Uno de los retos fundamentales de los medios alternativos consiste en poder informar con objetividad sobre lo “novedoso” del aporte cotidiano de los actores sociales del Sur. Así lo subraya el religioso y comunicador social Ermanno Allegri, quien fundó junto con Frei Betto en 2001 la Agencia de Información Fray Tito para América Latina (ADITAL), con sede en Fortaleza, Brasil.
Con casi 90 mil suscriptores y no menos de 25 millones visitas anuales a su sitio, ADITAL se ha convertido en esta última década en uno de los voceros de referencia de la América Latina de “abajo”, olvidada o ignorada por los grandes monopolios informativos.
Nacido en Verona, Italia, el Padre Allegri vive en Brasil desde 1974. Como parte de su extenso sacerdocio de más de 40 años, fue secretario nacional de la Comisión Pastoral de la Tierra (1986-1990). En la actualidad, además de ser el Director de ADITAL, colabora en el trabajo pastoral en una parroquia de la periferia de Fortaleza.
¿Cómo nació ADITAL?
La propuesta de esta agencia surgió de un grupo de amigos de Italia interesados en que en Europa se conociera lo nuevo que estaba naciendo en América Latina y el Caribe. Un empresario solidario apoyó los primeros pasos, es decir la articulación de ADITAL, que en 2001 publicó las primeras noticias. Subrayo el hecho de que ese grupo haya tenido la sensibilidad de percibir que había novedades importantes en gestación en Brasil y en América Latina en general.
¿En esta década de existencia cuáles son los principales éxitos y problemas de ADITAL?
Una conquista importante es haber creado un registro de fuentes y destinatarios bastante significativo y representativo de toda América Latina, en referencia a los grupos sociales comprometidos en la construcción de la democracia. Actualmente, son 90 mil personas que reciben diariamente el boletín informativo ‘Noticias de ADITAL’ en portugués y español. Un elemento clave de nuestra filosofía y práctica informativa se basa en el convencimiento total en la democratización de la comunicación. Dado que la información que publicamos viene, se genera, es producida, por los actores que viven y confrontan las realidades de conflicto en América Latina y Caribe. Ellos ofrecen una visión mucho más completa y vital que la que producen la gran mayoría de los periodistas que trabajan para los grandes medios de comunicación.
Uno de los problemas serios que enfrentamos es que, hasta hoy, a pesar de múltiples esfuerzos, no hemos conseguido lograr nuestra autonomía económica. Si bien vamos avanzando en el intento de diseñar estrategias de auto-sostenibilidad. Otro límite es que a pesar de tener una buena difusión -anualmente alcanzamos más de 25 millones de páginas leídas, sólo en el sitio, sin contar a los que acceden a través de las redes sociales-, todavía no logramos un impacto notorio en la sociedad.
La apuesta “altermundista” que promueve la consigna “Otro mundo es posible”, defiende la necesidad de una información diferente, alternativa ¿Cómo se ubica ADITAL en esa reflexión?
Para nosotros el altermundismo es fundamental, pues nuestra información se origina y se nutre en la base social, popular latinoamericana y caribeña: un área geográfica amplia, con historia y culturas riquísimas y diversas. Sin perder nuestra idea de universalidad, en el sentido que con nuestra información nos dirigimos al mundo entero. Los 90 mil mensajes electrónicos que cada día llevan nuestra información se esparcen en toda América Latina, el Caribe, los Estados Unidos, Europa y en algunos países de Asia y África.
Un aspecto fundamental de este pluralismo es la diversificación de nuestras fuentes de información. Los constructores de la democracia ofrecen una información multifacética, que tiene alma, viene de personas que viven y sienten sus problemas. Que no se limitan a analizar datos estadísticos y que transmiten una vivencia real del camino y de las alternativas de la sociedad. La información que nosotros difundimos es ignorada o escondida por los grandes medios.
¿En este sentido, el Foro Social Mundial, constituye un referente para ADITAL?
ADITAL nació el mismo año que el Foro Social Mundial (FSM), en 2001. Me gusta destacar que esta coincidencia de nacimientos, como en los hermanos gemelos, tiene un significado profundo. El FSM manifestó a la sociedad algo que ya estaba aconteciendo desde 20, 30, 40 años en América Latina, pero que permanecía casi escondido y no aparecía como fuerza social real. El FSM fue el Pentecostés del mundo al comienzo del tercer milenio.
Cuando pienso en el FSM, sueño y lo imagino como una auténtica ONU de la sociedad civil, de las sociedades más sensibles, más vivas. Es un evento que desencadenó nuevas dinámicas. Incluidas centenas de nuevas iniciativas de comunicación.
¿Cuáles son los grandes desafíos para medios alternativos como ADITAL de cara al futuro próximo?
Un desafío esencial para nosotros es profundizar el conocimiento real sobre las fuerzas sociales que disputan el proyecto alternativo de sociedad. Entendiendo al neoliberalismo como pacto entre los dueños del dinero, de los medios de comunicación y las fuerzas políticas hegemónicas. Debemos desenmascarar este conglomerado de poder. Al mismo tiempo, debemos informar, vehicular y multiplicar acciones amplias y articuladas de todas las iniciativas sociales. Es decir, informar sobre lo que se realiza en la construcción del bien común, de la solidaridad, de cara a una sociedad que valorice todo lo propositivo que acontece. Para ello, necesitamos dos componentes. En primer lugar, más y más personas competentes: periodistas, analistas, científicos. En segundo lugar, los recursos financieros imprescindibles. En esto estamos a mitad del camino.
En el Norte también hay actores solidarios… ¿Cuál es su visión?
La solidaridad debe conseguir que los sectores excluidos puedan crecer y expresar su propia identidad para convertirse en fuerzas sociales y políticas de peso. Aunque sea un proceso prolongado, los que trabajan en la solidaridad deben perseguir esta meta. Es importante recordar la contribución que los grupos de solidaridad deben ofrecer a la sociedad civil en sus propios países de origen. O sea, la solidaridad que Francia, Suiza, Italia, Alemania… brindan a Brasil, Guatemala, Argentina etc. debe, al mismo tiempo, ayudarles a comprender allá mismo lo nuevo que acontece en el mundo. Así mismo, la experiencia de construcción en el Sur debe ayudar, también, a re-pensar como estructurar la sociedad de manera diferente en el Norte.