sus investigaciones y experiencias ante un público entusiasta que se dio cita en el Anfiteatro Nuevo de Artes de la institución oriental.
Disciplinas como la historia, la geografía, la antropología, la psicología y la ciencia política fueron representadas en el evento. Como parte de las presentaciones en los foros de discusión también se abogó por la integración de una visión amplia, profunda y fuera de líneas partidistas en lo que respecta al importante vínculo entre el deporte y la política.
“El análisis político del deporte no se debe rechazar debido a que los mismos atletas son, como diría Aristóteles, zoon politikóns. Los sistemas de gobierno no deben objetificar a los atletas ni politiquear con los logros que ellos obtienen como producto de sus esfuerzos y sacrificios. Al contrario, los gobiernos deben ir más allá para escuchar y atender lo que tienen que decir los atletas, que son tan ciudadanos participantes de los procesos políticos como el resto de la población y los mismos que salen a cada evento a poner nuestra bandera en alto con orgullo”, expresó la estudiante graduada del Recinto de Ciencias Médicas de la UPR y deponente del Simposio, Josheili Llavona Ortiz.
Varios exponentes del simposio coincidieron en destacar la importancia del deporte como herramienta para entender algunos de los principales problemas, debates y retos que afronta la sociedad puertorriqueña. Partiendo de esa perspectiva, se invitó a los asistentes a reconocer el deporte como una importante institución cultural que refleja la realidad social y política del País.
“Es esencial no rechazar el análisis del vínculo entre la política y el deporte que ha estado vigente desde sus comienzos, sino estudiarlo para dejar claro que el error no ha sido por vincularlos, sino la politiquería partidista y las agendas políticas personales que han buscado lucrarse del deporte”, añadió Llavona Ortiz.
En su turno para exponer durante el evento, el dirigente del Equipo Nacional de Béisbol de Puerto Rico, Edwin Rodríguez, hizo un llamado para que se aprovechen las virtudes del deporte como ente capaz de desarrollar nuevos proyectos políticos y económicos que beneficiarían a la isla y su población.
“Usted puede destacarse en el mercadeo, en leyes, en contabilidad, en finanzas, en psicología, a través del deporte. Puerto Rico debe ser una meca del deporte. Según se trató de utilizar la posición geográfica que teníamos para aquellos años, que veían a Puerto Rico desde la visión militar para sacarle ventaja. Esa posición geográfica vamos a utilizarla a través del deporte, que une un continente con el otro y una cultura con el otro, y eso se puede hacer a través del deporte. Y yo creo que eso no se ha explotado todavía en Puerto Rico”, destacó Rodríguez, quien también fue el primer puertorriqueño en dirigir un equipo en el Béisbol de Grandes Ligas de los Estados Unidos.
Además de la discusión de las dimensiones políticas y geográficas del deporte, el evento prestó especial atención a los análisis que integran la perspectiva de género. A tono con esta discusión, se invitó a líderes de federaciones y ligas puertorriqueñas a gestar proyectos dirigidos a combatir los ataques sexistas y homofóbicos que son comunes en los eventos deportivos del País.
“Aunque estas violencias y micro-agresiones a través del lenguaje y acoso hacia quien la sociedad juzga como diferente no es un problema exclusivo del deporte, podemos aprovechar la importancia y visibilidad del deporte en Puerto Rico para educar en contra del machismo, la homofobia y otras formas de exclusión a las que se exponen nuestros atletas constantemente. Es inaceptable que las ligas puertorriqueñas no objeten cada vez que le gritan a un jugador ‘ese tipo es pato’ o insultan a una atleta tildándola de ‘bucha’ de manera completamente despectiva”, argumentó Rafael Díaz Torres, profesor de geografía en la UPR en Humacao y organizador del evento.
Reconociendo la importancia de ampliar la educación en temas que integren la perspectiva de género, el Departamento de Ciencias Sociales de la UPR en Humacao se puso a la disposición de las ligas y federaciones deportivas puertorriqueñas para colaborar en el desarrollo de campañas que promuevan una cultura de paz en las instalaciones donde se lleven a cabo partidos y competencias.
“La universidad debe ser pertinente para Puerto Rico y que mejor manera de hacerlo que aportando a la investigaciones y diálogos sobre el deporte”, acotó Díaz Torres.