Las asociaciones de agricultores reconocen que la agricultura tiene un papel importante en el calentamiento mundial, por lo que quieren ofrecer soluciones en ese sentido y pretenden que los gobiernos las tomen en cuenta en las negociaciones en curso en la cumbre climática de París.
“Los agricultores y silvicultores están en la primera línea del cambio climático”, señala la Organización Mundial de Agricultores (OMA).
“Su impacto afecta directamente sus vidas y medios de subsistencia, y también son de vital importancia para la aplicación de muchas de las soluciones que necesitamos para ayudar a retrasar y desviar” el cambio climático, añade.
“Por lo tanto, los agricultores deben participar en el desarrollo de las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático”, exhorta.
Se calcula que la agricultura emite en forma directa 13.5 por ciento de los gases de efecto invernadero en el mundo, a través del metano que libera la digestión animal y el óxido nitroso de las tierras cultivadas, e indirectamente 17 por ciento más, porque “es un importante motor de la deforestación y el cambio de uso de los suelos”, explica la OMA.
Los expertos creen que la tala de bosques tropicales para despejar las tierras y dedicarlas a la ganadería y la agricultura libera 2,800 millones de toneladas adicionales de dióxido de carbono (CO2) al año.
El martes 1, en la 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que comenzó en París el 30 de noviembre y concluye el 11 de este mes, gobiernos y organizaciones agrícolas anunciaron diversas iniciativas de cooperación con el fin de proteger los medios de vida de millones de agricultores y reducir las emisiones nocivas.
Las iniciativas se concentran en las áreas de los suelos agrícolas, la ganadería, las pérdidas de alimentos y residuos, y los métodos de producción sostenible y la resistencia de los agricultores.
Se destacan los programas para reducir la pérdida de alimentos y residuos ya que estos también producen gases de efecto invernadero.
Durante la COP21, los agricultores también participarán de varios encuentros donde presentarán sus recomendaciones para reducir las emisiones y mantener el calentamiento promedio del planeta por debajo de los dos grados Celsius.
“Los científicos… determinaron que el aumento de la temperatura debe limitarse a los dos grados Celsius para evitar daños irreversibles a nuestro planeta”, señala la OMA.
“Para lograr esto, las emisiones mundiales deben alcanzar su punto máximo en 2015 y descender desde entonces hasta alcanzar una reducción de 50 por ciento en 2050. Al ritmo actual, es más probable que el aumento de la temperatura sea alrededor de tres a cinco grados Celsius”, advierte.
La OMA reconoce que el sector agrícola “tiene un gran potencial de mitigación, principalmente a través de la reducción de la deforestación, la gestión del suelo y el aumento de la productividad”.
El sector puede ser una parte integral de la solución, “debido a su papel vital en el secuestro de carbono, incluso mediante los cultivos y pasturas para el ganado”, subraya la organización en referencia al almacenamiento a largo plazo de dióxido de carbono con el fin de aplazar o mitigar el calentamiento global.
En la COP21, el factor agrícola tiene especial importancia debido a que “la agricultura, el cambio climático, la seguridad alimentaria y la reducción de la pobreza están indisolublemente ligados”, afirma la OMA. Ese vínculo “es singular del sector agrícola, y por lo tanto, merece un reconocimiento adecuado”, añade.
Entre sus recomendaciones, el grupo pide el apoyo a la “agricultura climáticamente inteligente” en las negociaciones internacionales y el desarrollo de un “enfoque basado en incentivos positivos”, junto con los agricultores y cooperativas.
Los agricultores que apliquen voluntariamente prácticas agrícolas sostenibles podrían ser recompensados con las políticas nacionales, por ejemplo, ya que las asociaciones creen que los incentivos, en lugar de las sanciones, pueden tener un mayor efecto a largo plazo.
La OMA también pide aumentar considerablemente “las inversiones en la agricultura”, particularmente en los países en desarrollo, y un mayor reconocimiento de la “especificidad del sector”, ya que las emisiones surgen de procesos “destinados a la producción de alimentos para la sociedad”.
Hay activistas que sostienen que la verdadera solución reside en que el mundo adopte una dieta vegetariana, y aseguran que el impacto ambiental de la ganadería ha sido muy subestimado.
Un estudio realizado en 2006 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) indicó que 18 por ciento de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero podrían atribuirse a la ganadería, pero otros expertos opinan que la cifra es mucho mayor.
El presidente de la OMA, Evelyn Nguleka, participará en varios ámbitos de análisis durante la COP21. Uno de ellos, el día 9, se titula “La agricultura en el terreno posterior a Kioto”, con la presencia de la directora ejecutiva de la CMNUCC, Christiana Figueres, entre otros.
Los organizadores del encuentro argumentan que “el posicionamiento correcto de la agricultura será fundamental para satisfacer las necesidades del planeta en materia de seguridad alimentaria, nutrición y energía”. En la ocasión, presentarán a la “agricultura climáticamente inteligente como el cambio de paradigma necesario”.
Otro de los eventos destacados en la COP 21 es la conferencia internacional sobre la agricultura y el clima, organizada por la OMA, el Consejo de Agricultura de Francia y otros organismos.
“Los agricultores son, sin duda, parte de la solución al cambio climático y pueden apoyar a los gobiernos con su experiencia en la implementación de un acuerdo”, concluye la OMA.