Grupos de puertorriqueños en distintas ciudades de los Estados Unidos han mostrado su respaldo a la resistencia que existe en Puerto Rico hacia la junta de control fiscal federal.
Luego que el Senado de Estados Unidos aprobara el controvertible proyecto PROMESA el pasado miércoles y el presidente Barack Obama lo convirtiese en ley el pasado jueves, la diáspora boricua se agilizó en manifestaciones particulares en contra de la junta. Anteriormente, se habían manifestado, como sucedió durante el Desfile Puertorriqueño en Nueva York, pero aún el proyecto no se había aprobado.
Las manifestaciones del fin de semana se hicieron tomando en cuenta también las actividades de celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos, el fin de semana del 4 de julio. Estas sirven de respaldo a las protestas realizadas en Puerto Rico, precisamente frente a los portones del Tribunal Federal en la Avenida Chardón en San Juan, donde un grupo de puertorriqueños, en su mayoría jóvenes, han establecido un campamento de desobediencia civil.
En Chicago, puertorriqueños que viven en la Ciudad de los Vientos y otros que andan de visita en el área central de Estados Unidos se unieron para realizar una protesta relámpago el 1ro de julio.
“Convocamos a una demostración de solidaridad con la gente en Puerto Rico y en contra de la junta de control fiscal. Fue una convocatoria relámpago, porque justamente el día antes Obama firmó el proyecto”, expresó la activista puertorriqueña Shariana Ferrer Núñez, quien estuvo la semana pasada en Chicago como parte de la Conferencia de la Asociación Internacional Socialista (ISO, por sus siglas en inglés), y aunó esfuerzos con los boricuas de Chicago para realizar las manifestaciones.
Ferrer Núñez explicó que “siendo una actividad relámpago, la convocatoria se promocionó principalmente a través de las redes sociales (Facebook, Twitter) y contactar algunas personas de la diáspora boricua en Chicago, así como algunas organizaciones”.
“Le gente fue muy receptiva y reconoció la necesidad de hacer algo, de expresarse sobre el asunto y dejar saber su rechazo a medidas coloniales e impositivas como lo sería la junta de control fiscal”, indicó sobre la actividad realizada el 1 de julio en la localidad de McCormick Place que contó con la participación de una treintena de personas compuesta por puertorriqueños viviendo en Chicago, boricuas visitantes y gente que pasó a mostrar su solidaridad con la gente en Puerto Rico.
Como consecuencia, la actividad también sirvió de puente entre personas de Puerto Rico que viven en Chicago y no se conocían. Les permitió un espacio para conocerse y plantearse hacer futuras actividades y concertaciones en apoyo a los movimientos en Puerto Rico.
“Una de las compañeras de Chicago, mencionó lo difícil que se le ha hecho sobrevivir en Estados Unidos. Habló de lo cuesta arriba que es mantener a una familia bajo el salario mínimo, aun recibiendo asistencia económica (cupones), que no quería ni pensar en lo que significaría estar bajo $4.25 la hora”, resaltó Núñez Ferrer.
“Y mientras nos contaba lo mucho que desea estar en su país y poder estar con ‘my people, mi familia, mi gente’ se le inundó la cara de lágrimas”, recordó sobre lo que fue uno de los momentos más emotivos de la manifestación aquel día.
Ferrer Núñez indicó que en la manifestación aprovecharon para denunciar la relación colonial que sostiene Estados Unidos con Puerto Rico.
“El hecho de que el gobierno estadounidense pueda imponer una junta de control fiscal sin la autorización ni consulta de las personas que residen en este país, reafirma que somos un pueblo subyugado a los intereses del imperio. Que esta junta lo que viene es a agravar la precariedad en este país”, puntualizó Núñez Ferrer.
Mientras, el 4 de julio, un grupo de puertorriqueños residentes en Chicago se manifestaron en el Navy Pier, durante la celebración más concurrida en Illinois.
Uno de los manifestantes indicó en Facebook que repartieron boletines informativos sobre los peligros de la junta de control fiscal y recibieron distintas reacciones de los allí presente, “desde personas que alejaban a sus hijos para que no leyeran las pancartas y miradas que matan, hasta boricuas gritando: ¡Que viva Puerto Rico Libre! ¡No a la junta, No a la colonia!”.
De igual forma, en Washington, D.C. también se realizaron manifestaciones, como muestra el vídeo a continuación. A la protesta por la junta se le ha unido también el reclamo por la liberación del preso político Oscar López Rivera, quien ya lleva 35 años en prisión.
En Massachussets, conoció Diálogo, también se conciertan manifestaciones en contra de la junta. Carla Berríos Cruz, activista puertorriqueña en ese estado, aseguró a este medio que existe una convocatoria para que se unan “grupos que no son de nacionalidad puertorriqueña”. Berríos Cruz, también actvista LGBTQ, mencionó, que hay lazos que se hacen con las comunidades Queer y Latinx, las comunidades de inmigrantes, organizaciones laborales y con la líder del movimiento Black Lives Matter en Boston.
Las redes sociales han sido un mecanismo útil para la convocación y promoción de la resistencia a la junta. Varias páginas de respaldo han surgido en Facebook, como la del Comité Boricua en la Diáspora, con base en la Ciudad de Nueva York, que promueve y documenta actividades y manifestaciones en Estados Unidos y resalta las que se dan en el Campamento Contra la Junta en Hato Rey. De hecho, la página del Campamento es también una de las más concurridas e informativas.