Si no consigo separarme de mi smartphone o de mi tablet, si estoy permanentemente conectado/a a las redes sociales y lo primero que hago por las mañanas es entrar en Internet… ¿quiere decir que tengo adicción a las pantallas? “¡No!”, responde con rotundidad el profesor Michel Reynaud, jefe del Departamento de Psiquiatría y Adicciones del Hospital Paul Brousse de Villejuif, Francia. “Hoy en día, los adolescentes y los adultos jóvenes no suelen pasar menos de 4 horas delante de sus pantallas”, subraya. Para hablar de adicción, se deben cumplir varios criterios: la pérdida de control (el placer gana a la razón, la necesidad pesa más que el deseo), efectos perjudiciales (problemas sociales y/o sanitarios) y el sufrimiento de la persona. “La adicción simple, al alcohol o a los juegos de azar, por ejemplo, es la invasión de las motivaciones de una persona por un único objeto sin importar las consecuencias”, explicó el profesor.
“Lo que denominamos adicción a las pantallas es una adicción más compleja, como puede serlo la adicción sexual”, expuso Brousse. Existe una dimensión adictiva, pero sus efectos negativos son menos claros. Por ejemplo, “cuando existe una adicción a las pantallas pueden surgir problemas con la pareja o con la familia”, añadió. No olvidemos que la adicción a las pantallas todavía no está reconocida médicamente. “Se está cuestionando incluir dentro de las clasificaciones internacionales, la adicción a Internet entre las adicciones sin droga”, también apuntó. Quien habla de adicción a las pantallas, por lo general también se refiere a una dependencia secundaria a un placer ofrecido por Internet.
Adicción a las pantallas: ¿quién y por qué?
“La Internet ofrece todas las distracciones que podamos desear: sexo, encuentros amorosos, juegos de azar… Tiene todo lo necesario para enganchar”, apunta el adictólogo. Los adictos a Internet se pueden reagrupar en 5 categorías según Young: la dependencia al cibersexo, la dependencia al aspecto interactivo de Internet (relaciones interpersonales en línea), la dependencia con un carácter monetario (especulación en bolsa), la dependencia a la información y, por último, la dependencia al ordenador, a los juegos online.
La conexión es un medio de identificar otra adicción comportamental. “La adicción a las pantallas profesionales está asociada al fenómeno de la adicción al trabajo, el trabajo lo invade todo. La pantalla es solamente el medio, la herramienta perfecta para no desconectar nunca del trabajo”, indicó el profesor. Según los datos que se desprenden de un estudio realizado por la OCU publicado en la revista OCU-Salud del pasado mes de diciembre, un 25% de los españoles entre 18 y 64 años mostraría síntomas de estar enganchado a Internet. En Estados Unidos, la tasa de adicción a Internet sería del 6% y en China, del 10%1. “En las consultas de adicciones, a menudo encontramos a gente de todas las edades adictos a páginas de citas, de pornografía, a los juegos de azar y a jóvenes adictos a los videojuegos en línea”, explicó. Reynaud.
Los estudios más recientes sobre la adicción a Internet desvelan que los juegos de rol multijugador masivos (los MMORPG, por su nombre en inglés) son los que tienen más posibilidades de crear una dependencia en los usuarios en riesgo. “La adicción de los jóvenes a los videojuegos suele traducir una psicopatología subyacente: fobia social, trastorno psicológico, personalidad esquizoide…”, destacó el adictólogo.
Adicción a las pantallas: un tratamiento basado en la psicoterapia
Ante un problema de adicción, lo mejor es acudir a una consulta especializada en adicciones. La adicción a las pantallas requiere el mismo tratamiento que las adicciones reconocidas, es decir, una psicoterapia comportamental. ¿Las bases de la terapia? Aprender a analizar su comportamiento, a minimizar los beneficios, a ayudar a encontrar otras distracciones, pero también a trabajar sobre el “por qué” de ese comportamiento compulsivo. “El contexto es muy estimulante, ayudamos al paciente a identificar cuándo aparece ese determinado comportamiento”, explicó el especialista. La adicción es una manera de gestionar el estrés, por lo tanto, la terapia, además de hacer un estudio sobre el consumo y el contexto del consumo, también se centra en el estado emocional. Este tipo de psicoterapia permite darle a la persona que sufre una adicción la estrategia para manejar el estrés y las relaciones con los demás.
“En los centros especializados, también podemos prescribir medicamentos utilizados para otras adicciones”, añade el Prof. Reynaud. El objetivo no es llegar a la abstinencia, sino a un uso controlado. La psicoterapia se completa con un trabajo con la familia y con la pareja, “que ésta esté presente puede ser más reconfortante que estresante”, destacó el médico.